Cap 3. Comienzo de las vacaciones

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Acababan de empezar las vacaciones de verano y ya daba por sentado que iban a ser igual de aburridas como todos los otros años o incluso más. Tenía que empezar a mirar institutos para estudiar o incluso hacer algún ciclo, aunque esa idea no me llamaba mucho la atención. Mi madre siempre me decía que pese a ser una niña muy tímida mi devoción seria psicología, pero yo siempre me reía y decía que eso era imposible. Me tiré todo el día ordenando la habitación y haciendo cambios. Mis días fueron muy aburridos porque me los pasaba en mi cuarto escuchando música, leyendo o escribiendo, porque os recuerdo que yo era una antisocial y solo me juntaba con Elena mi mejor amiga, la cual se fue durante dos semanas largas al pueblo. Un día me llegó un mensaje directo de un tal Hugo, el cual yo no conocía de nada, me decía de quedar un día de estos para ir a una fiesta, pero yo le dije que ya le respondería. Corriendo fui a contárselo a mi mejor amiga Elena, la cual me dijo que era el chico de aquella noche en el hotel. Yo me quedé muy sorprendida y súper en shock. Elena me dijo que aceptara sin pensarlo, pero que ella tenía que venirse de acompañarte. Por la noche, a eso de las dos le mande un direct a Hugo diciéndole que si que iría pero con mi mejor amiga, le dejé bien claro que estaría poco tiempo y que me concretara fecha y hora. A los días llegó Elena del pueblo y quedamos para ponernos al día, la cual estuvo media hora preguntándome como había ido con Hugo y que habíamos acordado hacer. En ese mismo momento me habló Hugo diciéndome que nos viéramos el sábado en la puerta del IES a las once y a poder ser llevara dinero. Llegó el famoso día y quien iba a decirme que yo, Andrea, iba a ir a mi primera fiesta con gente de mi instituto, y que encima me veían como una tía guay y no una rarita. Elena vino a mi casa para arreglarnos y ponernos medianamente bien. Me puse unos pantalones cortos blancos y un top negro con rayas, después me dispuse a ponerme un poco de corrector y rímel. Cogí mi bolso, las llaves y unos diez euros y todo seguido nos fuimos. Cuando mi madre me vio bajar así se quedó con la boca abierta y le dio miles de gracias a Elena por haberme ayudado a cambiar un poco. Estuve todo el camino super nerviosa y sin casi decir nada, sin embargo Elena estaba super entusiasmada y con muchas ganas de fiesta. Nada más llegar nos sentamos en un banco a esperar y por desgracia eran las once y diez y no había llegado nadie. Así que empecé a sospechar de que nos habían dado plantón.

The diary of Andrea WilliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora