Capítulo 7

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Se dirigieron a las demás pacientes y obtuvieron resultados muy similares. Hasta el momento, el único que no había tenido ese suceso como recuerdo fue el paciente primogénito. Al llegar al pabellón masculino y observar el dibujo del paciente Córdova, notaron la diferencia. Él se dibujó a sí mismo, llorando. Sin embargo, no obtuvieron el mismo resultado en los demás pacientes.

Ingresaron a la celda de uno de ellos, lo saludaron cordialmente y cogieron la hoja con su dibujo

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Ingresaron a la celda de uno de ellos, lo saludaron cordialmente y cogieron la hoja con su dibujo. Ahí estaba de nuevo, el mismo hombre rojo que usaba tacones. Tenía las cuencas de sus ojos vacías, en las cuales, podía apreciarse una terrible oscuridad. Su apariencia variaba según el estilo de cada dibujante; sin embargo, había ciertos patrones que se repetían. Todos lo dibujaron alto, muy delgado, desnudo. Su piel era de color rojo muy intenso. Tenía poco cabello en la mayoría de ilustraciones y su color era gris. Generalmente, no tenía ojos. Solo la paciente Yesenia lo había dibujado con ojos, con unos ojos amarillos muy brillantes. En todas las ilustraciones, usaba unos tacones negros bastantes altos. Lo dibujaban torcido debido al esfuerzo por caminar con aquel calzado.

Siempre preguntaban dónde y cuándo lo habían visto y la respuesta siempre fue la misma. Lo habían visto a altas horas de la noche, en el pasillo. Caminaba hasta ahí haciendo un fuerte ruido debido a los tacones, llegaba retorciéndose y se quedaba estático frente a la ventana. En aquel momento, todos los demás pacientes gritaban y lloraban. Algunas pacientes lo deseaban, otras le temían.

Cuando hubieron terminado, la noche ya reinaba en la ciudad. Se dirigieron hacia el área de investigación en completo silencio. Ninguno dijo ni una sola palabra. Solo se dedicaron a pensar, a meditar. Sin duda, todo eso suponía un enorme problema en sus planes.

Entraron rápidamente y cerraron la puerta a sus espaldas. Se encontraban solos y así debía ser. Aquella información no debía llegar a los oídos equivocados.

- "Bueno", inició Hayes. "Hay un patrón que se repite inequívocamente. ¿Cómo es que todos repiten aquel relato? Esa es la pregunta que debemos responder cuánto antes".

- "Es muy sencillo decirlo, Hayes. Pero estamos tan lejos de saberlo como de resolver todo este problema. Ya revisé cada uno los viales. Todos fueron administrados a los pacientes como se estipuló en un inicio. La construcción de los sueños fue revisada por nosotros y coordinada por administración. Está incluso en documento, Hayes. Tiene nuestras firmas y sellos. Estuvimos ahí cuando se realizaron las operaciones. ¿Cómo es que de repente hay una alteración tan evidente? El único paciente que no ha visto aquello ha sido el primogénito; sin embargo, él tampoco está libre de alteraciones en su sueño. ¿Por qué él no soñó eso? ¿Por qué los demás sí?"

- "Córdova fue el primer paciente humano en recibir la primera variedad de la neurotoxina. Según el registro, esperamos un día para colocar las siguientes variaciones. Quizás hubo una alteración de los viales. Quizás un factor ambiental o humano. Algo que haya afectado a todos los viales restantes".

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