Capítulo 3

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El pabellón central era un auténtico laberinto, si no fuera por los letreros en las paredes, se hubiese perdido. La sala de investigación no se encontraba muy lejos. Golpeó la puerta con los nudillos y esperó. Al cabo de unos minutos la doctora Torres abrió la puerta y lo miró de pies a cabeza.

- "Oh, es usted. Adelante, le mostraré el área de investigación".

Era un ambiente bastante amplio. A diferencia de los demás ambientes del sanatorio, este estaba bien iluminado y limpio. No había telaraña alguna en ninguna esquina. La sala estaba divida por un círculo central, lleno de camillas, y un anillo periférico, lleno de escritorios con muchos papeles y libros. En algunas camillas, había pacientes echados bocarriba, tapados por una sábana, que los cubría completamente.

- "Interesante laboratorio han montado", dijo Mark acercándose a las camillas. "¿Me podría explicar qué significa esto?"

La doctora se acercó lentamente hacia él con una sonrisa falsa en su rostro. Tenía el mismo cuadernillo negro en las manos.

- "Es un estudio que hicimos. O bueno, que estamos haciendo. Descuide inspector, todos los pacientes y sus familiares firmaron un consentimiento informado. Verá señor Córdova, estamos probando un nuevo medicamento. Se trata de una nueva cepa de una bacteria no muy utilizada en este campo pero que promete resultados bastante buenos. Se realizaron craneotomías y se inyectó un suero compuesto por la cepa y otros químicos en diferentes lóbulos del cerebro con el objetivo de poder tratar a pacientes con Alzheimer y otras alteraciones mentales".

- "¿Y cómo resultó? Con estas sábanas dan la apariencia de haber fallecido".

- "Estos pacientes van a ingresar a la sala quirúrgica en unos instantes. Están completamente inconscientes y podemos controlar signos vitales con un microchip que implanté en su brazo", respondió la doctora y, ante la expresión de sorpresa de Mark, agregó. "Sí, fueron mi invención. Yo misma diseñé estos aparatos y hasta ahora nos han dado resultados excelentes. Estamos esperando la respuesta de la Asociación Mundial de la Psiquiatría para que se apruebe y estandarice su uso a lo largo del mundo".

Mark estaba asombrado, quién hubiera pensado que en tal tétrico y antiguo lugar se llevaban a cabo estudios de tal magnitud.

- "¿Tienen sala de cirugía aquí?"

- "Sí por supuesto. Está justo al lado de esta sala. De hecho, ¿ve esa ventana enorme? Pues da hacia la sala de cirugía. Podemos ver y monitorear cada una de las operaciones. Sin embargo, no se realizan muy a menudo. Como quizás deduzca, las neurocirugías no son nuestra especialidad. Solo se realizan en caso de investigaciones y, por supuesto, las realiza un neurocirujano al que llamamos especialmente para esos casos".

- "Es muy interesante", dijo el inspector con una sonrisa sombría. "Estoy gratamente sorprendido de los avances que se realizan aquí. Espero que obtengan resultados positivos, para ambos estudios".

La doctora seguía sonriendo y a través de sus anteojos, Mark podía leer algo más. Aquellos ojos ocultaban algo. Algo se camuflaba en aquella hermosura.

- "Imagino que querrá seguir inspeccionando todo el pabellón. Adelante, tiene todo el edificio para explorar..."

- "Así es", la interrumpió el detective con un ademán elegante con su mano. "Sin embargo, no solo es caminar por el edificio como si fuera un tour de vacaciones. Quiero revisar las historias clínicas de los pacientes, de cada pabellón. Quiero leer el libro de reclamaciones de cada una de las áreas de recepción. Quiero leer cada uno de los protocolos de atención para cada tipo de pacientes y para cada tipo de situaciones". Hizo un silencio mostrando la palma de la mano en un ademán de que iba a continuar. "Quiero leer, también, el registro de cada una de las comidas que se les dio a los pacientes en las últimas 6 semanas. Cada día, entrevistaré a un cierto número de trabajadores, desde doctores hasta el personal de limpieza".

UtopíaWhere stories live. Discover now