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Tenía miedo, un miedo muy estúpido.

¿Y si había descompuesto su pene?

Rápidamente encendió su computadora y se sentó frente a ella, aún tenía los pantalones abajo mirando de vez en cuando a su miembro, este permanecía felizmente erecto incluso después de correrse 3 veces. Entró a Google y sus dedos rápidamente se pusieron sobre el teclado, pero entonces su mente quedó en blanco ¿Qué demonios iba a buscar? ¿Qué hacer si mi pene está descompuesto? ¿Cómo quitar una erección? ¿Qué pasa si mi pene no deja de estar duro?

Cada pregunta sonaba más estúpida que la anterior, pero tenía que intentarlo. Gruñó frustrado y comenzó a teclear, sus orejas se sentían calientes, tenía tanta vergüenza. Se sentía un idiota por tener que pedirle ayuda al Internet por algo como esto.

Y navegando por varias páginas, un clic por aquí, otro por allá....todas llegaban a la misma conclusión... Cáncer.

De puta madre.

Gracias San Google.

Se levanto de su silla en un rápido movimiento, jaló sus cabellos desesperado ¿es que nadie tenía una respuesta para esto? ¿Qué le estaba pasando a su cuerpo? Incluso sentía ganas de llorar de pura frustración, es que esto nunca le había pasado. Soltó su cabello y dejó caer sus brazos a sus costados, algo era seguro, cáncer no era. O al menos eso esperaba.

-Necesito ayuda- Bajó su cabeza sin saber bien que debía hacer, el ambiente tenso que él mismo había creado hizo que su cabeza empezara a doler, pero entonces una idea cruzó su cabeza: Min Yoongi.

Levantó su cabeza a la vez que su ropa interior y pantalones. Tomó un pañuelo y limpió los pocos rastros de semen que quedaba en su abdomen. Fue hasta su armario y sacó una playera 3 veces su talla, mientras se la ponía le dio una rápida mirada al reloj sobre su mesa, eran las 11:30, había estado más de dos horas masturbándose tratando de aliviar su lívido, sin embargo su miembro seguía igual y ya comenzaba a dolerle.

Salió de su habitación rumbo a la de su mayor, todo el departamento estaba a oscuras pero él sabía el camino de memoria. Con cada paso que daba, su vergüenza aumentaba y su determinación se esfumaba, sentía la cara cada vez más roja, apenas a unos pasos de la puerta de la habitación de su hyung se detuvo ¿Qué demonios le iba a decir?

"Hola hyung, perdón por despertarlo tan tarde pero tengo un problema, hace unas 3 horas se me puso dura y por más que me hago pajas no se me baja, ¿qué cree que pueda ser?"

No, no, no y no.

Si fuera otro de sus mayores sería más fácil pero es Suga de quien estamos hablando. No es que no le tenga confianza, pero cuando se tratan de esta clase de temas prefiere hablar con Jimin, Hoseok, hasta con Jin. Alguien que se vea relajado y paciente como Namjoon, Taehyung también era una buena opción pues era el más cercano a su edad. Pero no el hyung serio y reservado, no el que lo ponía nervioso con sólo mirarlo, porque Suga lo ponía en exceso nervioso. No era algo nuevo, desde que había llegado a la compañía lo había sentido, se sentía analizado siempre que estaba en presencia del mayor. Podía sentir las grandes expectativas que Yoongi tenía en él, y su ego crecía de manera descomunal cuando Suga lo miraba con orgullo y lo felicitaba. Lo miraba como un padre orgulloso, y es por eso que no se atrevía a llegar con algo tan estúpido a molestarlo. Si bien Jungkook no era el tipo de persona que le interesa cumplir con las expectativas de los demás, le gustaba cumplir con las de sus mayores, que se sintieran orgullosos de él, en especial Namjoon y Suga.

Daba vueltas fuera de la puerta de Suga, tratando de buscar como contarle su problema de la manera más natural posible pero nada venía a su cabeza.

Hasta que una irracional ola de seguridad llegó a él ¿En qué estaba pensando? Él era Jeon Jungkook, el golden maknae, quien puede hacerlo todo. No tenía por qué tener miedo o vergüenza de lo que iba a hacer, era algo natural. Suga hyung era serio, sí, pero jamás lo juzgaría, él siempre buscaba la forma de ayudar a todos los miembros y está vez no tendría por qué ser diferente, así que no tenía por qué tener miedo.

Sonrió con autosuficiencia ante su resolución, respiró profundamente para relajarse un poco, decidido tomó la perilla de la puerta y la giró, "que raro" pensó, ya que su hyung siempre cerraba con seguro. Abrió lentamente, la habitación estaba a oscuras, únicamente era iluminada de forma tenue por una luz de noche que Suga tenía enseguida de la cama, su mirada instintivamente fue hacia la fuente de luz para luego parar en la cama.

Quedó paralizado, a medio cruzar la puerta y con la mano aún en la perilla, sin poder creer lo que veía y sin poder apartar la mirada.

Viagra - kookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora