Cap7. Mariposas en el estomago

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Cuando me levante ya tenía en mi bandeja de notificaciones sus "buenos días bella durmiente", y sinceramente no sabia el porqué de ese mote, igual seria porque eran las doce de la mañana?, o porque él se ha levantado a las ocho y daba por hecho que yo dormiría más?, no lo sé pero me pareció super tierno. A lo que yo le contesté" ehhh buenos diassss, y una sonrisa de oreja a oreja que no podía representar en esa conversación. Sabia que él trabajaba así que hasta las tres o así no iba a recibir ningún mensaje suyo, a lo que decidí hacer la matricula para el bachiller. Como bien dije a las tres y media me preguntó que tal me había ido la mañana y yo le respondí con la misma pregunta. Se le veía un poco agobiado y cansado por lo que decidí decirle de hablar por la tarde así el que descansara. Por la tarde me fui a un centro comercial con mi hermano a merendar unos helados que el pobre llevaba días pidiéndomelo. Cuando llegamos nos sentamos, de repente me doy cuenta de que en la terraza estaba sentado Sergio con su familia y yo empecé a ponerme muy nerviosa porque no quería que me reconociera. Fallé, a los dos minutos ya me había visto y como no se acercó a mi mesa y nos saludó, me empecé a poner nerviosa porque mi hermano preguntó que quien era él, a lo que enseguida respondió que solo era un amigo de mucha confianza que me quería mucho, de repente me guiñó un ojo. Todo seguido se despidió diciéndome que me acordara que a las ocho pasaba a por mí. Perdón? como que pasa a por mí ?, miré el reloj y vi que eran las seis y media así que mi hermano y yo volvimos corriendo a casa para que me diera tiempo a contárselo todo a mi fantástica mejor amiga y sobre todo a arreglarme. Yo estaba super nerviosa, Elena me dijo que no me lo pensara ni dos veces y corriendo me arreglé, baje a despedirme de mis padres y al preguntarme que donde iba a lo que mi hermano respondió que había quedado con un amigo muy especial. Todo seguido me llego un mensaje de que saliera a la puerta, y ahí estaba él con su coche, de repente me salió una sonrisa muy moñas y subí. Le di dos besos y le pregunté que donde me estaba llevando porque me parecía raro todo esto así tan repentino. Me dijo que era porque al verme le había apetecido y no podía esperarse al sábado con todos, que necesitaba estar antes un tiempo conmigo a solas para comentarme unas cosas bastante importantes, pero me dijo que no me asustara que todo era bueno y que ya se imaginaba mi respuesta. Siguió sin decirme a donde íbamos, de hecho cuando estuvimos a punto de llegar me vendó los ojos. Me ayudo a salir del coche y me llevó al sitio en concreto, yo cada vez más nerviosa porque notaba su respiración.

The diary of Andrea WilliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora