/ ₪ Vɪʀᴜs ₪ / JimSu [PAUSADA]

[ Capítulo 22 ]

"Jimin, mi amor, ve y dile a tu padre que baje, la cena estará lista en unos minutos" su madre le habló, sacándole la atención de su celular.

"Claro, mamá, ¿Qué comeremos?" el menor se acercó a la cocina, la mayor se encontraba de espalda, mirando la estufa mientras esperaba que la comida se calentara.

"Comida" volteó a verlo con una ceja alzada, su mirada reflejaba burla.

"Ush" alzó su pie y lo azotó en el piso, en forma de berrinche "Eres mala"  rió "Ahora vuelo" a paso lento se alejó de la cocina y subió a la que era la oficina de su padre.

Su mano se levantó para tocar la puerta y recibir una señal de par poder pasar, pero eso no sucedió, la voz de su padre se escuchó detras de aquella puerta de madera, recargo su oído en esta, tratando de escuchar.

"Sabías muy bien lo que tenías que hacer, ¿Qué cojones estabas pensando, maldito imbécil?" la voz de su querido padre se escuchaba furiosa, Jimin jamás lo había escuchado decir groserías como esas, siempre fue un esposo y papá honesto, trabajador y amable, ¿Dónde había quedado su amable padre Jonghyun?.

Hubo un silencio, suponía él que era causado por la otra persona quien a lo mejor contestaba la grosera pregunta del mayor.

"¿Crees que me importa acaso?" suspiró "Sólo te di un trabajo, llevar las pruebas de sangre de los animales que contenian el KMJP y ni eso pudiste hacer, agh, ¿Dónde lo perdiste?" otro silencio "Bien, más te vale que la muestra no se haya roto ni contaminado o tú y todos estaremos muertos"

Nada más se escuchó. Habia cortado la llamada. Cuando confirmó aquello, por fin tocó, recibiendo un "pase" de su progenitor.

"¿Qué pasa?" el mayor no miró a si hijo, estaba ocupado con unos papeles para hacerlo.

"Madre nos llama a comer"

"En unos momentos iré, estoy arreglando un asunto un tanto delicado" su mano se extendió al escritorio, agarrando una carpeta. JiMin no se había movido "¿Qué?" la dura mirada se clavó en él, su garganta se secó, este no era su padre, alzó una ceja y se levantó de su asiento "¿Ocurre algo contigo acaso? Te dije que ya mismo bajaba, sal" él solo asintió y salió a paso apresurado.

Bajó las escaleras corriendo, tratando de no tropezar con sus torpes pies y caer, llegó a la cocina, su madre estaba con el celular en la mano y su ceño fruncido, estaba enojada.

"¿Qué tienes, mami?" con delicadeza tocó el hombro de su madre, esta subió su cabeza, sus ojos estaban empañados con lagrimas "¿Mamá?"

"Ah, no pasa nada" sonrió "Cosa de ancianas" se apartó de su hijo con una carcajada fingida.

"¿Anciana? Si pareces mi hermana" su preocupación seguía intacta, pero si su madre no quería contarle, no la obligaría a nada.

"¿Tu padre?" cambió de tema

"Dijo que ya bajaba" abrió la boca, queriendo decir algo, no tuvo valor, se quedó callado.

"Dilo" su madre habló.

"Papá está raro"

"Lo sé, lo he notado, hablaré con él al terminar la cena, quiero que cuando acabes te levantes sin decir nada y te vayas a tu habitación ¿Entendido?" ella acarició su mejilla con delicadeza.

Jimin asintió.

[...]

Sus ojos se abrieron, su cuello trono entumesido y adolorido, talló cuidadosamente sus ojos, tratando de que el sueño se le fuera. La noche había llegado, al igual que su turno de guardia, no podía quedarse dormido.
Se paró del viejo tronco y caminó en círculos tratando de ver mejor en la oscuridad, nada fuera de lo normal sucedía a su alrededor.

Los minutos pasaron, unos gruñidos se escucharon a lo lejos, alertando a Hwasa, Jin y Nam, quienes aunque tenían la oportunidad de dormir no lo lograban, se levantaron a prisa, los mayores protegiendo a la chica y a la bebé del posible riesgo de los caminantes.

Unos disparos se escucharon a lo lejos, ramas se escucharon tronar, quizá los caminantes se dirigían al ruido. Su miedo disminuyó, pero no fue por mucho tiempo, unas cuantas pisadas se escuchaban en su dirección, los rubios sacaron sus armas y apuntaron al lugar bañada en completa oscuridad del bosque.

Jadeos de cansancio se oyeron acompañados de los grillos cantando, Jimin caminó hacia el lugar, siendo llamado por Jin, quien se preocupaba al verlo caminar en aquella dirección, pero no podía dejar solo a Nam y a Hwasa.

Cuatro cuerpos salieron de aquel horroroso lugar, sus caras llenas con pequeñas gotas de sangre.

YoonGi y los chicos habían vuelto.

Y JiMin salió corriendo hasta él, dándole un beso como bienvenida.