María, la directora me pidió que la acompañe hasta su oficina.
Su oficina estaba llena de gente, entre ellas: mi tía. Melina, la psicóloga. Patricia, la vicedirectora. La Madre Superiora. Por último, él, el padre Nicolás.
"Mía, sentate por favor"- me dijo María.
"¿Paso algo? ¿Mi mamá está bien?"- mi cara de transformó por completo.
"Mía, tu mamá está bien.."- me dijo mi tía.
"Mía, tu tía está acá, porque nos parece lo más conveniente que comiences terapia"- Dijo María.
" Yo no estoy ni loca, ni lo necesito."- Les dije.
"Mía, no te estamos tratando de loca, ni nada de eso. Nos parece conveniente por todo lo que estás pasando."- Esa hermosa voz era de Nicolás.
Ni bien terminó Nicolás de decir eso, Melina dijo:
"Mía, yo no pretendo invadir tu espacio. Lo que me encantaría es, que, podamos hablar una vez por semana. Que me cuentes como van tus días, tus cosas."- Después de decir eso, miró a Nicolás y le sonrió. Volvió la mirada a mi. Mi cara obviamente no era de muchos amigos.
"Está bien, pero de a poco." - No me quedo otra que acceder.
"Grácias Mía, ya podés volver al salón." Me dijo María.
Faltaban las últimas dos horas de economía para empezar el fin de semana. Las chicas estaban planeando el fin de semana:
"Mía, deja de ser traga y préstame atención." Dijo Hope, emocionada por el plan que nos esperaba para los dos días.
"Hope, no soy traga. Por si no sabías, en el tercer trimestre tenemos integradora de Economía."- Le dije para que me dejara en paz. No tenía ganas de salir.
"Dale Mía, si no querés salir podemos hacer una juntada tranqui."- Dijo Alay.
"Avisen en el grupo de WhatsApp y yo les aviso."- Les dije, así me dejaban terminar de copiar lo del pizzaron.
Sonó el timbre. Era la hora de salir.
Mientras salimos con las chicas, me llega un mensaje:
"Gracias por aceptar, si no tenes planes este finde te tengo una propuesta. Cuídate Mía!. PD: Buen golpe."
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Mi Amor Imposible
Romance¿Que se puede hacer cuando te enamoras del sacerdote de tu colegio? ¿Me tengo que cambiar de colegio? ¿Lo tengo ignorar? ¿Mantengo la esperanza en que él dejará los hábitos? Esas son las dudas que se plantea Mia todos los días.
