Don't play with alcohol

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Londres 1983

Las puertas de la sala de ensayos se abren de par en par, chocando contra la pared y provocando en mí un ataque cardíaco.

-Freddie: ¿Dónde está ese idiota? ¡Cuando lo vea le termino de romper la cabeza!

Ruedo los ojos ante la escena y dejo a un lado mi lectura que hasta este momento estaba siendo mi único escape ante tanto alboroto.

Esta madrugada recibimos una llamada en donde se nos notificaba que Brian, debido al alto consumo del alcohol y quien sabe otras sustancias, tuvo un accidente en un baño que casi lo deja más allá que de acá. En palabras más coloquiales y siendo más específicos, el muy tarado fue a vomitar la borrachera y se resbaló, pegando la cabeza en el inodoro. Una acción que no solo lo perjudica a él en salud y en dignidad, sino que también podría afectar su participación en los conciertos que tenemos pautados dentro de unos días, lo cual genera gran incertidumbre porque no sabemos el estado en el que se encuentre y si esa contusión le dejó secuelas.

Por este motivo y por miedo al estado de salud del ahora marcado guitarrista, es que Freddie y nuestro manager se encuentran con el corazón en la garganta, ya sea por la incertidumbre o por no saber cómo hacer si Brian no puede llegar a tocar.

-Freddie: ¿No ha llegado aún? – deparo nuevamente en la figura alterada de mi amigo y este arquea una ceja esperando mi respuesta.

-John: No Freddie, no ha llegado. – digo sin ánimo. – Y se dice buenos días.

El susodicho pone los ojos en blanco y alza los brazos en exasperación. Está estresado y muy furioso, algo que puede ser normal cuando se trata de Roger, pero en esta oportunidad el desafortunado es el muy tranquilo de Brian May.

¡Qué papelón ha armado!

-Freddie: Necesito noticias. ¿Está Roger con él?

-John: Posiblemente.

Tomo mi libreta y retomo la escritura que dejé anoche, una canción que quizás le de la oportunidad de salir a la luz, si es que la inspiración llega y los dramas de alcohol de mis compañeros me dejan.

Escucho un resoplido cerca de mí y de inmediato una sombra tapa parte de mi libreta. Alzo la vista lentamente y me encuentro a Freddie en primer plano, con los brazos en jarra en torno a su cintura y arrugando su entrecejo en demostración de inconformidad.

De un tirón cubro la hoja con mi mano y me siento erguido en el sillón, retándole con la mirada, al mismo tiempo que voy guardando la libreta detrás de mí.

-John: ¿Qué?

-Freddie: ¿Puedes decirme por qué carajo estás tan indiferente ante todo esto?

Sus palabras salen como balas y estas chocan directamente sobre mí, clavando en mis ojos el veneno que destilan las pupilas de mi amigo, que más que ofendido, se muestra indignado.

Hysterical Queens [One-Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora