-¿Qué es éste lugar?- exclamó ella al llegar a un gran parque con un lago artificial dentro de el.
-Ya te lo dije- contestó y la tomó de la mano. -Vamos-
-Joder ¿a dónde?- ya se estaba frustrando, odiaba las sorpresas.
-Aquí- gritó y la tomó entre brazos, levantándola y saltando con ella al agua.
-¡Ah, te odio! ¡Eres un idiota!- exclamó, pero una sonrisa quería brotar de sus labios.
-Cállate, te encanta- replicó con una sonrisa egocéntrica para luego tirarle agua.
Ella hizo lo mismo, y luego se armó una guerra de agua por los próximos treinta minutos.
Fuertes carcajadas salían de las bocas de ambos.
Y fue la primera vez que él la vio feliz, pero no la última.
Y fue la primera vez en mucho tiempo que ella fue feliz, pero no la última.