Acabaron las clases, y como de costumbre, John no tenía nada que hacer.
Bueno, sí. Sí había algo que hacer, pues desde el primer día de julio, el chico se vio obligado a empezar a empacar sus cosas, pues se mudaría a casa de su padre.
El psicólogo decía que John estaba pasando por una etapa muy difícil, y que necesitaría del amor y el apoyo de todos. No obstante, el único amor y apoyo que a John le quedaba era el de Jean, y ahora se separarían, y quedarían a kilómetros de distancia.
El día en que John llegó a casa de su padre, era el día de la Independencia. Por eso había mucha comida y preparativos.
La casa de su padre era por mucho, más grande que en la que John había vivido toda su vida.
La nueva esposa de su padre era joven y bella, y tenían dos hijas, una de cinco años y otra de tres. Se llamaban Meredith y Olivia.
La señora y su padre no se cansaban de decirle a John que ese era su nuevo hogar, pero él no se sentía así en lo absoluto.
Su hogar quedaba a muchos kilómetros de distancia, decía John, mientras veía los fuegos artificiales en aquel triste cuatro de julio.
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Jean & John
Short StoryEllos sólo se tienen el uno al otro. El uno al otro, se protegen. Se cuidan. Se quieren. Y simplemente no son hermanos.