Capitulo 8 "Ayuda"

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Tifa me agarra del brazo, me saca rápidamente del pasillo y bajamos los escalones a trotes. No me dirige la palabra en ningún momento.

-Todavía no sé si me querían hacer daño.

Ella frena y se voltea hacia mí, ubica su dedo en los labios y vuelve arrastrarme por los largos laberintos del instituto. Esto es algo muy raro, querían matarme. Bueno, eso creo, pero hablaban de cosas que al parecer Tifa no tenia que enterarse.

Seguimos caminando a los apuros, como estoy algo dolorida a Tifa le cuesta acelerar nuestro paso ya que estamos agarradas.

Ella me pide que me apresure y yo hago el intento de ir rápido, hago todo el esfuerzo que puedo pero Tifa sigue pidiendome que acelere el paso. Ya voy un poco más adelante que ella, pero aun así no gano su aprobación, eso me molesta. Trato de correr, hago todo lo que puedo para dejar atrás a Tifa. Paso tras paso, salto tras salto, estoy mejorando. Si me esfuerzo lo lograre, pero Tifa se pone a mi distancia, ella también corre pero con el mismo esfuerzo que yo, ella tiene 5 veces mi edad. Sigue pidiéndome que vaya más rápido con una sonrisa  -Corre. –Me grita muy feliz y ella se frena, esfuerzo mis piernas para que despierten, ¿Por qué he corrido muy rápido hace cinco minutos y ahora no puedo? ¿Por qué ella esta feliz? ¿Por qué yo estoy feliz?

Fuerza y más fuerza, cada vez voy esforzándome más, esto es un juego, una carrera hasta el fondo del pasillo contra mí misma. Mi estado y mi mente, una copetencia que puedo ganar.

Cuando logro estar corriendo, me volteo para observar a Tifa, ella está caminando rápido a lo lejos con una súper sonrisa. Con todas mis fuerzas empiezo a gritar, no tengo idea, pero me pone feliz ver que alguien este orgulloso de mi. En un momento Tifa me hace una seña con las manos, no entiendo su significado, su sonrisa se torna seria y luego preocupante, yo no paro de correr. Miro al frente y me choco con el fin del pasillo, una pared.

Me caigo al suelo, me he golpeado la nariz y la rodilla, me toco para ver si estoy sangrando, pero estoy bien, solo con un fuerte dolor.

Miro hacia atrás. Tifa se tapa la boca y corre hacia mí.

Ella corre para ayudarme y me doy cuenta que se está riendo, se está burlando de mi. No me pone mal, es algo raro, me enojaría si se burlan de mí, pero en este caso no.

Empiezo a reír con ella mientras me ayuda.

-¿Estás bien, mi vida? –Pregunta ella, tratando de no reírse pero es imposible.

-Me golpee la nariz y la rodilla, nada grave.

-Ven, vamos.

Seguimos caminando rápido, bajamos las escaleras y llegamos a su oficina. Ella me pide que me siente y se ubica al frente. Se suelta lo que cubre su pelo, que no se como se llama pero se que es parte del habito, suelta su pelo y lo golpea para darle volumen, es rubio. Se pone los lentes y empieza a husmear sobre los papeles que tiene en el escritorio.

-En realidad no sé qué paso, me agarro un dolor en el estomago y luego me llevaron a la sala de cirugía.

 -No hables más. –Me interrumpe ella. –Yo sé lo que paso, sé que no te dolía de verdad el estomago, estabas ayudando a la nueva. Fingiste estar mal y luego te dolió de verdad. Ellos te iban a matar. –Se quita los lentes. –Mira, Noel, este no es un lugar normal, aquí nada es normal.

-¿Qué es lo que quieres decir?

-Que aquí nada es normal… ¿Eso no entiendes? Tú tienes un poder, no un poder mágico ni un poder de “superhéroes”, tienes un poder que te da este lugar, todo lo que para ti es falso, se hace verdad, por eso te empezó a doler el estomago. Todas las cosas imposibles que pienses, se convertirán en reales, pero no siempre.

-¿Cómo lo sabes?

-Eso pasara cuando tú realmente no lo quieras creer, el instituto te está mostrando algo del otro lado de espejo, algo que solo tú puedes ver.

-¿Por qué yo?

-Porque eres la única viva en este lugar.

¿La única viva? Entonces todo esto es falso.

-¿Cómo que la unica viva?

-Tú tienes una vida, este lugar es de verdad, la gente que está aquí de verdad estuvieron aquí, solo que hace más de trescientos años.

-¿Qué?

-Mira, Noel, yo sé que quieres salir. Aunque es imposible, saldrás de aquí. Rafael te interno aquí porque nadie puede irse. Con el tiempo estarás loca, y cuando lo estés, no tendrás conciencia de este lugar, digas lo que digas nadie te creerá. Te mataran y serás un alma en pena, como todos aquí. Tú puedes salir de este lugar, yo te sacare. Solo contamos con tu ayuda, si tu nos sacas de aquí, descansaremos en paz.

-¿Esto es un broma?

-No, Noel, ¿crees que mentiría?

-Sí. Tú eres una hermana, Dios es tu salvador ¿Por qué te dejo aquí?

-Mira, no sé si Dios existe o no, pero yo tuve muchos errores en mi vida que nadie me podría perdonar, solo quiero descansar en paz y si digo que no creo en Dios, seguiré en este lugar, pero viviré como loca. Todavía sentimos lo mismo que una persona normal, pero nos atormenta nuestro propio demonio. –Las lágrimas empiezan a caer sobre su rostro. –Tú nos puedes ayudar.

Cierro los ojos, ¿Esto es parte de mi imaginación? ¿Estoy loca? Hago fuerza, yo no estoy aquí, Tifa no está aquí, esto es un sueño.

De pronto siento que estoy acostada, estoy en casa. Todo fue un sueño.

Lentamente abro los ojos, acaricio la suave tela de la sabana. No. A mí no me gusta dormir con sabana. Abro bien los ojos. Fue todo un sueño, pero sigo en el internado.

Me siento lentamente en la cama, corro mi pelo de la frente y suspiro. Alguien me toca la mejilla. Adam.

Empieza a acariciarme. Miro hacia la otra cama y no hay nadie.

-¿Qué haces aquí? –Pregunto pero no obtengo ninguna respuesta.

Se acerca y me empieza a besar, corre mi pelo tras la oreja y empieza a besarme fuertemente, cada vez más acelerado, su lengua gira alrededor de la mía, me toma de la nuca y se tira sobre mí, el beso se vuelve cada vez más erótico.  

Yo lo abrazo con una mano y acaricio su pelo con la otra.

-Ábrete. –Me pide bajando su mano hacia mi cintura.

 Él se quita la remera. Tiene unos grandes abdominales, pongo una mano sobre su pecho y seguimos besándonos. Me saco la remera y él pone ambas manos sobre mis pechos, luego me baja el pantalón y me saca la ropa interior. Él se para y se saca su pantalón, luego su ropa interior y quedamos completamente desnudos. Me agarra de los brazos y me hace que me siente arriba de su miembro, cuesta un poco la primera penetración pero él me ayuda agarrándome de la cintura, después se torna más rápido todo. Empezamos a besarnos y ya llevamos así un rato, él me suelta y deja que yo haga todo. Cuando me doy cuenta, él ya no mueve la lengua, me alejo y tiene los ojos cerrados, me levanto y empiezo a agitarle los hombros, él no hace nada, no se mueve. Empiezo a gritar. Me acerco a él pidiéndole que no bromee conmigo pero luego le sale sangre de la boca. 

Noel no está loca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora