8 Isaac Lahey

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Entre por la ventana de su habitación, él estaba sentado en el borde de su cama. Tenía un pómulo rojo tirando a morado, en él otro tenía un corte, tenía otro corte en la ceja y cristales en las manos. Me miró y sentí que mis colmillos empezaban a salir de la ira que me daba verle así lastimado y que encima le lastime una persona que tendría que protegerle.

- Sofía, tranquila, estoy bien.

- No, Isaac, no me engañes sabes que no puedes eres mi compañero sé que no lo estas. Y esto se acaba aquí, no pienso dejar que sigas viviendo con ese monstro. Te vas a ven ir a vivir conmigo y no voy a aceptar un no por respuesta.

- ¿Estás segura? ¿Tu madre me dejara?

- Por favor Isaac ¿en serio lo preguntas?, mi madre te adora.

Escuchamos como se abría la puerta y entraba a la habitación uno de los hombres que más odiaba en el mundo.

- Isaac no me habías dicho que tenías novia – dijo mirándome de arriba abajo – ni que estaba tan buena, ah y chica no te vas a llevar a mi hijo a ninguna parte – le mire con asco.

- No te atrevas a mirarla de esa forma, padre – intervino Isaac.

- Me da igual si no me deja apartar a Isaac de usted, mi madre sabe lo que le haces a tu hijo y va denunciarlo cuando nosotros lleguemos a casa y usted no va hacer nada para impedirlo – dije poniéndome delante de Isaac.

- Por qué crees que no voy a hacer nada mientras secuestras a mi hijo.

- Inténtelo y veremos que va a pasar – dije poniendo los ojos rojo y haciendo que mis colmillos saliesen. Él dio un paso para atrás y me miro asustado.

- ¿Qué...Qué eres?

- Nada que a ti te deba importar, ahora vas a ir a tu a algún sitio de la casa y vas a dejarme llevarme a Isaac, después pasaras el resto de tu miserable vida en la cárcel por maltrato. Y como no sigas lo que te digo al pie de la letra te voy a arrancar la garganta con mis dientes.

El hombre asustado salió de la habitación, Isaac me abrazo por la espalda y me dijo:

- Te ves muy sexi así ruda y mandona.

Sonreí y me apoye en su pecho. Empezamos a hacer la maleta y metimos lo necesario para unos días, otro día vendríamos a por lo demás.

Cuando llegamos a casa, mi madre se preocupo al ver el estado de Isaac, le explicamos todo a mi madre y subimos a la habitación a curar a mi novio y a colocar sus cosas en mi habitación.

Dejamos la maleta a un lado y le senté en la cama, fui a por el botiquín de mi baño y me senté en sus rodillas. Le cure las heridas, y le tumbe en la cama, me tumbe encima suya y puse mi cabeza en su cuello.

- No sabía que eras una Alfa, sabía que eras una mujer loba, pero pensé que la Alfa era tu madre – sonreí y negué todavía con mi cara en su cuello.

- Mi padre me dejo el puesto a mí, porque nadie piensa nunca que una chica de dieciséis años tenga tanto poder. Y ahora deja a mi loba asegurarse de que estas bien.

Asintió y me abrazo por la cintura, mi loba al ver esta acción gruño feliz y volví a poner mi cara en su cuello y lamí su marca de compañeros, que lo hacía completamente mío.

- Te amo, Sofía. Gracias por sacarme de ahí y por estar a mi lado.

Gruñí un yo también, pero no sé si me entendió.

- Cuando vuelva tu parte humana otra vez, me respondes, Amor.

Volví a gruñir afirmativamente y asentí. Me dio un beso en la cabeza y me apretó más contra él. Así es como me gustaba estar tumbada encima de mi novio, sabiendo que está bien y no le pasara nada, porque no pienso deja que nada le pase nunca.

One Shots MultifanbdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora