Cap.4 La fiesta

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Estuvimos esperando casi media hora y yo ya empezaba a cansarme un poco de estar ahí sin hacer nada y con todo el calor. A las doce menos veinte llegó un coche gris claro por detrás y nos pitó, en el momento vimos a dos chicos vestidos casi iguales sentados en la parte de delante, uno sé que era Hugo pero al otro no lo conocía. Todo seguido se disculpó y nosotras subimos al coche en el cual el otro chico se presentó y nos dio dos besos. He de admitir que el chaval no olía nada mal y la ropa que llevaba puesta le sentaba super bien, se podría decir que era el primer chico que me llamaba bastante la atención. Llegamos a un chalet no muy lejos de mi casa, veinte minutos aproximadamente, y allí nos presentaron a todos, yo me moría de vergüenza pero al parecer Elena ya conocía a alguno y lo tuvo más fácil. Fuimos a sentarnos a unos pufs que habían en la terraza y enseguida aparecieron Hugo y su amigo Sergio con un cubata en la mano y nos preguntaron que si queríamos uno. Sergio y yo fuimos dentro de la casa a por ellos y en ese mismo momento empecé a ponerme super nerviosa, él no hacia más que decirme que todo iba a ir bien, que cada uno ahí iba a su bola. Todo eso me parecía surrealista, una fiesta... alcohol, un chico que me gustaba bastante... no me lo podía creer. En ese momento Sergio me pidió que lo acompañara a un sitio a saludar a unos colegas y yo super rayada accedí, tenía un poco de vergüenza y a la vez, pensaba mucho en que estaría haciendo Elena. Cuando me di cuenta Sergio me llevaba de la mano al jardín trasero y al llegar todos empezaron a saludarme como si no me conocieran, pero claramente sabían quien era o eso creía. Al volver con Hugo y mi mejor amiga, Sergio me pidió hacernos una foto en la que debo recalcar que yo salía bastante bien, y me pidió mi Instagram para poder etiquetarme, ingenua de mí decidí esperarme al día siguiente para responder y así poder entablar una conversación. Nada más llegar Hugo miró a Sergio y le guiñó un ojo y Elena a mí, ahí fue cuando nos dimos cuenta de que íbamos de la mano y nos soltamos super rápido a la cual también nos pusimos rojos. El resto de la noche en el chalet, mi mejor amiga se la pasó insinuándome lo bien que pegaba yo con Sergio, a lo que yo le respondía que estaba totalmente loca. Al volver dejamos primero a Hugo y después a Elena dado que eran los que más cerca vivían y la siguiente fui yo ya que el coche era de Sergio. Yo me moría de vergüenza y era la primera vez que me quedaba sola con un chico sin tener que ser mi hermano o algún familiar mío y eso me aterraba mucho. En mi cabeza solo venían preguntas tipo: fijo que te besa, o seguro que intenta algo, a lo que yo me respondía: con lo rara que eres fijo que te ve como una amiga y pasa de ti. Cuando llegamos a mi casa, nos quedamos un rato hablando en su coche, y la verdad que fueron los mejores diez minutos de mi vida. Pero llego el momento de despedirse y eso empezaba a asustarme dado que Sergio no hacia más que mirarme a los ojos y a la boca, y según tenía entendido eso significaba que quería besarme, cuando vi que se acercaba mucho, bostecé, dije que era tarde, le di dos besos y me fui. Él se esperó a que yo entrara en casa y enseguida vi como se marchaba a lo lejos, corriendo entré a casa, subí a mi cuarto y me tire en la cama suspirando. Me cambié de ropa, le mandé un mensaje de buenas noches a Elena y subí a mis historias la foto con Sergio. Ahí me di cuenta de que no podía dormir y empecé a pensar en esa fantástica noche y en lo bien que me lo había pasado hasta que por fin me quedé dormida.

The diary of Andrea WilliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora