II: Starting Date

223 41 8
                                    

El rostro de TaeHyung no mostraba emoción alguna como ya era de costumbre. Cabalgaba rodeado de miembros de su gremio, nadie decía nada, el silencio sepulcral lo dominaba todo, engullía cualquier intento por iniciar una conversación; tampoco es que lo intentaran demasiado, las únicas palabras que articulaban se debían a las irregularidades del viaje, como por ejemplo, si el grupo selecto para adelantarse y tantear el camino informaba algún grupo de personas sospechoso o cadáveres en la ruta. Nada más.

TaeHyung no tenía intenciones ni ánimos para hablar, solo podía pensar en lo ansioso que estaba por cumplir la misión que lo llevaría hasta su más grande ambición; la libertad que le fue robada.

Estaba al tanto de que para ese punto él era la envidia de muchos de sus colegas ¿y cómo no? La oportunidad que se le presentaba era una en un millón, quizá ellos nunca podrían alcanzar la tan ansiada libertad pero ahora TaeHyung sentía que pronto sería un hombre libre, estaba dispuesto a lo que sea para lograrlo. No dudaría en sacar la parte más cruel e intrépida de él para lograrlo, nada se interpondría en su camino. Dada a estas razones, cabalgaba sujetando las riendas con una mano mientras la restante se ceñía al rededor del pomo de la espada.

Dudaba que sus compañeros de viaje atentaran contra su vida debido a las consecuencias que traería; una muerte lenta y cruel, pero aún así, más valía prevenir que lamentarse con un tajo abriéndole la garganta de oreja a oreja.

Cabalgaron toda la noche y gran parte de la mañana hasta llegar a la intersección de tres caminos; de donde venía TaeHyung, por donde llegaría JeongGuk y el viaje que ambos emprenderían juntos hasta el castillo donde al príncipe le esperaba una boda ostentosa junto a un numeroso ejército.

Al llegar, todos bajaron de los caballos, un par de hombres se quedaron en el camino para esperar al miembro de la realeza mientras que el resto se dirigió hacia un arroyo cercano para dar de beber a los caballos, seis en total. TaeHyung fue uno de ellos quien necesitaba una montura en buenas condiciones para el viaje que le esperaba. Mientras el animal bebía, él se limitó a caminar a la orilla de la corriente de agua tras haber atado las riendas a un tronco cercano.

A unos cuántos pasos entre los árboles, dio con el único al que había llegado a considerar su amigo; NamJoon. Estaba sentado en una roca sacándole filo a un puñal pero TaeHyung pensó que ya estaba tan afilado que podía afeitarse con él.

NamJoon era alto, con una buena musculatura, tenía una cicatriz en la parte baja de la mejilla rozando la mandíbula. Llevaba el cabello corto en los laterales y más largo en la parte superior pero no demasiado, nunca se dejaba crecer la barba aunque le decían que con ella podría disimular su cicatriz pero él no tenía ni la misma intención en seguir el consejo. Su semblante era hosco la mayor parte del tiempo, el tipo de expresión que te pide que te alejes mientras te apunta con una flecha pero cuando se suavizaba o sonreía se veía mucho más amable y los hoyuelos en las mejillas le sumaban un toque afable.

—Espero que cuando seas libre me ayudes a pagar mi libertad —comentó el moreno sin mirarlo tras percatarse de su cercanía.

Ambos fueron llevados a los Vástagos de Lince a corta edad, prácticamente al mismo tiempo, lo que les obligó a entrenarse juntos. TaeHyung lucía un sin fin de cicatrices en su cuerpo producto de decenas de batallas pero, la mayor parte de ellas fueron hechas por NamJoon cuando eran solo un par de adolescentes, lo mismo le sucedía a NamJoon quien siempre se destacó a la hora de pelear pero TaeHyung consiguió derrotarlo más de una vez.

—Puedes estar seguro de ello —respondió TaeHyung, sentándose al lado de NamJoon. Sacó la espada corta de su vaina y empezó a sacarle filo al ritmo que el moreno amolaba el puñal.

MARE MAGNUM ↷VKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora