Guerra.
Ella tan solo añoraba una vida feliz acompañada de su familia y amigos, a pesar de ser diferente a todo lo que existe debido a sus raíces, creía que sería posible hallar aquella felicidad. Realmente lo creía.
Terriblemente sus sueños fueron aplastados apenas inicio la guerra, vio con sus propios ojos a su padre ser llamado traidor por no seguir los ideales Galra y ser asesinado, de su madre nunca supo nada más, simplemente desapareció, intuyó que había muerto durante la pelea final contra el tirano que inició la guerra, y su hermana, oh, su hermana mayor se unió a los Galra, quedó sola a Merced del emperador que buscaba los leones de voltron. Pero no pensaba darle la ubicación de ninguno, aún a costa de su propia vida.
Zarkon la tenía desarmada y herida, lo había dado todo en la pelea y aún así no fue suficiente, el Galra era más poderoso que ella.
–Dime dónde están y tú muerte será menos dolorosa– La menor de apenas 14 años se negaba, no lo haría, estaba lista para morir cuando varios disparos cerca alertaron a todos. Era la leona blanca.
–Imosible...– La pequeña mestiza asombrada se alejo de la pelea, sentía que la leona estaba ahí por ella, su madre siempre le contó de varias veces en que la leona le savlo la vida, penas estuvo a buena distancia de Zarkon la felina mecánica abrió la mandíbula para dejarla entrar, así lo hizo.
Una vez dentro intento llegar a los controles, pero los bruscos movimientos le dificultaban la tarea, cuando por fin logró tomarlos se sentó como pudo y comenzó a maniobrar, le sorprendía que la leona la viese como su paladín.
–¡Ah!, ¡Debemos salir de aquí!.– La pequeña trataba de manejar a la felina, era complicado, conocía los controles de las naves Galra y Alteanas, pero un león era algo completamente nuevo, requería habilidad, intuición y años de experiencia, pero ella no tenía nada de eso, no era como su madre.
Satheo, su madre, era una guerrera Gandriana, una raza de felinos que no existían en esa realidad, siempre fue una mujer fuerte, valiente y una guerrera nata, paladín de la leona blanca.
Aunque era una mujer bajita por su raza, su madre sin duda era de las mujeres más fuertes que conocía. La admiraba mucho.
Pero no era momento de pensar en ello. Naves Galra iban tras ella, apenas lograba esquivar algunos disparos, recibiendo otros cuantos, maniobrando la leona hizo lo que pudo para encargarse de los cazas, sabía que pronto llegarían más, por ello apresurada buscó un planeta donde ocultarse, el primero que le pareció perfecto debido a su composición gaseosa fue Tandarus, en él los Galra la perderían de vista, los radares no la detectarían y se cortaría la comunicación, no podrían pedir refuerzos, el problema era que no podría disparar, ninguno debía hacerlo o los gases altamente volátiles explotarían.
Una vez en Tandarus se percató de cómo más Galra la seguían, avanzó rápidamente tratando de perderlos, eran cuatro cazas tras ella, si supiera como ser paladín seguramente sería fácil para ella librarse de ellos. Pero no lo era.
–¡Ah!.– Las tres naves dispararon al mismo tiempo, salió del planeta tan rápido como pudo, distinguió como la explosión iniciaba, primero los cazas fueron destruidos y seguía ella, con los controles hacía adelante esperaba poder escapar de la explosión, pero no lo logró.
Debido a que la leona la protegió no se hizo mucho daño, pero la onda expansiva la lanzó lejos, ya no tenía el control, escuchaba las alertas de peligro, veía las luces rojas alertando que algo andaba mal, pero no podía hacer nada, por un momento la leona no respondió, tan solo siguió siendo arrastrada por la onda de la enorme explosión hasta entrar en la atmósfera de un planeta que estaba al costado de Tandarus.
Narus.
Un planeta completamente congelado, al no tener el control simplemente fue jalada por la gravedad, que en aquel planeta era fuerte, la leona siguió cayendo hasta impactar en una laguna congelada, no respondía. La pequeña mestiza trato como pudo de encenderla, pero no podía, no sabía cómo, pensamientos negativos llegaron a ella.
"¿Y si cree que ya no soy digna de ser su paladín?, ¿Y si los Galra nos encuentran?, ¿Que pasará si se la llevan?", Se preguntaba. Había fracasado. Se sentía una escoria por no poder ni siquiera proteger lo último que le quedaba de su madre. Salió de la leona pensando que quizá encontraría la forma de hacerla encender, pero no veía como, no sabía que hacer. Se tiró al hielo de rodillas.
Entre el dolor físico y el emocional unas lágrimas salieron de sus ojos, estaba varada en un planeta con pésimas condiciones para habitarlo, pensaba que moriría cuando de repente sintió como el suelo comenzó a temblar.
¿Acaso la leona estaba consciente otra vez?, No.
Sus ojos seguían apagados. Lo que realmente sucedía era que el hielo comenzaba a fracturarse por su peso.
–¡Quiznak!.– Exclamó y trato de llegar nuevamente dentro de la leona, era su único medio de escape, aunque estuviese fuera de servicio en aquel momento, tampoco pensaba irse sin ella. El suelo bajo sus pies se movía demasiado, el hielo estaba completamente fracturado, la leona comenzaba a hundirse y no lograba llegar.
Un trozo de hielo quedó inclinado hacia arriba, uso este para impulsarse hasta la mandíbula de la leona, una vez dentro trato nuevamente de hacerla encender, fracasando en el intento.
El agua la cubría casi por completo, si quería salir debía hacerlo ya, la mandíbula de la leona no estaba bien cerrada, por ello comenzó a entrar algo de agua llegando a ella, estaba helada.
El frío le calaba los huesos, sentía como por culpa del agua sus movimientos eran más torpes y temblorosos, su traje no le protegía del todo, cerró completamente su casco esperando al menos mantener el oxígeno, ya estaban completamente hundidas, difícilmente saldría aunque fuese sin la leona. No lo lograría.
Se abrazaba a si misma, flotando en la helada agua, cuando por fin se percató de cómo la leona cerraba la mandíbula y el agua se expulsaba. Se sintió aliviada pensando que por fin funcionaba, pero no. Ese solo era un sistema común que se activaba cuando el paladín estaba en problemas dentro. Su madre implementó la tecnología de una cápsula de curación alteana dentro, por ello automáticamente cuando estuvo en peligro se activó.
El problema fue que la mejora aún no había sido probada correctamente, considerando que anteriormente había sufrido algunos golpes muy fuertes el sistema falló, por ello, no se abriría sino hasta que alguien más lo hiciera, en lugar de abrirse cuando estuviese completamente curada o la paladín deseara.
Este error la dejo en un sueño profundo durante más de diez mil años, esa pequeña sin duda tenía una suerte terrible. Pero quizá, solo quizá y todo era parte de su destino.
Pero esto no lo sabremos, no hasta pasados diez mil años.
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.Hey~ ¿Que tal?, ¡Espero les haya gustado está pequeña presentación de lo que pasó y el como "__" termino ahí JAJAJAJ
Pura mala suerte tiene la pobre :(
Por cierto~ La raza "Gandriana" la he inventado yo completamente, son una raza felina, está raza es muy enana, Satheo, su madre media 1.45, su padre Galra media 1.90 y __ mide 1.55 xD
Son enanas ;v pero no por eso son débiles, disculpa si a alguien no le agrada eso, pero es mi historia uwu
Ya después verán un FanArt de __, estoy trabajando en el :3Nos leemos luego~! <3
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Voltron: La Leona Blanca. [Keith x Lectora.]
FanfictionElla era una mestiza considerada traidora por no seguir los ideales Galra, después de escapar en la Leona blanca de su madre termino en Narus, un planeta hostil de hielo. Sin tener el control de la situación, su destino la llevo a hundirse en una l...