Capítulo 6

2.1K 101 14
                                    

POV Lauren

Han pasado dos días desde la cena de aniversario donde había descubierto que me había enterado de que Camila había sido adelante con su vida. Ella estaba con alguien más. Ella era feliz con otra persona. Me sentía tan estúpida al pensar que Camila aun pudiera sentir lo mismo por mí que hace un par de años, pero sobre todo que me esperaría. Que ingenua fui en vivir en mi cuento de hadas con ella.
Desde ese día me sentía bastante mal, pero debía seguir con mi vida y en este momento mi único refugio eran el alcohol y por supuesto, el trabajo. Sobre todo, este último me mantenía tan ocupada como para pensar en Camila y en todas las emociones que había enterrado en mis pequeñas cajas para poder seguir con mi vida.

Justamente me encontraba arreglando un par de detalles para nuestra mis proyectos que debía entregar en las ultimas semanas antes de comenzar con el tema de la nueva sede del estudio en la ciudad de Nueva York.
Realice un par de videollamadas con mis clientes para acordar los últimos detalles y comenzar con los trabajos de obra en los próximos días. Para ello debía regresar a Milán un par de días hasta que alguno otro de mis colegas pudiera hacerse cargo de los proyectos para yo poder regresar a Estados Unidos para el proyecto que Beatrice había dejado a mi cargo.

Estaba tan concentrada en mi trabajo que escuche la puerta de la oficina del departamento que rentamos y ni siquiera levante la mirada, creía que se trataba de Alessandro.

—Ales, estoy trabajando así que si vienes a molestar con tus bromas puedes regresarte por donde venias — le dije sin despegar la mirada de mi portátil

Al mencionarlo reaccione, pero si había enviado a Alessandro a Nueva York para evaluar el edificio de la nueva sede del estudio con la finalidad de dos cosas: comenzar el proyecto y mantenerlo alejado de mí.

—¿Así es como le hablas a tu jefa?

Ese acento italiano lo conocía a la perfección, por ello rápidamente levante la mirada del portátil.

—¿Tris? ¿Qué haces aquí? — le pregunte sorprendida

Era la última persona que espere que estuviera aquí. La última vez que hable con ella estaba bastante ocupada con asuntos de su empresa en Italia.

—Alessandro llamó, dijo que era una emergencia que no podía atender, ya que su jefa malhumorada lo había enviado a Nueva York sin discusión alguna, así que tomé mi jet privado y vine lo más rápido que me fue posible — comenzó a explicarse

Sabía perfectamente la razón del porque Alessandro había contactado a Beatrice. Mi mejor amigo me conocía a la perfección al saber que cada vez que me refugio en el trabajo es porque algo estoy escondiendo y la única persona que me puede sacar de ese estado es Beatrice D'Angelo.

—No tenías que venir, estoy bien, lo prometo — le dije tratando de parecer estar bien

Ante mi comentario, Beatrice se sentó en la silla frente mi escritorio.

—Sabes que enterrar tus emociones en tus famosas cajas no es nada bueno ¿Cierto?

Ante su comentario di un suspiro para recargarme en el respaldo de la silla causando que se hiciera hacia atrás. Sin duda me conocía tan bien Tris.

—Lo agradezco, Tris, pero esto solo es momentáneo. En un par de días ya me encontrare mejor, lo prometo — le explique para se encontrará mucho más tranquila

—Sabes que no puedes pasar por esto sola ¿Cierto? Así que anda, arriba

—Beatrice, tengo trabajo pendiente que hacer. Uno tan importante que, si algo sale mal con él, me matarás — intente persuadirla para que me dejara sola

Cuando Eras Mía || CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora