-Entonces, estuve un año viviendo en las calles, perdida en las drogas y la prostitución. Y comencé a cortarme. Con todo lo que encontraba, a cualquier hora y en cualquier momento. También dejé de comer. No ingería alimento por horas y hasta a veces días. Estaba todo el dia masticando chicle para engañar a mi estómago. Y los pocos bocados que probaba para no morir luego los vomitaba. Él me había hecho tanto daño tanto física como psicológicamente hasta tal punto de no ingerir bocado, cortarme y, tiempo después, intentar acabar con todo. Hasta que un día me harté e intenté suicidarme. Me corté, luego tomé unos veinte antidepresivos para después llenar la bañera hasta el tope y sumergirme en ella. Sin embargo desperté- sus ojos marrones se oscurecieron hasta llegar a un negro que le provocaba escalofríos a quien sea que los vea. Ahora le faltaba repararla.
