Mi Ángel de la Guarda

Capitulo 5: Bento

POV. ___

Bostecé con pereza, no me apetecía en lo absoluto ir al instituto. Mire mi despertador, con los números 06:00 en rojo iluminados, sino me levantaba ahora llegaría tarde. Me animé a mi misma diciéndome que era viernes y que mañana me quedaría en la cama todo el día. Y con ese pensamiento en mente empecé mi día.

Tomé una ducha rápida que acabó de despertarme y me sequé el pelo haciendo uso del secador, lo último que quería era pillar un constipado, por alguna extraña razón estos me duraban más de una semana y era muy irritante.
Me serví un vaso de leche con unas galletas y las devoré de bocado en bocado. Me puse el uniforme con velocidad, casi cayendo al ponerme las calzas y cogí mi móvil junto a las llaves y el bento para el almuerzo. Casi olvidé la bolsa especial que prepare la noche anterior con tanto esmero.
Antes de salir me fijé en las ventanas empañadas debido al frío y sonreí animada, siempre había sido de climas fríos, no soportaba el calor.

Me apresuré animada a la entrada y cogí con cuidado la bufanda que colgaba de la entrada. La envolví alrededor de mi cuello con una sonrisa sintiendo la calidez que me proporcionaba. Agarré los auriculares y salí preparada para todo, hoy mi humor estaba por las nubes, saltando en ellas como lo haría un niño pequeño.
Conecté el cable al dispositivo y puse la música, dejando que la melodía llegase a mis oídos y alegrase mi corazón.

Cuando salí de mi barrio tomé una pequeña desviación, alejándome del camino que solía utilizar para llegar al instituto. Aquella mañana había madrugado más de lo normal por un único motivo, y merecía la pena tragarme el mal humor que solía tener por las mañanas. Seguí caminando, tarareando la canción que sonaba en aquel momento mientras mi vista no se despegaba del GPS. Eran las seis y media de la mañana y la ciudad entera de Musutafu parecía estar despierta; adultos en traje de oficina, coches de aquí para allá, tiendas abriendo, etc. Todos perdiéndose aquel precioso amanecer que me detuve a contemplar. Los tonos rosados y anaranjados inundaban el cielo, dándole un tono rosa chicle a las nubes. Detuve un momento la aplicación para tomar una foto, era realmente hermoso.

Al cabo de unos 10 minutos la robótica voz de la aplicación me indicó que estaba a tan solo 100 metros del edificio, pero para ese entonces mis ojos ya lo habían encontrado. Lo primero que le llamó la atención fue su tamaño, casi se podía confundir a un rasca cielos si no hubiese sido porque las terminaciones de ambos edificios eran distintas. Prácticamente el edifico entero estaba cubierto de ventanas, que en vez de dejar ver el interior reflectaban aquel cielo que hacía un rato había estado admirando. Trague saliva y guarde el móvil deteniendo la música. Metí todo en el bolso y agarré una de sus tiras con fuerza, comenzando a andar con mil dudas atormentándome. Antes de entrar pude ver como con grandes letras ponía "AGENCIA DE HÉROES HAWKS".

"¿Y si es una mala idea? ¿Estoy siendo demasiado atrevida? ¿Y si no le gusta? Wow la entrada es enorme también, me siento enana. Y que recepción más elegante. Bien, respira hondo. Dejas esto y te vas, no es tan complicado...¿Pero y si lo malinterpreta? Espera. ¡La secretaria me ha visto! Media vuelta, media vuelta. ¡Corre!"

Mientras tenía esa pequeña batalla mental conmigo misma, sentía la mirada confundida de la mujer sobre mi. Me giré dándole la espalda y mirando la puerta. ¿Que hago? ¡Va a pensar que estoy loca!

— ¿Disculpa, necesitas ayuda? — oí detrás mía sobresaltándome —.

— Sssnnnfggh — al intentar decir sí o no a la vez me mordí la lengua —.

— ¡Oh Dios mío, te has hecho daño! Espera, voy a por ayuda — comentó nerviosa la mujer mirando a todos lados —.

Cuando la escuché medio tartamudear llamó mi atención. Era una chica joven, de 23 años quizás. Tenía su pelo castaño recogido en un moño flojo, y llevaba gafas rectangulares, dándole un aspecto más serio. No obstante el sudor de su frente y su mirada nerviosa la delataron.