Aire libre

7: en el fuego

Sesshomaru estaba en problemas, problemas reales por una vez en su vida. Problemas serios, podría ser asesinado por eso. ¿Cual fue el problema? Bueno, para empezar, una mujer lo estaba besando y esa mujer no era Kikyo. Para empeorar las cosas, era la princesa Abi y ella tenía su camisa apretada por la muerte de la que probablemente tendría que rasgar la tela para escapar. Y si rasgaba la camisa, definitivamente iba a tener una historia más increíble que contarle a su amada cuando finalmente llegara a casa. ¡Estaba tan jodido!

"Ahora", dijo Abi mientras se alejaba del demonio perro. "Tal vez te gustaría entrar", repitió su oferta que él ya había rechazado.

"Tengo asuntos que atender", respondió Sesshomaru en el tono más normal que pudo reunir, lo que le quitó todo su autocontrol y, sin embargo, todavía sonaba robótico mientras hablaba.

El macho de cabello plateado se giró y se alejó antes de que el demonio pájaro pudiera decirle algo más. Se limpió la boca como lo haría un niño pequeño al entrar en la escalera; Sí, ni siquiera iba a esperar el ascensor. Intentó quitarse la lengua de los dientes delanteros, aunque ella no se había atrevido a meterle la lengua en la boca. Aun así, podía saborearla en su boca y no le gustaba. Necesitaba algo de comer o beber lo antes posible.

Fue y trajo algo de beber en el vestíbulo del hotel antes de salir a su automóvil. Lo comenzó, pero no se movió. ¿Qué demonios se suponía que debía decirle a Kikyo? ¿Debería decirle a Kikyo? No era como si ella pudiera sentir que el asqueroso pájaro había violado su espacio y le había robado un beso. Pero, ¿y si se enterara? ¿Y entonces ella tendría el hecho adicional de que él no había dicho nada? ¡Oh, Dios, estaba tan jodido!

Abi no podía creer que prácticamente se hubiera arrojado a ese sucio perro callejero y él tuvo el descaro de cortarla y correr sobre ella. ¡Ese bastardo arrogante y de aspecto afeminado! Ella prácticamente gruñó; ella lo odiaba! ¿Cómo se atrevía a negarla? Él era un chucho.

Esa fue en realidad su historia juntos. Ella siempre querría hacer algo, aunque nada parecido a lo que quería hacer en este momento considerando antes de que solo hubieran sido niños. Pero, el punto era que él nunca quiso hacer lo que ella quería hacer. Por eso lo odiaba. Nunca la trató como la princesa que era.

Ella se lo mostraría. Ella no iba a tolerarlo solo tratándola de la manera que él quisiera. Fue y agarró su teléfono y justo cuando estaba a punto de llamar a su madre para informarle que Sesshomaru estaba siendo una idiota como de costumbre, pero se detuvo antes de poder presionar un botón.

Se dio cuenta de que era infantil. Estaba siendo inmadura, tal como Sesshomaru pensó que era. Ella planeaba contarle sobre él; sonaba como si fuera una niña pequeña. Podía ver por qué él rechazó su invitación. Estaba actuando como una mocosa malcriada.

Abi suspiró y comenzó a marcar en su teléfono celular. Ella no estaba llamando a su madre. Estaba llamando a Sesshomaru. Su correo de voz se escuchó en lugar de él, por lo que decidió dejar un mensaje, simplemente diciéndole que la llamara para que pudieran hablar sobre lo que sucedió.

Sesshomaru miró su teléfono celular para ver quién lo llamaba. En el momento en que lo vio fue Abi, que le dio la fuerza para al menos alejarse de su hotel. No se molestó en responder, no queriendo molestarse con ella en este momento. No, en este momento, realmente detestaba a la perra con cerebro de plumas, ya que ahora creía que ella era. Él se negó a ser molestado por ella nunca más.

Mientras conducía a casa, todavía no sabía qué iba a decirle a Kikyo, si iba a decirle algo. De repente deseó poder llamar a alguien y pedirle consejo. No pensaría en llamar a Inuyasha por varias razones; el primero es que él, como hermano mayor, solo debía dar consejos al menor y nunca tomar el consejo de su hermano pequeño. La segunda razón, casi igualmente importante, era que realmente pensaba que su hermano era un imbécil, especialmente cuando se trataba de relaciones considerando cuánto le gritaba su mujer.