Noviembre

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-Pronto será el día de acción de gracias -dijo Jean sentado desde los escalones bajos que daban entrada a su instituto de educación primaria.

-¿Vendrá toda tu familia? -Preguntó Alice, una niña de su generación con la cual se llevaba bastante bien.

-No lo creo. La ultima vez que fui a ver a mi tía Amélie y mi tío Cid, a mis primas Laurette, Maëlla, Prudence y Eloïse, mis primos Ollivier, Lionel y Eugène y mis abuelos fue en el verano pasado -Nombró Jean contando con los dedos de sus manos-. Oí que mamá dijo que quería ir en Navidad.

-Eso suena divertido -Asumió la acompañante-. Yo nunca he ido a Francia, ¿es bonito?

-Algunas casas son raras -respondió el niño evocando un par de recuerdos sobre su estadía-. Son más... Como decirlo... ¿Viejas? Mmm... -Murmuró-. Le preguntare a John cual el la palabra correcta.

-Pues a nosotros nos visitan nuestros primos de Illinois, o a veces nosotros los visitamos a ellos -dijo Alice efusivamente-. Pero ahí las casas son igual que aquí...

Alice estaba a punto de decir algo cuando vio a una figura a un par de metros de Jean.

-Jean, creo que ahí viene tu hermano.

Y antes de que él pudiera conteste algo, John ya estaba a un lado suyo.

-Hola enano, ¿listo para ir a casa? -Saludó el mayor-. Hola, amiga de Jean.

-Soy Alice, dime Alice -Se presentó la amiga de Jean.

-Seguro... -Acepto John con cierta incertidumbre-. ¿Van en la misma clase?

-Sí -Respondió Jean antes de Alice-. Ella entro en este año, es de Illinois, ¿verdad, Alice?

Alice asintió sin borrar la sonrisa de su rostro.

-Bien pues, Alice, ya nos tenemos que ir Jean -anuncio John-. Nos vemos luego Alice -se despidió.

Jean y John empezaron a caminar, y como de costumbre, John llevaba la mochila del pequeño.

Jean les decía a todos que John era su hermano. Por alguna causa, John fingía no saberlo, aunque en realidad le gustaba. De vez en cuando, se sentía como si realmente fueran hermanos de sangre.

Jean, mientras tanto, iba absorto en sus pensamientos. "Alice seguro que es bonita" Pensó "Pero cuando sonríe se le arruga la nariz y parece un conejo".

-John -llamó Jean-. Tengo una duda.

John murmuró algo que se le asemejó a un "sí" y entonces Jean preguntó:

-¿Dónde está Illinois?

John se rió un poco.

-Pues está más cerca que Francia, te lo aseguro -contestó el mayor mientras tomaba a Jean de la mano antes de cruzar la avenida-. ¿Por qué? ¿Te interesa ir a Illinois?

-Puede que sí -admitió francamente el pequeño-. Además, siempre vamos a Francia, y en Francia hablan francés y me dicen que mi acento francés no es francés porque soy americano pero nací en Francia. No lo entiendo -explicó mientras ladeaba la cabeza de un lado a otro-.

-Hey, apuesto a que tu francés es mejor que el mío -dijo John al darse cuenta de que el niño estaba visiblemente desanimado.

-Sí... ¡Ya se! -exclamó Jean deshaciéndose del agarre del mayor una vez que llegaron a la banqueta-. Aprenderé el idioma que se hable en Illinois. Mmm... Me pregunto si será difícil o no...

John tenía que contenerse para no dar carcajadas, pues no era muy bueno en eso de contener la risa.

-¡Enano! ¡En Illinois se habla inglés, como aquí!

-¿Ah si? -Preguntó Jean decepcionado-. Que lástima, yo que pensaba en sorprender a Alice.

-¿Alice? ¿La chica de hace un rato en la...? -John se quedó pasmado antes de poder formular la siguiente pregunta-: ¿Te gusta Alice? Estas muy pequeño para eso, ¿lo sabes?

-¡Ugh, no! -respondió Jean con cara de asco-. ¡Claro que no me gusta! Sólo me agrada un poco más que los demás.

El mayor de los chicos sonrió ante tal inocencia. A veces, cuando platicaban así, a John se le figuraba que Jean nunca crecería, y que siempre sería el hermanito pequeño que decía ser su hermano aún cuando no lo era.

Jean & JohnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora