Joder. Joder. Maldición.
— ¿Siempre eres tan directo? —mi voz sale un poco seria, brusca. Y es que no me agradan los chicos así.
— Con las chicas que me atraen, de hecho, si. Pero si te molesta, puedo hacer como que no existes.
— Lo que tú quieras, Harry.
— Que pesado —susurra Charli detrás mío, solo yo la escucho.
— Entonces, que así sea —cala de su cigarrillo, por una de sus ventanas sale el chico moreno, sin polera, repleto de tinta por su cuerpo.
— Buenas noches, señoritas —saluda haciendo un ademán con la mano, Charli ríe, yo le sonrío—. Oh, joder, he olvidado en encendedor —se gira a su departamento.
— ¡Hey, yo tengo! —Charli al ataque.
— Oh, vale, gracias. Soy Zayn —dice mientras recibe el encendedor, estamos separados por menos de un metro, así que pueden pasarse cosas sin problema.
— Soy Charli, Charlotte, de hecho. Y esta enana aquí —me señala con ambas manos— es Tate.
Minutos más tarde Charli y Zayn no cierran el pico. Zayn está apoyado en su baranda, al igual que Charli. Ambos se ven jodidamente animados. Harry está atrás de su amigo con cara de pesado, fumando al igual que yo, su segundo cigarro. Yo solo miro la buena vista de la ciudad que tengo, es muy lindo por aquí. La súper-modelo-pesada sale por la ventana y abraza a Harry por detrás, me mira y guiña su ojo. Está sólo con una polera de chico. Que. Puto. Asco.
Harry se suelta bruscamente de ella. La chica me mira igual de pesada (¿y yo que le he hecho?) y vuelve a entrar por donde salió. El frío ya está congelando mis piernas, y tanto cigarrillo me está mareando.
Me levanto y abrazo a Charli por detrás— Tengo frío, estaré dentro. Adiós Zayn. —beso la mejilla de Charli y le hago una seña con la mano al moreno.
— Nos vemos luego, nena —sonríe de lado, es muy guapo, y estoy segura que terminará saliendo con Charli.
Me recuesto en la cama y el sueño comienza a envolverme, así que simplemente me dejo ir. No sé cuanto tiempo ha pasado, pero me despierto cuando Charli se mete bajo las sabanas, enfriando todo mi cuerpo.
— Joder, Charls, que frío traes. ¿Que hora es?.
— Lo siento babe. Han pasado más de cuarenta minutos y joder, han sido los mejores cuarenta minutos de mi vida. Zayn es de lo mejor.
— Apuesto a que si, pero ahora quiero dormir. Buenas noches, Charlotte.
— Hasta mañana, Tatum.
A los segundos se enrosca a mi, sus piernas alrededor de las mías y su brazo por mi cintura, si Emma estuviese acá juro que ya no podría respirar, no se cual de las dos me jode más mientras duermo. El sueño me envuelve y nuevamente me dejo llevar.
— Tate, ¿mamá ha dicho que si? —no denuevo, porfavor.
— Si, pero tenemos que volver antes de que salga la luna.
Me encuentro en mis recuerdos más dolorosos. Will toma mi mano y ambos caminamos hacia el parque que queda dos cuadras más abajo.
— ¡Vamos, Tate! ¿Ni un gol? ¡Eres pesima! —sonríe, sus ojos se ven tan azules como el cielo, su cabello es tan negro como la noche— Hermana, si quieres ser una buena jugadora de futbol debes golpear fuerte.
— ¿Como? -pregunto— De veras es muy, pero muy dificil Will.
— Tenemos la misma edad, Tate, tenemos la misma fuerza, eso dice mamá.
