Capítulo seis: El Chocolate.

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El Chocolate.

- ¿A cómo cuestan esos chocolates? - Pregunté al señor de barba blanca, y que le faltaban algunos dientes, los que tenía los tenía todo amarillentos. 

- Sesenta pesos la caja. - Me respondió. Al no tener la mayoría de dientes no le entendí ni un carajo.

- ¡¿A cómo?! - Pregunté algo confundido. El viejo sólo rodó los ojos.

- ¡Sesenta pesos la caja! - Exclamó un poco más alto y aún así no entendí ni mierda.

- ¿QUÉ? ¡Abra la boca!

- ¡¡A SESENTA MALDITOS PESOS LA CAJA!! ¡COÑO! - Joder, el señor se enfadó. Meto mi mano en mi bolsillo y saco todo el dinero que tenía ahorrado. Puta madre, sólo tengo veinte pesos.

- Emmm. - Tragué en seco, lo miré a los ojos, saqué la sonrisa más grande que jamás he sacado en mi vida, y le dijé: - No tengo dinero.

La cara del señor señor se puso roja, se notó como apretó fuertemente la boca. Rápidamente agarró una escoba que tenía al lado y me empezó a caer atrás.

- ¡YA VERÁS COCHINO DE MIERDA! - Corrí, esta era una misión imposible, y de pronto ¡BOOM! siento un fuertísimo escobaso en mi cabeza. Dolió. 

Logré escapar. No volveré por aquí, si lo hago soy  mierda muerta.

Mientras caminaba pateando una lata, encontré una tiendecita y me pareció ideal para saciarme mi deseo de chocolate. Por suerte todo estuvo bien, la compré y ahora voy a mi casa. Es sábado y todos estarán ahí, debo esconder los chocolates o se los comerán todos, esos salvajes pasa hambre.

Estoy frente a la vieja puerta de mi casa, con miedo de que descubran que tengo chocolate, lo metí bajo mi camiseta e intenté disimularlo. Aquí voy.

Justo al abrirla me encuento con mi madre que parece que iba a salir, con la cara más aburrida que la de Calamardo, y enojadísima. Oh oh.

- ¿QUIÉN TE DIO PERMISO DE SALIR? - Me dio una ''Palmadita'' en la cabeza. - ¡EH! ¡HIJO DE TU PUTA MADRE! - No sé por qué, creo que el universo me odia, pero en ese instante una fuerte risa me invadió, no pude aguantarla.

- JAJAJAJAJAJAJA. - Mi mamá echó su brazó hacia atrás con toda la fuerza que podía sacar y lo descargó en mi cara.

- ¿AHORA DE QUÉ TE RÍES? ¡EH! ¡CABRÓN! - Duele. Duele mucho. Mis ojos se nublaron de lágrimas, y dos gotas de lágrimas bajaron por mis mejillas. - Y NO ME VENGAS CON TUS LÁGRIMAS DE COCODRILO, ¡MARICÓN! ANDA A TU HABITACIÓN, ¡AHORA!

Me fui con la cola entre las patas, y mientras caminaba, el dolor se convirtió en odio, cuando vi al muy puto de Henry reir. 

- JAJAJAJAJA. - Reía complacido, pensé en detenerme y gritarle algo, pero sentía la pesada mirada de la mujer biónica de la casa sobre mí.

- ¡CÁLLATE! ¡PEDAZO DE MIERDA! - Le gritó mi mamá. ¡OUUUUHH! ¡Yayyy! ¡Wiiii! y todos los gritos para expresar alegría, por fin le gritó. ¡POR FIN!, subí complacido a mi habitación aún con el dolor infernal en la cara.

Si se preguntan por qué no podía salir, pues, fue por lo de la escuela, cuando le mostré el dedo del medio al viejo carvo del profesor. Y no sólo eso, mientras jugaba en la sala de mi casa, rompí dos figuras de porcelana de mi mamá, sus favoritas. Cada vez que recuerdo como se puso, me aterrorizo.

Bien, en mi cuarto. Me lanzo en la cama, pensando en que podría hacer, y no tuve más opción de usar mi laptop. Y abro Facebook. 

-NoO, pOoz Akhi, en la caSa de My NobioOz-

¡Oh Yisus! No soy experto en ortografía, pero hasta un idiota con mierda de vida como yo, sabría escribir bien.

Y al momento se abre la puerta, lentamente y despacio, mis ojos se abrieron grandísimos, admito 3que tuve miedo. Se abría y se abría, me eché para atrás, y tenteé buscando algo con qué defenderme, ¡Sí! ¡encontré algo!, una almohada. 


Hasta que lo vi, vi la cabeza de Daniel, su rostro era espeluznante, me miraba con malicia (Ya les dije que es super extraño)  y detrás de él estaba Tomás, de la misma forma. Estos dos quieren algo.

Después de cerrar la puerta, caminaron y se acercaron lentamente, me miraban fijamente a los ojos, me estoy asustando.

- Dánoslo. - Dijo Daniel.

- ¿Qué? - Cuestioné confundido.

- Danos el chocolate. - ¿¡Qué!? ¿cómo cojones se dieron cuenta?

- Pffff. - Bufé con confianza. - Largaos de aquí, plebeyos. - Dije imitando el acento español.

- Danos el chocolate. - Dijó Tomás muy desafiante. 

¿O qué? . - Pregunté de igual manera. 

Al momento Daniel volteó su cabeza hacia donde estaba Tomás y le hizo una seña, queriendo decir ''Hazlo''.

Miré a Tomás con pánico. ¡OH YISUS!

Tenía mi laptop en sus manos, con la intensión de dejarla caer... Un momento, ¿soborno? para ser niños de 6 y 9 años saben demasiadas cosas.

- Danos el chocolate o la asesino. - Dijo Tomás.

- ¡Wou wou wou! ¡Tranquilos! Está bien, está bien. - Grité. Esa vieja laptop era lo único ''Actualizado'' que tenía. - Se los daré, pero bájenla. - Y así lo hicieron.

Les entregué MI chocolate, y caminaron para salir, pero Daniel se detuvo y me tiró un pedazo de chocolate.

- Buen trabajo. - Me dijo. WATAFAK!!! acababa de ser sobornado por mis dos hermanos menores.

Los escuché salir corriendo por toda la casa mientras reían.

**

Luego de un tranquilo rato, escucho risitas. Me paro de la cama y miro por la ventana, allí estaban Tomás y Daniel, creo que van a trollear a los vecinos nuevos. Oh oh.

¡Hola! ¿Cómo están? xD

Sé que tardo demasiaaaado en actualizar, lo sé T.T pero es que me da más flojera que el que hizo la bandera de Japón xDDDD

Quisiera saber su opinión, ¿Les está gustando? ¿Qué debería cambiar? ¿Qué debería seguir haciendo? Comenten, no me ignoren por favor T.T o me dolerá en el kokoro.

¡Gracias a todos los que han leído, comentado y votado mi historia! Se los agradezco jojojo n.n

Sexys limones para todos! :* 

Mi vida es una MierdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora