4.

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Entre a mi habitación y me tire de clavado en la cama. Enterre la cabeza en la almohada, no quería que nadie me molestara.

Realmente estoy hecha una furia con lo que el Señorito Grey me había acabado de hacer, quien mierda se creía ese tipo? Me había dejado doliendo el muy maldito.

El sonido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos, seguro era él, ese bastardo.

Sin sacar mi cara de la almohada, extendí mi brazo con el dedo mayor en alto, se lo merecía.

- Discúlpeme por molestarla, Señorita Patrick, vine a traerle su ropa para la velada de esta noche -murmuró una voz femenina, baje mi brazo completamente avergonzada.

- Mil disculpas por eso Señora, no sabia que era usted, creí que era el Señor Grey -me disculpe educadamente y ella oculto una risa.

- Para que es esto? -murmure acercándome a la mujer, tomando el vestido entre mis manos- Voy a salir a algún lado? -pregunte confundida.

- No, no, Señorita, los Grey vendrán a visitarlos esta noche, quieren conocerla a usted y el Señor Grey me pidió que le traiga esto, aquí tiene los zapatos -dijo ensañándome unos zapatos de charol que hacían juego con el vestido.

- Gracias -dije agarrando el vestido y los zapatos- Aunque, antes tendría que ducharme, puedo ducharme? -le pregunte con amabilidad.

- Querida, este es tu nuevo hogar, podes hacer lo que quieras, anda a ducharte tranquila -respondió cálidamente.

- Gracias por todo, Señora... -espere a que responda

- Patterson, soy la Señora Patterson

- Entonces, gracias Señora Patterson -sonreí y ella imitó el gesto

- De nada, Señorita Patrick, hasta luego -murmuró retirándose

Deje el vestido en la cama y los zapatos en el piso. Me acerque al placard, lo abri y saque una toalla.

Salí al pasillo y me metí en el baño, encendí la ducha, me desvestí y me metí en ella.

Al cabo de unos 30 minutos salí, estaba completamente relajada y tranquila.

Envuelta en una toalla, sali al pasillo y camine de regreso a mi cuarto.

Empece a vestirme y el ruido de la puerta abriéndose me distrajo, mire en esa dirección y era él.

- Que haces aca? Andate! Que no ves que me estoy cambiando?

- No necesitas ayuda? -pregunto con una sonrisa pícara

- No No, claro que no. Ya vete -murmure molesta

- A mi me parece que si, no vas a poder subirte ese cierre sola

- Que? Claro que si puedo -pose mis manos en mi espalda, pero no podía alcanzarlo, mierda.

- A ver, dejame ayudarte -se acerco a mi lado, corrió mi pelo hacia un costado y lentamente subió el cierre del vestido- mucho mejor, te ves muy bien

- Gracias, ahora andate

- Que humor tiene hoy, Señorita Patrick, parece que le cuesta acostumbrarse a los cambios

- Por que no te vas al -me interrumpió

- El vocabulario, ya lo dije millones de veces hoy, una dama tan hermosa no es digna de ese vocabulario -me limite a sacarle la lengua como una nena de 4 años, ya que sino, soltaria otra palabrota- Infantil, pero mucho más educado -murmuró con una sonrisa victoriosa

- Podría retirarse, Amo? Quiero terminar de cambiarme en paz -recalque el "amo" con sarcasmo.

- Si me lo pide de esa manera, me veo en la obligación de complacerla con su pedido, hasta luego Señorita Patrick -murmuró mientras desaparecía por la puerta.

••La Vida de una Sumisa••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora