Prólogo

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Azcapotzalco, 19 de agosto de 1821

-se acabo- dijo una joven chica de aparentes 17 u 18 años, su bello uniforme color azul marino, ahora lucia desgastado y sucio, a pesar de esto, se mostraba imponente.

Veía para abajo apuntando su bayoneta hacia una persona.

-Es todo, se acabo- volvió a hablar, y aún así no recibió respuesta de su acompañante.

La persona a sus pies, solo se limitó a verla, se podía ver en su mirada una mezcla entre rabia, desilusión y tristeza, a pesar de esto, se resignó y soltó su arma como señal de rendición.

María, soltó un suspiro, este acto hizo que se sintiera más segura pero a la vez denotaba cansancio, después de 11 largos años soñó con ese preciso momento, en el que acabará todo.

-si es lo que queréis- dijo con melancolía el español- está bien- sin más, se levantó del suelo, sacudió su elegante uniforme militar, y le dio una última mirada a la chica.

-Pero espero que sepáis, que esto no es el fin, y a pesar de esta bazofia, yo os seguiré viendo como mi hija-al terminar esta frase, el español se fue, junto con su ejército, dejando al ejercito trigarante vitoreando y festejando la batalla ganada.

Mientras el escándalo aumentaba, María lo ignoraba olímpicamente.

Su mirada se quedó clavada en el horizonte, aún después de que la figura de Antonio y su ejército hubiera desaparecido, ella siguió ahí, bajo sus brazos haciendo de lado su arma y se dejó caer de rodillas al suelo.

-¿por que si soñé tanto con este momento, duele tanto?- pensó.

Mordió su labio tratando de evitar el llanto, llevó sus manos a su rostro y ocultándose entre ellas dejó caer un par de lagrimas.

-Lo logre- dijo primero con timidez e insegura de sus palabras-Lo logre- repitió retirando las manos de su rostro y ahora con un poco más de seguridad-¡Lo Logre!- dijo ahora convenciéndose de lo sucedido, no lo creía, pero ahí estaba, sentía un enorme dolor en su pecho, la melancolía y los recuerdos la estaban carcomiendo por dentro, las últimas palabras del español aún resonaban en su cabeza, nunca imagino ver a ese ser que tanto amo e idealizo en esa situación.

El ejército de las 3 garantías seguía festejando a sus espaldas.

Volvió a ver hacia el horizonte, hacia el atardecer, se suponía que debía estar feliz, ¡y lo estaba!, pero eso no evitaba que recordara todo lo sucedido en la última década, los momentos vividos en esos 300 años, no fue impedimento para recordar cada buen momento qué pasó junto a él, a quien alguna vez llamó, padre, pero ya era suficiente de lamentarse sobre el pasado.

Limpio las pocas lágrimas que derramo con su mano, se levantó, limpió su uniforme, y con seguridad dio una última mirada hacia donde esa persona había desaparecido momentos antes, con seguridad y respirando fuerte abandonó su tristeza y su pasado, ahora nacía una nueva nación, una nueva persona, ahora decidiría sobre su vida, y por primera vez en sentiría que es la libertad.

Sonrió y con determinación fue con el tumulto de personas a festejar lo sucedido.

-Libre, al fin soy libre-, se repitió en su cabeza.

———————————————————Bueno, yo otra vez XD

Esta cuarentena jaja

La Batalla de Azcapotzalco fue la última batalla librada entre el ejército trigarante y el español, fue una batalla decisiva para la consumación de la independencia, con resultado, pues ganamos.

Este es el prólogo de una nueva idea que tengo (mi idea era hacerla más melancólica, pero esto salió, trabajare en ello :b), es corto pero sirve más que nada para introducir al fanfic que estoy escribiendo.

Será el primer facfic largo (algo) que escribiré, así que me esforzaré en mejorar mi redacción y esas cosas.

Fue corto, pero no pienso que sean así los capítulos ya como tal, tengo planeado hacerlos más largos.

Así que, bueno, si les gusta sigan mis ideas raras, sino pues ni modo :v

Así que, con esto me despido por hoy.

Atte.

Winter Sunflower :3

El Imperio CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora