8 La prueba de quidditch

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Albus se sentó en una mesa en la sala común de Slytherin con un pergamino, una pluma y tinta. Comenzó a escribir:

《Queridos padres:
Les escribo tal y como le prometí a papá. Puedo comunicarles que James y yo nos encontramos en perfectas condiciones, ningún mago tenebroso nos ha atacado hasta ahora.
Hoy haré las pruebas para encontrar al equipo de quidditch.
James y yo no hemos pasado mucho tiempo juntos, así que él no ha tenido tiempo para molestarme, pero aún queda el día de hoy, y mañana domingo. Ya veremos...
Sin más que decirles se despide su hijo,
        Albus S. Potter》

Albus echó la carta en un sobre, y se encaminó a la lechucería a buscar a Doiler, su lechuza de plumaje dorado y blanco. De allí, corrió a buscar su nueva escoba y se dirigió hacia el estadio de quidditch.

Cuando llegó al campo de juego, se encontró con una considerable cantidad de alumnos de Slytherin y el equipo de quidditch. El capitán y guardián del equipo Luis Smith, anotaba los nombres de los diferentes aspirantes.

Albus se inscribió en la lista y se hizo a un lado a esperar su turno. Desde las gradas oyó su nombre, y al girarse, vio en ellas a su prima Rose saludandolo, sentada junto a un aburrido Scorpius. Albus les devolvió el saludo y prestó atención a las indicaciones de Smith.

Primero tuvo que volar por el terreno de quidditch persiguiendo una snitch, mientras el capitán analizaba sus movimientos desde tierra.

Luego tuvo que volar esquivando una bludger entre los aros de anotación, pero uno de sus giros no le salió tan bien, por terminó chocando contra uno de los aros, aunque logró finalmente deshacerse de la bludger.

A la hora de la comida regresó al Gran Comedor con unos dedos de la vendados debido al choque sufrido durante la prueba.

Scorpius lo apresuró para comiera rápidamente y luego lo arrastró a la sala común de Slytherin porque tenían mucha tarea acumulada. Luego de escribir tres pergaminos sobre el sembrado y el traslado de las mandrágoras, y otros dos pergaminos más sobre un mago con un nombre súper largo y dificilísimo de pronunciar, el cual había creado la primera ley mágica, Albus se retiró a su habitación, dejando a Scorpius estudiando Pociones. Agotado, Albus cayó en su cama a dormir el resto de la tarde.

Luego de la cena, se dirigió al despacho de McGonagall a cumplir con su castigo. La directora lo puso a transcribir registros académicos de viejos alumnos.

Hacia las once de la noche, cayó rendido en su cama, ansiando saber los resultados de las pruebas que darían al día siguiente.

Albus se quedó petrificado al oír los resultados de las pruebas de boca del capitán de Slytherin. Los chicos que estaban a su lado, también escuchando a Smith, comenzaron a dispersarse por la sala común, algunos alegres, pero la mayoría desilusionados.

Scorpius se acercó a su amigo y le preguntó:

-¿Entraste o no?

Albus lo miró y una extraña mueca comenzó a formarse en su rostro.

-Choque contra un poste de anotación- le respondió-. Choque contra un poste, pero entré- tomó a sus amigo por los hombros y lo sacudió, feliz- ¡¡¡Entré!!!

-Vale, vale- Scorpius se deshizo de su agarre-. Pero no es necesario que me desarmes- le sonrío-. Feliz, amigo.

Los chicos se abrazaron felices.

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Pequeño capítulo de transición, solo queda un poco más para tener otra muestra de magia oscura... Prepárense.

Pero la pelea está garantizada en el próximo capítulo, eh. No se lo pierdan...

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Y gracias por leer. 🖖🏻

Albus Potter y la sangre del unicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora