VI

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Lan Zhan había olvidado cómo se sentía pensar. En alguna parte de su corazón sabía que era eso que hacía la gente y que involucraba revisar varios pasos antes de hacer o decir algo, pero no podía recordar con exactitud de lo que se trataba. Probablemente no era nada importante. Nada se sentía especialmente importante justo ahora, excepto la reacción física inmediata que estaba teniendo Lan Zhan a lo que fuera que acababa de pasar. Más tarde recordaría que este estrés agudo y esta ansiedad a menudo tenían ese efecto en ella; no sólo se congelaba y se sentía incapaz de pensar, sino que su cuerpo decidía actuar como si tuviera que enfermarse de pronto. ¿Se sentía triste? Ahí va una buena dosis de laringitis que hace que se cierre su garganta. ¿Asustada? Tensión en el cuello y sudores fríos a la orden. ¿Estresada? Oye, mira, todo tu cuerpo está temblando por alguna razón, ¿no es eso lindo? ¿Ansiosa? Excelente, parece que lo que necesita son náuseas. ¿Seguía emocionada y aterrada ante la posibilidad de que algo pudiera haber salido terriblemente mal? Perfecto, ¿qué tal un zumbido que le recorra todo el cuerpo y la mente, y que haga que su piel se sienta caliente por fuera mientras que la deja fría como el hielo por dentro?

En general, Lan Zhan no se encontraba precisamente bien, per se.

Estaba bastante tranquila (por fuera, al menos) sentada a la mesa donde Wei Ying se había negado a comer. Se había quedado con la mirada perdida en la distancia, mientras dejaba que la cacofonía de docenas de instrumentos siendo tocados a la vez en diferentes lugares de diferentes salas le inundara. Trató de visualizar una partitura de Beethoven para despertar su mente. No funcionó muy bien. Todo lo que podía oír era el eco de Wei Ying en su cabeza.

¿Qué diablos fue eso?

¿Qué, tan solo ibas a dejar que quedara como una tonta allá?

Te amo, Lan Zhan.

¿Qué acababa de suceder? ¿Cómo había escalado tan rápido? ¿Qué era exactamente lo que había escalado? ¿Qué le diría Wei Ying cuando hablaran por fin? ¿Cuándo podrían hablar por fin? ¿Esto era bueno o malo?

Eventualmente, el sonido de una puerta azotándose le sacó por fin de su desafortunado enredo. Al levantar la mirada, vio a Lan Jingyi observándola con los brazos cruzados sobre su pecho.

—Oye —dijo Lan Jingyi—, me estás mirando mucho. Es raro. ¿Crees que puedas mirar fijamente hacia otra parte?

Lan Zhan simplemente siguió observándola. De acuerdo, eso era exactamente lo que le había pedido Lan Jingyi que no hiciera, pero Lan Zhan sólo estaba pensando en cómo iniciar una conversación. De todas maneras, no era como si se tratase de alguna especie de mirada aterradora.

—Das un poco de miedo —dijo Lan Jingyi, arruinando esa justificación en particular.

Lan Zhan dirigió su mirada hacia la esquina más cercana, que estaba justo frente a ella junto a la puerta de la sala donde Lan Jingyi había estado practicando hasta hace unos momentos.

—Escucha, la cosa con esta sala de prácticas —dijo Lan Jingyi— es que cuando me siento al piano quedo frente a la puerta de cristal. Y la cosa sobre tu silla es que hace que quedes frente a la misma puerta de cristal. Y la cosa sobre las puertas de cristal es que por lo general puedes ver a través de ellas. Y la cosa sobre las cosas que te permiten ver a través de ellas es que-

—Lo siento —le interrumpió Lan Zhan. Había estado interrumpiendo bastante últimamente, pero su cerebro estaba demasiado agotado como para siquiera intentar preocuparse por ello.

—Genial —dijo Lan Jingyi, que conocía lo suficiente a Lan Zhan para saber que probablemente eso sería lo máximo que obtendría de ella sobre este tema en específico. Dudó por un momento y luego se sentó en la silla junto a Lan Zhan—. Bueno, no es por entrometerme, pero ¿qué diablos acaba de pasar entre Wei Ying y tú? ¿Acabas de romper con ella? ¿En una sala de prácticas? ¿Mientras te besabas con ella? Porque no te voy a mentir, eso suena un poco terrible.

Una entusiasta amante de los conejos | WangXian wlwDonde viven las historias. Descúbrelo ahora