Capitulo 1 "La llegada"

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-Bájate. - Me dice Rafael

Ana sale y le golpea el brazo

-¡Rafael! - Lo reta -, está bien mi vida, ven.

Ana me ayuda a salir y me abraza, Rafael se da la vuelta y saca mi maleta por la otra puerta.

-Estará todo bien, es por tu bien. - Me dice ella acariciando mi mejilla, estoy totalmente furiosa con ella, todo es culpa de ella. Ella trajo al diablo a casa. Agarro su mano y la corro.

-Déjame. 

Ella me lanza una mirada de tristeza, de verdad si me importa, pero siento un poco de odio hacia ella. Me acerco a Rafael y le quito la maleta de la mano. 

-¿Te iras sin decir adiós? –Dice echando una risita estúpida.

Me volteo y le señalo con el dedo del medio, el responde con una sonrisa burlona.

Toco el timbre del gran portón. El  internado es medio escalofriante, es muy grande y está en el medio de todo ese gran terreno de césped.

-Hermana Tifa, ¿En qué puedo ayudar? – Una voz sale por el timbre.

-Hola, soy la nueva internada Noel, mis padres me registraron hace unos días.

-Bienvenida Noel, serás recibida en la entrada del internado. –El portón se abre por su cuenta, me volteo y lanzo un suspiro, Rafael ya está en el auto y Ana está afuera llorando, abriendo y cerrando la mano, para despedirme. Cierro los ojos, y sigo caminando.

Camino por el camino de piedras, el césped tiene un color verde seco, al parecer nadie se dispuso a cortarlo en años. El portón hace un súper sonido al cerrarse, este lugar tiene mucha seguridad, puedo notar muchas cámaras y linternas.

Subo los escalones hasta llegar a la puerta principal, antes de darle golpes a la puerta, se abre. Una monja esta parada al frente.

-Tú debes ser Noel, pasa dulzura. –Me dice con una súper sonrisa, debe tener aproximadamente sesenta años por lo que apenas puedo notar.

-Gracias.

-Encantada de conocerte, yo soy la hermana Tifa, la voz de la entrada, ¿Qué te parece si hacemos un paseo por el internado? – me agarra de la cintura y me hace caminar. – Como veras, este es un lugar especial para gente con problemas, en tu caso, querer suicidarte.

-No hace falta que lo nombremos, sé porque estoy aquí. –La interrumpo.

-Mira Noel, en este internado todos aceptamos lo que somos, lo que fuimos y lo que seremos, así que mejor no me interrumpas así de nuevo. – Su mirada fue desafiante. – Continuemos con el recorrido, en la planta baja estan todos los registros, los guardias, la cocina y las oficinas, así que no iremos por aquí, vamos al primer piso. - Al parecer, al interrumpirla se molestó ya que su sonrisa es una sonrisa irónica y no me mira. –En el primer piso se encuentra el comedor, la sala de biblioteca y la sala de visitas.

Hacemos un recorrido por casi todo el lugar, al parecer mucha gente trabaja aquí pero no veo a ningún internado. Ya hemos recorrido todo, el segundo piso son los dormitorios, que son la réplica exacta de una cárcel abandonada. En el tercer piso esta la sección de hospital y enseñanza, donde tengo que ir tres veces a la semana, y en el cuarto y último piso esta la sala de recreación, supuestamente pasamos todo el día acá, menos en los días de tormenta, no sé por qué, pero no quiero preguntar.

Después de todo el recorrido, voy a la oficina de Tifa, ella me da un camisón celeste con un pulóver rojo, zapatos y medias blancas, no es ropa que compraría pero tampoco la desperdiciaría, esto quiere decir que la ropa que traje fue en vano. Me explica un poco más de las reglas, como el horario para andar por la “institución”, me dijo que “internado” es muy ordinario. Otras reglas más pero no muy importantes, como la alimentación y todo eso. Ella llama a un tal Alan por un aparato. Alan llega por la puerta. Es un guardia, tiene uniforme.

-¿Si, Hermana Tifa? –Pregunta él apoyado de en la puerta, luego me mira de pies a cabeza.

-Lleva a la señorita Greer a una habitación vacía por favor.

-Si Hermana. – Él se acerca y me agarra del brazo, al ser más alto que yo me tiene un poco elevada. Me parece que la bienvenida amable solo duro un minuto.

 -Ah por cierto Alan. –Lo nombra de nuevo Tifa y él se voltea. –Vigílala muy bien. 

Noel no está loca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora