Utopía

Capítulo 5

Estaba en su habitación, durante la madrugada, cuando un asistente tocó su puerta rápidamente. Se levantó trabajosamente y abrió. El asistente le informó que tuvieron un problema con Román. Al parecer, estuvo haciendo mucho ruido y cuando fueron a intentar calmarlo, se puso muy violento. Exclamaba que solo hablaría con Mark. Lo intentaron sacar para transportarlo al primer sótano, pero su fuerza era descomunal y mordió a un enfermero en la oreja y se la arrancó.

Se vistió rápidamente y fue hacia el pabellón masculino. El silencio era inquietante, perturbado únicamente por murmullos de los trabajadores y de algunos pacientes que fueron despertados por los gritos. Al llegar, encontró a Román sentado en su cama, con los labios y mentón rojos de sangre. Tenía en sus ojos una expresión de terror que no había visto nunca.

- "Solo hablaré con usted si ingresa a la habitación. No hablaré si nos están escuchando y ya sabe a qué me refiero, inspector".

Los doctores y asistentes se opusieron, pero Mark los contradijo. Si alguien tenía los pantalones bien puestos en el Perú, era él.

- "No quiero que se entrometan ni estén intentando escuchar. Es una orden. No me interesa en este momento lo que la doctora Torres diga. Si su información me puede ayudar a resolver el caso, entonces entraré".

Los echó del pasillo y atrancó la puerta con una silla. Abrió la puerta de Román e ingresó a su habitación. La cerró con llave de nuevo y se sentó en la silla de su escritorio, mirándolo fijamente a los ojos.

- "Muy bien Román. Aquí estoy, dime qué diantres ocurrió".

Román tenía una expresión de terror y culpa en su rostro. Mantuvo un incómodo silencio durante un par de minutos, mientras lo miraba y estudiaba. Finalmente, habló.

- "Sabe, no soy un hombre particularmente violento. Odio el uso de violencia para conseguir algún objetivo en concreto. Yo opino que la mejor forma de dialogar es en privado", dijo aquello último mirando el inodoro.

Mark se acercó lentamente hacia el inodoro y lo revisó sin emitir ningún sonido. Encontró un micrófono en la parte posterior de la tubería. Por suerte, siempre estaba preparado. Sacó de su saco un pequeño reproductor de música y lo colocó al costado del micrófono. Reprodujo la melodía llamada "Lillium" y se levantó.

- "Estoy sorprendido de que haya confiado en mí después de cómo me comporté", dijo Román, que no se había levantado de su cama. "Si me hubiera encontrado en su situación, al lado de alguien que se ha puesto increíblemente violento y me tengo que poner en una posición tan vulnerable, hubiera sacado el arma".

- "Quizás confío en ti", respondió Mark en voz baja mientras se sentaba de nuevo en la silla. "O quizás tengo mucha confianza en cómo resolver una situación así. ¿Cómo sabes que no hay otro micrófono?"

- "Ingresaron hace unas horas a hacer "mantenimiento" en el inodoro. Cosa que supe que era mentira. Yo mismo revisé el inodoro esta tarde y marchaba muy bien. Cuando el joven se inclinó hacia las tuberías, supe que estaba colocando un micrófono. Me alteré porque tuve un sueño muy curioso y usted era el protagonista".

- "¿Un sueño? ¿Podrías contármelo?"

Román suspiró y giró su cabeza hacia la ventana exterior. Intentaba buscar la luna, pero al no encontrarla, volvió a mirar al detective.

- "Finalmente sé a quién veía en el jardín. Soñé con su hermana, inspector Córdova".

Un frío atroz se apoderó de su cuerpo. Sentía un estremecimiento que lo dominaba. Román continuó.

- "Usted la ha vuelto a ver en su estadía aquí. ¿La vio antes de venir, en todos estos años?" Mark negó con la cabeza. "Dígame, inspector Córdova. ¿Por qué cree que sea así?"