CAPITULO 10: CUENTA REGRESIVA (parte 1)

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Bernun,  Republica de Prusia, 12 de Marzo de 1943
Era una mañana como todas, los niños iban a la escuela como siempre, las tiendas abrian y las fabricas estaban a todo vapor, los trenes corría  y los trabajadores marchaban al compaz camino a sus trabajos; Los notarios escribian, los tenderos vendían, los banqueros cobraban y albañiles edificaban los brillantes edificios de la nueva Bernun, como todas las mañanas las imprentas rodaban, imprimían cientos de  anuncios, afiches y hasta la escandalosa propaganda del ausente Goebbels; billetes, bonos y acciones se imprimían dandole vuelta al enorme engranaje de la economía prusiana, todo seguía su curso natural sin ningun cambio, o almenos casi todo.

Ella como todas las mañanas se sentó a trabajar en su oficina, el incesante intineo de los telefonos resonaba alrededor de la cede del partido, el ensordecedor sonido del enjambre de teclados se dispersaba por cada rincon del lugar, aunque aquella ruidosa sinfonía era sumamente molesta, por alguna razon le hacía sentir una grán nostalgia, -aquí esta su cafe señora presidenta-, dijo Hilda mientras dejaba su cafe junto a una jarra rellenable  y demas aditamentos, aquellas cotidianas palabras simplemente deseaba poder escuchar por el resto de su vida, junto a su cafe recibio un conjunto de documentos como todos los días. Con cierta pereza y tranquilidad ojeo lentamente el primero de muchos archivos que llacían ante ella, -¿me pregunto cuanto durarán estos momentos- dijo Degurechaff mientras le daba un largo y detenido sorbo a su cafe, si bien el cafe de su asistente personal era bueno seguía prefiriendo el de su amada, simplemente le hacían sobrellevar estas tediosas tareas, la mayoría de estos archivos eran simples informes rutinarios, proyectos que requerian su aprovación, y si bien habia algunos archivos que le llegaban a interesar no cambiaba el hecho de que esto era un verdadero fastidio. Como siempre hacía llamadas, escribia cartas, y leía informes, todo era bastante normal y cotidiano basicamente un dia como cualquier otro.
Hasta que todo se empezó a descontrolar.
-¿tengo algún mensaje privado?-, fijo Degurechaff en tono alegre hacia su bella asistente la cual tras revisar una lista le contestó, -me temo que hasta el momento no ha llegado ningun mensaje presidenta Degurechaff...-, sus palabras fueron interrumpidas por un inesperado descubrimiento entre una pila de archivos, -espere presidenta....-, dijo mientras se aventuraba entre la pila de archivos, "valla, en verdad se está cargando de trabajo Hilda", pensó degurechaff mientras que disfrutaba la vista de su diligente asistente, "es verdad que le di mayor autoridad a Erich en estos asuntos para librarme de trabajo, pero ciertamente nunca se es suficiente del papeleo", si bien se podria decir que todo marchaba tal y como habia planeado seguía existiendo el hecho de que aun existieran deficiencias en el sistema, causa de esto era el exceso de trabajo. momentos de quietud pasaron para cuando finalmente entre ordenes e informes encontró lo que buscaba. Sobre su escritorio Hilda dejó tres documentos sellados con cera roja, en el momento en que vió aquel sello su rostro abandono aquella comodidad, pues solo habría algo que podría estar dentro de esos archivos, problemas.
El primero de ellos eran noticias de Serevyakov y america, mientras mas leía aquel informe una gran sonrisa fue esparciendose por todo su rostro, -valla, al parecer si algo odian mas los americanos que a ellos mismos es la mera idea de ver a nuestras tropas pasearse por america-, segun lo que decía el informe Viktorya durante una conferencia declaró que la situación en los Estados Unificados era inaceptable y ponía en riesgo los intereses de la Republica Prusiana y de los Miembros de la Liga de las Naciones por lo que amenazaron con una intervención militar encabezada por prusia si se negaban a entablar un dialogo de paz, mientras que el gobierno aseguraba que la situación estaba bajo control y se preparaba para lanzar una ofensiva definitiva contra los rebeldes, Serevyakov se dispuso a dirigirse al corazon de la oposición afroamericana.

Tesla, Greenday una ciudad en el estado de Oklahoma se había vuelto el cerebro tras la rebelion y un vedadero campo de batalla, intelectuales, adinerados y activistas se unieron para liderar lo que se dirigía a ser un total reinado del terror, encerrando a revoltosos contratados y extremistas peligrosos dentro de sus filas lograron darle catacter a la cada vez maa debil rebelion.
Desorden, caos y saqueos causaron que la causa tomara mucho peor papel ante la población nortemericana, la ira del pueblo era tal que los casos de linchamiento nunca se había incrementado tanto los linchamientos y el daño a la propiedad afroamericana como en aquellos momentos, mientra sque los bandos peleaban decenas de miles de civiles inocentes ardían ante el fuego de la guerra y la rabia del pueblo por lo que a este punto si no se pactaba la paz lo unico que se obtendría . Escasos en capital, aliados y en numero era inevitable que poco a poco el ejercito rebelde cediera cada vez mas terreno, la unica razon por la que las ciudades centrales de la rebelion no habían cedido a los bombardeos era gracias al equipo saqueado de las bases militares que fue transportado a las ciudades y el adiestramiento ofrecido por prusia.
Durante la reunion con los lideres de la rebelion se discutieron los puntos que exigirían para cesar la insurreccion, dentro de los cuales se encontraba la abolición del linchamiento y de la segregación, claro que dentro de estas demandas centrales se encontraban muchas demas demandas, sin embargo a nivel realista sabían que los lideres americanos se opondrían a cada una de estas demanda.
Personalmente Tanya esperaba desde el fondo se su corazón que las negociaciónes fallaran, pues tal como en su antiguo mundo aquella estrategia de intervención había resultado sumamente fructifera a los americanos. De ser posible preferiría la opción de una ocupación hacia norteamerica, si bien la capacidad militar actual de Prusia no era la suficiente como para llevar una ocupación masiva, consideraba que la Legión Dragón sería suficiente como para motivar al resto de miembros de la liga de las naciones a accionar ante el proyecto, incluso imagino un escenario en el que los britanicos se encontrarán especialmente motivados por el hecho de volver a marchar por las calles y carreteras de su antigua colonia, sin embargo nunca se imaginó la inmediata reacción que tendrían los Estados Unificados. -supongo que por algo fueron y son la mayor potencia-, dijo entre suspiros Degurechaff mientras que metía los archivos dentro de una carpeta y se dispuso a leer el siguiente.
El segundo archivo incluía un informe a detalle sobre la situación interna de prusia respecto a la creciente conspiración que cernía sobre ellos. Los agentes de albert y los matones de la gestapo habían arrasado con la mayoría de los negocios, almacenes y demás puestos que se habían supuesto como puntos claves de los  insurgentes, sin contar unos ligeros contratiempos como abusos de autoridad, golpizas y un fallecido de ataque al corazón la operación había resultado todo un éxito al punto que, según el informe, los movimientos insurgentes  habían cesado sus movimientos, este si bien era un avance importante no era un motivo por el cual arreglarse, pues siempre existía la posibilidad de que hubieran mejorado sus técnicas de contra reconocimiento. - de cualquier manera un perro callado es mejor que uno revoltoso....de cualquier manera....-, meditó la situación un momento intentando deducir que era lo que sucedía. "¿acaso desistieron ante la presencia militar?, ¿será que están planeando algo?, o acaso son tan cobardes como para esconderse ante la más mínima oposición", las probabilidades eran demasiadas que aquel efímero sentimiento de satisfacción fue remplazado por uno de profunda incertidumbre, después de una breve meditación Tanya finalmente tomó su decisión, -Hilda, escribe una nota e informa al Coronel Günter que doble la seguridad, que doble las redadas, que duplique la vigilancia a cada aspecto que esté implicado en esto-, al escuchar su alterada voz Hilda no pudo evitar  estremecerse en miedo, ~s-si, e-enseguida presidenta Degurechaff~, con aquello, aquella inquieta secretaria sumió su cabeza en su maquina de escribir, mientras tanto Degurechaff continuo revisando su larga fila de deberes, entre informes y revisiones encontró otro archivo casi tan frustrante como la inactividad rebelde, con enfado Tanya dejó caer la carta sobre su escritorio para luego con fastidio decir, -tiene que ser una broma, ¿ahora que querrá el?-, el contenido de dicha carta eran los quejidos de su desesperado ex-patrocinador Conrad, en el cual expresaba que lo fuera a visitar inmediatamente, pues tenía algo urgente que expresarle, aquella carta estaba manchada con lo que parecía bourbon, la carta que estaba escrita a mano tenía borrones y la letra estaba completamente desordenada, era tan caótica que de no haber sido escrita por el actual director del Reichsbank la hubiera tirado sin pensarlo dos veces, -~vamos viejo, de que te vas a quejar ahora~, murmuró con fastidio, cuando los planes de Conrad se habían estropeado y había pasado al segundo plano en el mundo de la política prusiana Tanya le había concedido el flamante asiento de la dirección del Reichsbank, esto no solo fue con el fin de silenciar a un revoltoso, de haber sido ese caso hubiera tomado otras medidas mas, "inmediatas" para lidiar con el, sino que sinceramente valoraba sus habilidades si de una cosa podía estar segura era que aquel vejestorio era sumamente habíl en el mundo financiero, cuando ella misma aun se encontraba en pañales el ya manejaba uno de los mayores bancos junto a una compleja red de negocios del entonces imperio, si uno dijera que el era de las personas mas ricas del imperio no dudaría en afirmarlo. Comprendía a la perfección su consternación ante los ambiciosos que había propuesto pues con la caída el imperio, la hiperinflación y los constates atropellos de la república, básicamente estaba apostando gran parte de su fortuna en ella, y si bien decir que no le parecía un fastidio era una completa mentira, también comprendía el hecho de que considerara como locuras la mayoría de las cosas que salían de su boca, pues de los dos solo una había visto ya que era lo que iba a suceder, sin embargo.

Youjo Senki Volumen XXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora