El silencio reina

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RECIENTEMENTE HE DEJADO MUCHOS DE MIS FIC'S EN HIATUS TEMPORAL PERO ESTOY RETOMANDOLOS UNO A UNO.

POR EL MOMENTO DEJO LA CONTINUACIÓN DE ESTE.


La arena en el inmenso desierto, los alacranes sobre ella deslizándose lento al salir de sus refugios en busca de comida. En el enorme cielo despejado la luna sin un acompañante a su lado presenciando en silencio una noche más en aquella tierra alejada de la mano de dios.

Loa dromedarios acompañando las caravanas de personas, cada uno de ellos cargados con joyas y minerales preciosos que eran llevados para el sultán de esa tierra,

Adelante iba una caravana donde se encontraba una mujer de rubia cabellera, azules ojos y piel lechosa que con su sonrisa deseaba pronto ver a su amado.

-Princesa Historia, hemos llegado a nuestro destino-El frio por las noches era tan fuerte como el calor por las mañana pero preferible.

-Gracias, Connie-Las puertas de la ciudad se abrieron.

Las calles desoladas, aquello inusual a los ojos de cualquiera incluso los de la bella princesa que observaba a través del fino velo el lugar al que pronto llamaría hogar.

Deseaba estar en los brazos de su ser amado, ser la soberana de esas tierras y conocer cada uno de los rincones en ellas.

Lejos, dentro de la habitación del sultán, una persona durmiendo en la cama con su tranquilo aliento al estar completamente privado del resto del mundo. La puerta fue abierta, pisadas apenas audibles y los ojos del sultán fijos al frente sin prestar atención a la figura que estaba dentro.

-La mujer volvió-Eren desde aquella ventana con arcos daba la espalda.

Estaba sereno, sus cabellos largos se movían uno a uno con el viento que entraba al tiempo que las cortinas danzaban, jugando traviesas con el viento de esa noche fresca.

-¿Esta sola?-Sus ojos agudos apreciaban sus dominios.

Las personas durmiendo cada una en sus respectivos hogares, los guardias con sus lanzas listos para atacar y los esclavos a los pies de sus amos preparándose para una noche intensa.

Un esclavo de tez morena se notaba cargando un gran jarrón repleto de agua, llevándola hasta donde los camellos descansaban y cerca vertiéndola en la pileta.

Los dátiles frescos, listos para ser cosechados. Muchos de ellos ya estaban en los grandes almacenes de aquella rica región, los pocos que quedaban caían al suelo causando un sonido cálido.

-Viene con su escolta personal-De soslayo miro Eren-¿Qué ordena, amo?

-Tengo en mi habitación a la joya más valiosa de todo este reino. No quiero nada que interfiera en esta felicidad que me he comprado, algo efímero como los deseos de esa mujer... ¿Entiendes lo que pido?-El brillo de la luna daba de lleno en las irises del sultán.

Sus ojos se miraban de tono lila, tan curiosos como los de un ser que no pertenece a este mundo o alguno conocido.

-Como lo desee-El silencio se vio interrumpido.

-¿Eren?-Levi se enderezo.

Buscaba a tientas, hasta que vio la figura de la persona que hace unas horas atrás le había dado un recibimiento muy cálido.

-Mi jade precioso, estoy aquí-El sultán fue hasta la cama, de rodillas se coloco y tomo la pálida mano de Levi en la que dejo un beso-No me he ido a ninguna parte, no lo haría nunca.

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⏰ Última actualización: May 14, 2020 ⏰

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