2.

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Sostenía el picaporte de la puerta con las manos temblorosas, de hecho todo mi cuerpo esta temblando. Las manos empezaron a sudarme y se me hizo un gran nudo en la garganta, no se que voy a hacer para hablar, ya que en este estado es realmente imposible.

Tenia ganas de escapar pero no podía, tenia que enfrentarme a mi cruel destino y aunque no quisiera, de todos modos, estoy obligada a hacerlo.

Abri la puerta de una vez, al entrar, me encontraba en una enorme sala de estar. Había un enorme ventanal, los rayos del sol entraban por el y alumbraban por completo toda la habitación.

El negro, el blanco y el gris predominaban en toda la habitación, tanto los muebles, como las paredes, eran de estos colores.

Un hombre alto, de cabello cobrizo y esbelta figura yacía de espaldas a mi, su sombra se reflejaba en el piso. Admiraba el paisaje seguramente, tal vez estaba muy concentrado porque ni siquiera se volteo a verme, lo cual empezó a molestarme.

De repente, se dio vuelta y al ver sus profundos ojos celestes como el cielo, los recuerdos de mi padre golpeando a mi madre aquella tarde otoñal invadieron mis pensamientos; el miedo se apodero de mi y volví a temblar, agarre mis manos con mucho nerviosismo.

Esbozó una sonrisa y comenzó a acercarse a mi, trate de sonreír también pero todo se volvió negro en un abrir y cerrar de ojos.

De golpe, me levanté toda agitada en un cuarto que no conocía. Creia que todo era una pesadilla pero estaba equivocada.

Empece a examinar el cuarto con mi vista. Había una ventana que daba a un hermoso paisaje: se veían todos los edificios de Shadowland que de fondo tenían la puesta del sol. Las cortinas de esta eran grises, las cuales estaban una a cada lado. Al lado opuesto de la ventana, se encontraban 2 puertas, que supongo irían al armario y el baño. Enfrente de la cama en la cual estaba sentada, se encontraba una puerta de roble muy linda. Las sábanas de la cama eran negras y tenían un aroma peculiar: menta con jazmines.

De repente, la puerta de roble se abrió dejando a la vista a la misma persona por la cual me desmayé. Se movió hacia la ventana sin dejar de mirarme, y cuando llego a la misma puso sus manos en su pantalón tomando una postura tierna y sexy al mismo tiempo.

- No tuve tiempo de presentarme- Dijo sacando una mano del bolsillo y extendiéndola hacia mi- Soy Theodore Raymond Grey

- Demetria Marie Patrick- dije juntando nuestras manos en forma de saludo, sintiendo una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

- Entonces, supongo que como todas no sabes nada acerca de esta politica, o me equivocó? -dijo penetrándome con sus ojos celestes

- No conozco nada de la mierda de esta política y me encantaria irme de esta mierda de lugar- dije sonriendo inocentemente

- Señorita Patrick, no utilice ese vocabulario -dijo ocultando una sonrisa- lo único que puedo explicarte es que tienes que obedecer todo lo que diga, todo lo que te pida tenes que hacerlo, por obligación tenes que decirme Amo y podre hacer con tu cuerpo TODO lo que yo quiera -remarco la palabra todo

- Básicamente, me vendieron como chocolate pero gratis- dije rodando los ojos

- Técnicamente, sí. Otra cosa, rodar los ojos no ayudara con tus castigos- dijo acercándose

- Castigos?- pregunte levantando una ceja

- Cada vez que me desafíes, te portes mal o no me obedezcas tengo la obligación de castigarte -dijo lo mas serio posible.

- A caso tengo 3 años otra vez?- dije sonriendo

- Mira, no me parece gracioso hacerte daño pero es obligación. Si a mi me empieza a gustar no va a ser bueno -curvo su labio al decirlo

- Bien - rode los ojos, a lo cual recibí una mirada no tan buena de Theodore- Perdón

- Bien, es hora de que conozcas tu nueva casa- dijo extendiendo su mano para que la agarre

- Tengo que confiar en usted, Amo?- dije en tono de burla mientras agarraba su mano y me levantaba de la cama

- Le conviene o va a sufrir muchos castigos, sumisa -murmuro mientras me miraba a los ojos, lo cual me puso muy incómoda.

El momento que presencié de mi papá castigando, de seguro, a mi mamá no fue muy bonito, y pensar que Grey va a hacerme lo mismo no lo es definitivamente.

- Machista- dije en un susurro

- Que dijo?- preguntó haciéndose el tonto

- He dicho " Machista"- dije soltando su mano para cruzarme de brazos

- Señorita, usted es consciente de que puedo en estos momentos aplicar todo lo que me fue enseñado durante mis 18 años? Y le aseguro que no es muy lindo- dijo mirándome a los ojos, los cuales se tornaron mas oscuros al decir esto

- Si me permite, yo soy la inexperta aquí, asi que hasta que no tenga idea de lo que me va a hacer no pienso tratarlo con respeto

- Esta bien, voy a explicarle todo. Pero aca no porque sino esa cama va a servir de algo no muy grato -rodo los ojos al decirlo

- Discúlpeme pero no me ruede los ojos- dije en el mismo tono que el había dicho antes

- Señorita Patrick, acuérdese que soy su amo y como tal, puedo hacer lo que quiera- dijo mostrando por primera vez una sonrisa completa, mostrando las perlas blancas que tenia como dientes.

Si no fuera por mi orgullo, juro que en estos momentos estaría dispuesta a hacer todo lo que me pidiera. Pero como mi orgullo es inquebrantable, va a ser muy difícil que sea su sumisa.

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Holiwis pequeñas pervertidas!! Aca tienen el segundo capitulo, espero que lo amen. Antes las habíamos dejado con la intriga de quien era el tan esperado Amo Dominante. Bueno es Theodore Raymond Grey, las que leyeron 50 saben de quien estoy hablando. Y las que no saben -> es el hijo de Grey. Las amamos muchooo, lean, comenten y dejen estrellitas (votos). Les agradeceríamos mucho si nos enviaran chocolate (?

Laters, babies xx.

••La Vida de una Sumisa••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora