__ había despertado, para la pequeña mestiza apenas hace algunas horas estrelló la leona contra el planeta Narus, sin embargo, el tiempo avanzó completamente diferente a como ella lo sintió, dándose cuenta de ello al ver el brazo robótico de Sendak ya que anteriormente no lo tenía, más no analizó la situación a fondo y sin pensarlo dos veces se lanzó contra él furiosa, había perdido lo poco que le quedaba por culpa suya y verlo ahí le hizo hervir la sangre.
–¡Sendak...!– Sin llevar arma alguna trato de darle un golpe con su puño cerrado, el Galra esquivó su ataque y sostuvo la muñeca de la menor con fuerza, elevándola a su altura.
–Encierrenla, ya tenemos lo que queremos.–Con fuerza la lanzó contra el suelo, su pequeño cuerpo se lastimo al momento de impactar, más su queja no fue por el dolor, sino por la ira que sintió al ser tratada de aquella forma, por sentirse tan débil ante la presencia de ese Galra. Se levantó dispuesta a no dejarse hacer menos, hasta que un druida arremetió contra ella, el rayo que impacto con su cuerpo le dejo inconsciente.
Pasadas algunas vargas la mestiza apenas abría sus ojos bicolor, se sentía adolorida por el ataque que recibió anteriormente, trato de moverse y en ese instante noto las cadenas que la Mantenían aprisionada en una mesa, tanto en muñecas como tobillos, la preocupación la invadió, definitivamente no era nada grata esa situación. Forcejeó un par de veces más hasta que las puertas de su celda se abrieron, detuvo sus vanos intentos para observar quienes cruzaban la puerta.
Sendak y el mismo druida que la hirió anteriormente.
–Quiero que le saques la información.– El Galra dió la orden y salió de la celda, __ sabía que lo que seguía no sería nada agradable, pero no le demostró su miedo al Druida, sus genes Galra no se lo permitieron. Tan sólo le otorgó una mirada filosa, dándole a entender que si la tocaba lo asesinaría, pero esto no sirvió para intimidarlo, más bien parecía disfrutar la situación.
–Tu mirada me recuerda tanto a cierto terrícola que acabamos de capturar.– Su extraña risa hizo eco en la pequeña habitación, un escalofrío recorrió su cuerpo, ¿Acaso habían ido a la tierra?, Se preguntó a sabiendas de que ahí se hallaba el león azul, más no dijo nada, mantuvo su expresión dura como roca, jamás le daría el placer de verla asustada. –Dime dónde están los leones o te lo sacaré a la fuerza.– Advirtió, su mano pronto se cubrió de extraños rayos de colores morados, sabía que de no decirlo sufriría, pero no iba a traicionar a su madre y a los paladines que confiaron en ella al darle dicha información.
–¿En serio crees que le darían esa información a una niña de catorce rotaciones solares?, O más bien Deca-phoeps, para que tú pequeño cerebro lo entienda.– Preguntó burlona, como si fuese algo obvio, considerando que solo por eso ella tenía dicha información, porque creyeron que a nadie jamás se le ocurría preguntarle a una niña.
–Tienes razón, serías la última persona a quien interrogaria, pero Z̶ira si fue leal al imperio.– Con estás palabras derrumbó el muro de confianza de la pobre niña. Z̶ira era su hermana mayor, quién apenas inicio la guerra siguió los ideales de Zarkon, lo sabía, más nunca hubiese imaginado que ella haría una atrocidad como traicionar a su propia familia. Apretó los puños furiosa, su semblante se torno oscuro, esto le provocó gracia al Druida, hasta notar como sonreía ligeramente la chica.
–Z̶ira tomó su decisión, apoyó al imperio. Yo también tome mi decisión, ¡Me llevaré la información a la tumba!.– Le mostró los colmillos como un gato furioso, su cola se movió de un lado a otro ligeramente encrespada, pero no por miedo, sino por la furia que sentía.
El Druida tomo está declaración como el momento para finalizar la charla y comenzar con la tortura. Se lo advirtió, le sacaría la información de una forma u otra. Pronto los rayos impactaron contra el pequeño cuerpo de la felina mitad Galra que comenzó a retorcerse en su lugar, sus gritos inundaron la celda, incluso los reclusos de otras celdas escuchaban estos.
El dolor fue insoportable, un par de Doboshes fueron suficiente para que las lágrimas salieran de sus orbes bicolor, el Druida finalizó la tortura y repitió la pregunta.
–¿En dónde están los leones?.–
La pequeña solo temblaba, aún sentía leves descargas recorrer su cuerpo, las lágrimas fluian, más su mirada le demostró la fuerza interna que tenía. No sé derrumbaría tan fácil.
–Jamás te lo diré.– Estaba dispuesta a dar su vida por mantener su silencio, su voz tembló ligeramente, pero era claro que poseía una voluntad de hierro.
El Druida no dijo más y volvió con la tortura, creyendo que así lograría quebrantar su voluntad, a sus ojos solo era una niña débil que pronto le daría lo que quería, sin embargo ella no era así. Ya sea por sus genes o la forma en que fue criada, pero ella nunca, jamás se debilitaría frente a un enemigo, jamás podrían quebrarla. Lo había perdido todo y por conocer el dolor de perderlo todo, se negaba a dejar más gente sufriendo lo mismo.
A pesar del dolor, se negó a dar la ubicación de un solo león. Luego de una varga la dejaron por fin descansar de la tortura, dándole un movement sin comida ni agua, esperando con esto hacerla hablar.
–Z̶ira, ¿Por qué hiciste eso?.– Con la pregunta hecha al aire la pequeña mestiza trato de acomodarse en una esquina de la celda, tenía sus brazos y piernas encadenados, pero ya no estaba aprisionada a la mesa. Abrazo sus piernas con tristeza, amaba a su hermana y verla como su enemiga le era complicado. ¿De verdad la había traicionado así?, Se preguntó. No quería creerlo.
Ese movement tuvo tantas cosas que pensar, que la falta de comida y agua no le afectaron del todo, le pesaba estar ahí, sin saber siquiera cuánto tiempo había pasado, pero no podía hacer más que planear su escapatoria.
Tenía que salir de ahí a como de lugar.
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.Hey~ ¿Cómo están? :3
¡Espero les haya gustado este capítulo! unu
Voten y comenten!
Eso me motiva mucho unu <3Nos leemos luego! <3
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Voltron: La Leona Blanca. [Keith x Lectora.]
Fiksi PenggemarElla era una mestiza considerada traidora por no seguir los ideales Galra, después de escapar en la Leona blanca de su madre termino en Narus, un planeta hostil de hielo. Sin tener el control de la situación, su destino la llevo a hundirse en una l...