V O U S

Capítulo IV

N/a: la chica de la foto me recordó a Annabell.

No dejó muchas notas de autora, así que las próximas maybe serán para que se den una idea de los personajes.

Xoxo, lind@s.

~^~
Había estado yendo a probarme el Vera Wang una vez cada dos días, Ana decía que todo debía estar perfecto, y la entendía, era su boda. Y el vestido debía entrarme.

Faltaban tan solo cuatro días, hacía una semana y media que no veía a Keelan y era mejor así, estando lejos de él era más fuerte. Pero eso se iba a esfumar luego.

—Pierna derecha a un lado, con lentitud, ahora su pie izquierdo lo posicionan detrás del derecho de una forma rápida —dice el chico gay que nos enseña los pasos para el baile secundario, ya saben, luego del bals.

Habían llegado dos damas más, la hermana de Ana, Ayleen, que era de nuestra edad, y su prima, Alessa, un año mayor que todas, habían viajado desde México y acababan de llegar.

Teníamos cuatro días para aprendernos el baile. Y yo era la única que parecía tener dos píes izquierdos.

El chico toma el puente de su nariz, frustrado, —Annabell, inténtalo nuevamente.

Unos chicos que había traído el mismo nos estaban sirviendo de apoyo en lo que llegaban los chicos.

—Tu —apunta al chico que está conmigo. —, sal de aquí, ahora mismo.

El chico acata su orden y sale de la pista inmediatamente. Mi mirada se posa en los chicos que van entrando. Nuestros acompañantes.

Gracias Ana, por cambiar a mi pareja de baile con tal de que el se fije en mi. Ana de último momento había cambiado a un primo de ella por Keelan, maldita sea, ¿no?

Mi respiración se descontrol cuando todos entran, Korey y Dago ríen con los dos primos de Ana, King y Alejandro, al fondo viene Keelan, caminando con su intimidante seguridad y su vanidosidad, trae un short deportivo negro, una camiseta a juego de la misma marca deportiva, y una gorra (cachucha) blanca hacia atrás, su cabello claro sale de la gorra, trae unos tenis blancos, todo el grita lujoso aún que ande deportivo, toda su ropa de la marca Adidas, se ve totalmente caliente, sus brazos grandes y musculosos, es un poco más alto que todos pero la diferencia de estaturas es muy notoria.

Tiene un semblante serio y su mirada se posa en Malori. Ella camina rápidamente hacia él y este toma su cintura con una sola mano atrayéndola a él, deja un beso en sus labios y me mira.

Giro mis ojos.

Maldito.

Mi maldito.

–El maldito de Malori, Ann, no tuyo –me recuerda mi otra yo.

Mierda.

—Que bueno que han llegado, justo a tiempo. ¿Quién es la pareja de Annabell? —pregunta el.

—Yo —dice Keelan sin mirarme.

—Vamos a comenzar desde un principio, te encargo, precioso, que guíes bien a Annabell, porque es un desastre —dice el causando risas.