Aprendiendo a amarte™ [Sylas x Ezreal]

Capitulo 10

Antes que nada, este capitulo contiene escenas explicitas, si no es de tu agrado no lo leas :p

Sin más nada que decir, continuemos con el capitulo

Sylas [POV]

—El viernes él será mío —le di un sorbo al Whisky que me acababa de servir el barman. El sabor era exquisito, era mi preferido, pero hoy sentía que su sabor estaba a otro nivel, como si fuera una versión mejorada del que me tomaba casi todas las noches.

—Envidiables tus palabras, sin duda — a mi lado se encontraba Jhin, que desde hace un tiempo es mi amigo de copas junto con Graves, lamentablemente este último no estaba aquí.

Nos encontrábamos en uno de los bares más exclusivos de toda Runaterra, no cualquier persona, demonio, Yordle, o cualquier criatura mágica podía entrar aquí. Para empezar, estaba protegido por una barrera anti hechizos y además tienes que ser lo suficientemente rico y tener una posición de gran renombre en la sociedad para que se te permita la entrada.

—¿A dónde planeas llevarlo? —Jhin tomaba un cóctel de frutas exóticas combinado con algunas bebidas alcohólicas bastante fuertes, toma demasiado, aunque extrañamente nunca lo he visto ebrio o afectado por el alcohol.

—Obviamente al restaurante más lujoso, de no ser así, el que él desee — movía el hielo dentro de mi Whisky con un leve movimiento — Lo que él quiera.

—¿Qué hay de esa niña Lux? Solamente la ignorarás o planeas salir con los dos a la vez.

—Para ser sincero, ella no me interesa — no podía ver el rostro de Jhin por la máscara que este siempre lleva, pero sabía que estaba esperando una explicación detallada sobre lo que iba a hacer mañana —Pero reconozco que fue útil.

La espeluznante risa de Jhin se escuchó, pero no tan alto como para llamar la atención de todos.

—Pobre alma desdichada, es el precio que deben pagar los ingenuos — expresó con diversión — pagaría por ver su rostro al enterarse que su... ¿mejor amigo? ¿novio? Está saliendo con el profesor con el que ella cree que tiene una oportunidad.

Sonreí por sus palabras haciéndome una imagen de la escena en mi mente.

—Solo espero que a la larga no se convierta en un problema.

—Créeme, lo será — afirmó Jhin con algo de desagrado en sus palabras.

—¿Problemas en el paraíso? —dije con burla, él ya sabía a lo que me refería.

—Esa mujer es tan... — su voz sonaba ahora más enojada, apretaba más la copa, sin embargo, sabía que no la iba a romper o mancharía su vestuario y se formaría posiblemente una masacre — molesta.

Se calmó y volvió a hablar con esa voz terrorífica, pero que a su vez era serena.

—Sin embargo, no está en su destino —finalizó.

—¿Crees en esas cosas del destino? —pregunté con un poco de interés, aunque mi rostro no lo demostraba, más bien parecía que estuviera juzgándolo por sus creencias.

—El destino es exacto y perfecto, como todo debe de ser.

Seguimos hablando de cosas triviales mientras pasaban las horas entre bebidas alcohólicas, historias y una que otra risa.

Al final terminamos bebiendo hasta las 2 am, cada uno nos fuimos a nuestras casas y decidimos que seguíamos en la próxima.

Al llegar a mi mansión saqué un poco de vino que tenía y seguí bebiendo mientras miraba por el gran balcón toda la ciudad de Demacia, sin duda era una de las ventajas de vivir en una montaña a las afueras de la ciudad, la vista, la tranquilidad y la privacidad. Sin duda el mejor lugar para follar.