/ ₪ Vɪʀᴜs ₪ / JimSu [PAUSADA]

[ Capítulo 11 ]

La casa en la que estában era de dos pisos, tenía 2 habitaciones, cada uno con su baño, la sala tenía tres sillones, dos grandes y uno chico, no había tele, la cocina estaba llena, con un baño en medio de esta y la sala.
La casa era grande y espaciosa, no había cuadros ni nada que puediera darles una pista de quien había vivido allí antes, solo muebles.

Los chicos decierona acomodarse, Tae, Kook, YoonGi y JiMin en una habitacion, Hwasa en la otra, sola, no querian incomodarla al hacerla dormir con uno de ellos, Nam y Jin en los sillones de la sala.

Después de informarles a los chicos sobre la salida con Nam, Jin les mandó a dormir para descansar adecuadamente. Por suerte, el cuarto en el que dormían los menores tenía dos camas, algo pequeñas.

"Me duermo con Kookie" Tae avisó tan pronto como entraron a la habitación.

"¿Eso quiere decir que dormiré con JiMin?" YoonGi preguntó y miró al mencionado con una mano en la boca.

"Tranquilo, Yoon, dormiré en el piso, no quiero incomodarte"

"E-está bien" sonrió y caminó hasta la cama, sentándose.

Extendió una sábana gruesa en el piso, puso una almohada y agarró otra sábana para cubrir su cuerpo. YoonGi se acostó en la cama y se cubrió con las mantas. Los dos idiotas ya se habían dormido sin apagar la luz.

"¿La quieres dejar prendida?" miró a YoonGi

"Sí"

"Está bien. Descansa, Yoon"

Le dio la espalda, seguro mañana amaneceria con un dolor de mierda por dormir en un lugar tan incómodo.

"JiMin"  YoonGi murmuró, no quería despertar a los otros tortolos, aunque dudaba que lo hiciera.

Ellos ya roncaban y probablemente estuvieran hasta en su quinto sueño.

"¿Qué pasa?"  volteó a verlo

"Mmh...¿Quieres dormir conmigo?, digo, se que no me quieres incomodar pero mañana vas a salir y tendrás dolor de espalda, además, no me incómodas"

Sentía vergüenza, no tenían que verlo para saber. Sus mejillas estaban teñidas de un lindo color carmín. Pero aún si moría de eso, no dejaría que el mayor despertará con un horrible dolor de espalda solomente por que él no quería dormir juntos. No lo culpen, es un chico tímido, de menor edad y además, virgen que con la única persona con la que había dormido era su madre, quien lo hacia por sus constantes pesadillas por la noche.

"Si tú lo dices" se levantó, no tuvo que caminar mucho para llegar a la cama.

YoonGi hizo un espacio en la cama, no era mucho, pero era algo, se acostó dandole la espalda.

"Sé que es mucho pero, ¿Podrías abrazarme?"

Bueno, en algún momento se le fue la vergüenza y timidez. Tenía miedo y la soledad que crecía en él no ayudaba en él. Le dolía todo y se sentía tan sólo, tan malditamente solo en aquél lugar podrido e infestado de contagiados que recorrían las calles como perros abandonados.

Sus ojos se abrieron de par en par, jamás pensó que YoonGi le pediría algo asi. Giró, quedando cara a cara con el, su piel palida, esos ojos gatunos, tan hermosos, no pudo evitar no mirar esos lindos, delgados y brillosos labios. ¿Estaría mal decir que tenía tantas ganas de besarlo? Es que era tan lindo y hermoso, además de tierno.

"Oh, bien"

Se acercó, puso su cabeza entre el cuello y su hombro, quedando un poco encima del mayor, el solo pasó su mano por su cintura y con la otra acarició su cabello. Escuchó el corazón latir del pelinegro y por alguna razón eso calmo su temor. Solo com estar a su lado y sentir las caricias que JiMin le daba lo hizo relajarse a tope.

"Tengo miedo" susurró, como si tuviera miedo a que alguien más lo escuchara.

"¿Miedo?, ¿De qué, YoonGi?" JiMin respiró profundo el suave olor a shampoo del castaño.

"De lo que nos pueda pasar, de lo que nos espera" sus ojitos se humedecieron y pronto se empañaron.

Pero no lloró, no hoy.

"No deberías pensar en eso" sin dudarlo, dejó un beso en la frente descubierta "Solo duerme, Yoon. Duerme bien"

"Tú igual, Jimin"

¿Quién diría que eso sería el principio de un amor tan lindo y lleno de vida en ese lugar tan sucio y oscuro? Solo eran dos chicos queriendo amar y ser amados como si dependieran de eso. Por que sin saberlo, ya se amaban como a ninguna otra persona.