Recuerdos del pasado

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Bruno estaba con una mezcla de emociones recorriendo su cuerpo, pronto entraría a la preparatoria, estaba emocionado porque el y Leone habían sido admitidos en la misma escuela y tenían todas las clases juntos, lo cual ayudaba a que pudieran pasar mas tiempo con el.

Suspiro profundamente, Bruno se encontraba profundamente enamorado del chico de cabellos plateados ¿Cuando se había enamorado de el? lo conocía desde hace tanto tiempo que sentía que estaba enamorado de el desde siempre, amaba pasar tiempo a su lado, incluso su padre ya se había habituado a que estuvieran juntos casi 24/7, su compañía se había vuelto tan indispensable para el como respirar.

_Bruno, Abbaccio vino a buscarte- escucho la voz de su padre desde abajo.

_Voy- contesto y tras una ultima mirada al espejo bajo a ver a su amigo.

Leone se veía bastante atractivo con un pantalón de piel ajustado al cuerpo, una camiseta negra ceñida y una chamarra de piel igualmente negra, sus labios lucían su característico tono violeta, sus ojos se encontraban delineados haciendo su mirada aun mas llamativa.

_Nos vemos mas tarde padre- dije y me apresure a salir con el de cabellos platinados.

Habían sido invitados a una fiesta en casa de uno chico llamado Sorbet, al parecer era el cumpleaños de su novio Gelato, así que harían una gran fiesta, esto también serviría para festejar que ambos habían quedado en la misma escuela.

Llegaron a la casa de Sorbet, el ambiente ya estaba bastante animado, era emocionante ya que esa sería mi primera fiesta, Leone se apresuró y trajo dos cervezas, me tendió una y la acepte, no acostumbraba beber pero dadas las circunstancias podría tomar un poco.

El ambiente estaba bastante animado, vi como varios chicos bailaban o reían a carcajadas, se podía apreciar que se estaban divirtiendo.

_¿Son muy escandalosos verdad? - preguntó Leone a mí lado.

_Se ve que se están divirtiendo- dije animadamente.

Poco a poco, al compas de la música el alcohol empezó a subir a nuestro sistema, aunque era obvio que Leone estaba por mucho más borracho que yo, su habitual rostro enojado había sido cambiado por una risa divertida, además estaba mucho más hablador que de costumbre, la música comenzó a sonar era una canción más lenta "I will follow you into the dark", pese a no ser un género que me llamara la atención, recordé que si era del gusto de Leone.

_¿Quieres bailar? - me pregunto extendiendo una mano.

Acepte aquella invitación, Leone sostuvo mi cintura entre sus manos y yo coloque mis manos en sus hombros, rodeando su cuello, poco a poco fui recargando mi cabeza en su pecho, sentir el latido de su corazón hacia que todo mi cuerpo se relajara.

_¿Quieres ir a un sitio más tranquilo?- dijo el de cabellos plateados cuando la canción terminó - me estoy sintiendo algo mareado, creo que bebí de más.

Era obvio que estaba demasiado bebido, arrastraba las palabras al hablar, y se tambaleaba ligeramente, así que solo asentí, el coloco su brazo en mis hombros y yo lo sujete le la cintura para ayudarle y que no fuera a caer.

Subimos al segundo piso, con algo de dificultad por llevar un poco de peso muerto proveniente de Abbacchio, al llego abrió una de las habitaciones, si estuviera en sus 5 sentidos seguramente le daría una pena enorme entrar en una casa ajena, pero dada la situación lo hizo.

Recosté con calma a Abbacchio en la gran cama y me deje caer a su lado, sentirlo junto a mi, me hizo recordar aquellas noches de pijamadas, en las que tras una película o un juego, ambos nos tirabamos en mi cama, tu siempre preguntabas "¿Siempre estaremos juntos?" y mi respuesta siempre era la misma "Si, jamás te dejaré solo" después de aquello nos abrazabamos hasta quedar dormidos.

Era una cosa de niños, pero aún así yo quería mantener mi promesa, con suavidad acomode los cabellos plateados que cubrían su rostro.

_Gracias Bruno, creo que me pasé un poco

La voz de Leone sonaba ligeramente ronca, lo que inmediatamente me hizo reír.

_Siempre que bebes te pasa esto.

Suspiré y mi mano terminó encontrando la de Leone, eran cálidas y un poco más grandes que las mías.

_Bruno, ¿has pensado alguna vez en nosotros?

_¿En nosotros?

Pregunte en tono tranquilo mientras mis ojos permanecían fijos en el techo.

_Si, me gusta estar contigo, me encanta pasar el tiempo contigo, solo me siento en paz cuando estoy a tu lado.

No sabía si aquellas palabras salían fruto del alcohol o si realmente el mayor se estaba confesando, quizá era una mezcla de las dos.

_También me gusta estar a tu lado, el tiempo que paso contigo no quisiera compartirlo con nadie mas.

Leone se levantó algo tambaleante, quedando sentado en la cama, sus ojos se clavaron en los míos, notaba algo extraño en ellos.

_Deberías recostarte, aun estas...

Sin embargo sus palabras fueron calladas cuando el mayor atrajo su rostro hacía si y junto sus labios, el beso se hizo cada vez más profundo haciendo que mis ojos se cerrarán.

Una mezcla de emociones se apoderaron de mi, ¿Acaso podía tomar esto como una confesión? Aunque Leone no había dicho nada, aquel beso no era algo que se hiciera con cualquier persona, así que... ¿Podía tomarlo como que el siente lo mismo?

Las lenguas de ambos se sumieron en una danza, los labios de Leone eran dulces y se mezclaban a la perfección con el alcohol.

Hasta que de manera repentina, Leone se apartó de él y bruscamente bajo de la cama corriendo al baño, rápidamente supe que el alcohol había arruinado su estómago, corrí tras el llegando al momento justo para ayudarle recogiendo su cabello para que esté no se manchara cuando el terminará de vomitar.

Cuando terminó se acercó al lavabo y se enjuago la boca, se veía bastante afectado así que después de eso le ayude a regresar a la cama y recostarse.

_Bajare por algo de agua.

Le dije y el solo asintió cerrando los ojos, corrí escaleras abajo, sin embargo un montón de gente se hallaba en la cocina, estorbando mi paso, por lo que tras muchos empujones al fin logre encontrar un vaso y llenarlo de agua, me había tardado bastante pero esperaba que aquello le ayudara a Leone.

Subí rápidamente y abrí la puerta donde había dejado a Leone, sin embargo el vaso que traía entre las manos se cayó ante la imagen que tenía enfrente.

Leone yacía con los ojos cerrados mientras un chico de cabellos grises lo estaba besando, al escuchar el sonido del vaso cayendo el chico se giro y al verme sonrió, sus ojos tenían las escleroticas con los ojos rojos.

_Podrías dejarnos solos porfavor

Me gire y corrí escaleras abajo, salí de aquella casa, tenía ganas de irme, pero recordé que tenía que esperar a Abbacchio, mierda.

Me quedé ahí sentado en el porche de la casa, sentía las lágrimas salir pero no lo haría, no lloraría, no por el, no por nadie.

A los poco minutos Abbacchio salió visiblemente confundido, aun se tambaleaba un poco.

_Aquí estabas, un chico me dijo que te vio saliendo, pensé que te habías ido sin mi.

_Súbete Abbacchio.

El me obedeció sin preguntar mucho, quería olvidar todo de aquella noche.

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