Capitulo 11

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Ezreal [POV]

Abrí lentamente mis ojos con pereza, la suavidad de las sabanas hacía que durara seriamente si despertarme por completo o seguir durmiendo, miré mi celular que reposaba en la mesita de noche ubicada al lado de la cama, estiré mi brazo para cogerlo y mirar la hora. El reloj indicaba las 10:32 de la mañana, desbloqué la pantalla y acto seguido abrí los mensajes que tenía, mi vista aún estaba borrosa así que se me dificultaba leer. Volví a bloquear el celular sin realmente ver los mensajes y esperé a que mis ojos se acostumbraran a la luz del sol que entraban por las ventanas.

Hice el esfuerzo por levantarme de la cama, pero inmediatamente un intenso dolor en mi cadera hizo que volviera a mi postura inicial de golpe, solté un pequeño grito por el dolor repentino e intenté quedarme quieto para que el dolor cesara.

¿Qué carajos?

Aparté las sabanas para ver mi cuerpo desnudo con algunas zonas moradas por todo mi cuerpo, centré mi vista en el lugar que me encontraba y estaba claro que no era mi casa.

—Mierda, mierda, mierda — tomé el celular con rapidez, aunque al segundo me arrepentí de haber hecho un movimiento tan brusco, mi cuerpo dolía como los mil demonios y los recuerdos de la noche pasada caían como agua fría sobre mi cuerpo cálido.

El sonido de unos pasos acercándose hacia donde yo estaba hicieron que mis alarmas internas se encendieran, y no sé por qué, pero por instinto guardé mi celular debajo de la almohada ocultándolo de la persona que fuera a cruzar esa puerta.

Al abrirse la puerta, el bien trabajado cuerpo del profesor Sylas saltó a la vista, estaba solo con ropa interior, las cadenas que colgaban de sus manos y lo que parecía ser un vaso de agua.

—Ya veo porque llegas siempre tarde a clases —su voz sonaba más grave de lo normal, o eso me parecía a mí. Se acercó a mí y me ofreció el vaso con agua junto con una pastilla — te ayudará con el dolor corporal.

Tomé lo que me estaba ofreciendo aun sin adaptarme a la situación y un poco confundido, no era un sueño lo que hace un rato estaba pensando.

—¿Qu-qué hace usted aquí? — dije mirando el agua como si fuera lo más entretenido del mundo, no me atrevía a mirarlo a los ojos.

Hubo un corto tiempo de silencio que al momento fue reemplazado por la risa del profesor Sylas.

—No me digas que no te acuerdas de nada, que yo me acuerde no probaste ni una sola gota de alcohol — mientras su risa burlona resonaba yo pensaba sobre la noche anterior y repitiéndome internamente que las imágenes que se reproducían en mis recuerdos no eran producto de un sueño húmedo.

En un momento dejé de escuchar su voz, estaba perplejo, el vaso de agua que estaba siendo agarrado por mis dos manos cayó al suelo quebrándose en pedacitos y produciendo un estruendoso ruido que hizo que volviera a la realidad.

—Usted y yo... — tragué fuerte antes de pronunciar lo siguiente — tuvimos...

No fui capaz de terminar, pero al instante el mayor me lo confirmó.

—Para haber sido virgen te movías muy bien, sin duda te pondré en el top 5 del mejor sexo que he tenido — dijo esto mientras se dirigía a una puerta que intuí sería el baño.

Mi mirada se clavó en su ancha espalda que estaba roja y cubierta de arañazos, hice una mueca de dolor con tan solo verla y al él cerrar la puerta tomé rápidamente mi celular.

Estaba tan alterado que no me fijé bien a quien le estaba escribiendo el mensaje, pero en mi cabeza lo único que podía pensar era en decirle a Ekko y que me ayudara, yo solo quería que la tierra me tragara y desaparecer de una buena vez por todas.

Aprendiendo a amarte™ [Sylas x Ezreal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora