Una Familia pt.1

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Los días pasaron, y a decir verdad no estaba acostumbrada a tener a tanta gente en mi casa a la vez.

Soy una persona muy hospitalaria, y me gusta tener compañía y dar lo mejor para que los demás se sientas cómodos en mi hogar y país.

Pero a veces me sacaban de quicio, debo estar escuchando sus discusiones constantes, sobre todo de El Salvador, el no está de acuerdo con todo esto y a diario le reclama a Efraín sobre su decisión.

Al menos Nicaragua y Costa Rica son más compasivas conmigo, son muy amables, aunque a veces hablan mucho, pero no me molesta, me agrandan, ayudan en la casa y que todo esté bien.

Honduras también se la pasa discutiendo con El Salvador, a veces Efraín los regaña y con eso se aplacan.

Ya han pasado 2 semanas desde la boda y me siento de la patada.

No e dormido bien, ahora con la unión debo ver también cosas que suceden en Centroamérica, si bien Guatemala ve esta región a más detalle, yo también debo estar al tanto, y a sido el doble de trabajo.

Regreso hasta las 11
de la noche, sin ganas de nada, al menos ahora también descanso los sábados, días en que no desaprovecho para pasar mas tiempo con mi esposo, a solas sin que nadie más moleste.

Últimamente me irrito demasiado y como mucho, creo que es el estrés.

Es lunes, demonios, no quiero abrirlos ojos ni iniciar el día, pero tengo que.

Abro mis ojos con pesadez, me quito las sábanas y me levanto, me siento mareada, y sin pensarlo salgo corriendo al baño y vomito en la letrina.

-¿Estas bien?- entra Efraín y se inca a mi lado.

-S si.....ya paso-

-¿Segura? Acabas de vomitar-

-Si, ya pasó- me levanto y me sujeto de la pared-¿no estabas dormido?-

-Si, pero escuché que salías corriendo y después te oí vomitar así que me asomé-

-Lo siento por preocuparte, pero ya todo esta bien-

-¿Segura?-

-Si, seguro me cayo algo mal, ahora debo vestirme, se me hace tarde para ir a trabajar-

Él no se veía seguro sobre si me encontraba bien, pero me dejo ir, no sin antes volver a preguntarme si me encontraba bien.

-¿y si vas a un médico?-

-No creo que haga falta-

Desayune, me termine de arreglar y me despedí de él con un beso, y así inicio otro día más de trabajo.

-Que horror- dije viendo todo el papeleo en mi escritorio.

Toc toc

Tocaron y entro José con un recado, que vaya a la oficina de Iturbide.

Fui, hablamos de varios temas, firme unas cosas, di mi convencimiento a otras, etc.

Salí sintiéndome agobiada, volví a sentir que mi estómago se revolvía, estaba apunto de volver a vomitar, pero no lo hice.

Volví al trabajo y después de un par de horas me dio un hambre abismal, le ordené a mi secretario a que me trajera algo.

Regreso con todo lo que le pedí, un café, pan, fruta y un plato de mole.

Ya había desayunado, pero aún tenía hambre.

-mmm ese mole estuvo exquisito- dije volviendo al trabajo.

El Imperio CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora