En tiempos de Cuarentena.

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Supe, desde el inicio de la pandemia, que todo de a poco se iba a ir a la mierda.

Literal, todos la estamos pasando mal. Unos más o menos que otros. Los problemas aparecen, el estrés, las ganas de salir y saber que no puedes hacerlo.

Las clases online y las tareas para nosotros, los estudiantes. Las tareas del hogar, a los adultos.

Todo nos tiene agobiados. Pero quisiese hablar un poco sobre lo que ha pasado a lo largo de estos meses en aislamiento.

No precisamente todo lo que narraré es malo. Pero, tiene su pequeño gran porcentaje.

Desde el inicio supe que mi relación afectiva y de confianza con mi madre se iba a ver afectada, solo me preparaba.

Sabía que iban a haber conflictos con alguna persona, los ataques de ansiedad, la inspiración, etc. Todo pasó a su debido tiempo.

¿Por dónde debería empezar?

Básicamente, mi hermana se puso más pesada de lo usual, como era previsto.

Mi madre se suele estresar muy fácilmente, por ende debíamos tener cuidado con lo que hacíamos, lo que no, lo que decíamos y lo que no.

Mi hermana y yo nos vimos muy afectadas por este comportamiento. Ella se ha sometido a la alta presión que mi madre le ejercía siempre que hacía tareas de la escuela, y yo siempre me callé. Sabía qué me convenía. Ella es una mujer con temperamento fuerte y la más mínima chispa podía encender el fuego dirigido a un barril lleno de dinamita.

Capaz ella no se considera así, pero eso demuestra.

Decidí simplemente desahogarme en los estados de Whatsapp, los cuales solo respondieron 2 personas de...no lo sé, ¿17?

La cuestión es que, los ataques de ansiedad son más frecuentes con ella cerca. Siempre se quejaba de alguna cosa que hacía o no hacía.

Por estar pendiente del celular, por no estarlo.

Por lavar los platos, por no lavarlos.

Por barrer, por no barrer.

Por estudiar, por no estudiar.

Por hablar/opinar, por no hablar/opinar.

Por demostrar mis sentimientos y por no hacerlo.

¿Se imaginan estar en un ambiente en donde la cosa sea así todo el tiempo y solo cambia cuando el novio de ella viene? O hay veces en las que no nos salvamos al estar él aquí.

No podemos llorar, porque ella nos pregunta de mala gana y nos juzga en vez de ayudar.

No podemos divertirnos porque ella dice que tenemos que estudiar.

No podemos enojarnos, porque a ella le molesta.

No podemos ser nosotras mismas porque a la señora le molesta ser cuestionada y a veces ni eso.

Digan lo que quieran, pero eso no está bien, seas la madre y la autoridad en la casa.

Para poder salir de todo ello, intenté enfocarme a fondo en las tareas domiciliarias. No estar pendiente de otra cosa hasta en la noche, cuando podía descansar.

(En la UTU, me someto al alto estrés de querer sacar notas altas porque es la única manera en la que ella no me critica. Ella y otras personas. Amigas mías lo han notado, y no es porque quiera sacarlas en sí. Sino que me veo obligada por mi propio bien, por mi salud mental. ¿Saben cómo de jodida debe estar la situación para hacer eso?)

Muchas personas dirán que hable, que no me deje pasar por encima. Pero, prefiero cuidarme a mí que estar protestando. Eso vendrá a su tiempo. No quiero estar bajo el mismo techo cuando todo colapse.

También decidí comenzar a investigar sobre lo que sería, empezar mi empresa. Empezar con YouTube, empezar con mis carreras. No me queda tiempo, y las cosas no vienen solas.

Hice una lista de productos a comprar para empezar a probar y de a poco sacar las cosas.

Hice un libro, hice diversas composiciones. De a poco voy mejorando.



Con respecto a los ataques de ansiedad, mi psicóloga y psiquiatra me tratan por llamada. Fue una sola vez, pero estoy tan asustada que no hablo con ellas. Temo que mi madre se meta y me escuche decir todo lo que siento, que la situación empeore.

Creanme cuando les digo que he intentado, anteriormente, dialogar con mi madre, pero no hay caso. Dice cosas incoherentes que cree están bien porque ella lo dice. Creo que se le subió el control a la cabeza.

Hay veces en las que siento que mis sentimientos se están desvaneciendo. Si no salgo de este ambiente tóxico, voy a terminar por no sentir absolutamente nada. Me siento atrapada en la oscuridad, la luz está delante de mí, a metros, pero no puedo alcanzarla aún.


Hubieron personas en esta cuarentena que me juzgaron sin saber el trasfondo. Sin saber por lo que uno está pasando.

Te hablan mal limpiamente, a lo bruto y luego se disculpan diciendo ser tu amigo.

Te dicen "acá estoy" pero no está. Por todo lo que pasó, sabes que es imposible abrirte con esa persona porque sabes que al fin y al cabo va a terminar por hacerte lo mismo. Utilizar esos momentos de debilidad para hundirte más, imponerte ideas erróneas y ser el dominante en la relación.

A partir de eso es cuando dije "basta". No iba a dejar que me siguiesen manipulando de esa forma tan miserable.

Voy a ser mejor persona, dije. Voy a mejorar y vaya que lo hice.

Saco mis opiniones, y a quien no le guste, bienvenida sea su argumento en contra siempre y cuando sea con el mismo respeto con el que me dirigo.

Pero se ve que a estas personas no les gusta que ahora hable y no me calle las cosas, en su mayoría. Desde que soy así, me han dicho cosas como "no te creas que te la sabes toda" "creída" "querés que tu opinión sea la única que cuente" "boluda" "idiota". Perdón, pero no soy totalitaria como para decir que mi opinión es la única que cuenta. Por algo les doy la oportunidad de debatir conmigo.

Y si me río de vos, es porque decís cosas totalmente sin sentido, tirando acusaciones sin una prueba contundente y sólida, diciendo lo primero que se te venga a la cabeza en vez de razonar y hablar como una persona civilizada. No ha faltado la persona que te insulta y dice que no sabes nada y que sos un ignorante por no pensar como esa persona. Es que son geniales, tío.


En esta cuarentena han habido muchos payasos...va, payasos, circos enteros. Me he topado con cada personaje.

Aunque a pesar de todas las situaciones fuertes que se están dando, sigo con la cabeza en alto. Tengo mis metas y eso sí que no me lo van a quitar.

La Historia de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora