Nine.

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«Vaya, que noche» pienso, tocandome los labios aún hinchados por el beso de Harry.

Me sonrojo de tan solo pensar como su lengua tocó la mía.

Me siento estúpida por eso.

Golpeo la puerta de mi departamento, Nana me abre y cruza los brazos, dándome la mirada de estas-en-problemas. Ay joder- Tatum Marie Salvatore ¿por que demonios no me has avisado que te quedarías en la casa de Emma? ¿Eh? He estado a punto de tener un ataque cuando ya eran las tres de la madrugada y tú no dabas señales de vida -se cruza de brazos. Le miro confundida antes de golpearme mentalmente y reaccionar, Dios bendiga a Emma por cubrirme y salvar a mi culo de una buena patada. Recuerdos de la noche anterior cruzan por mi cabeza y sólo me lanzo a Nana y envuelvo mis brazos en su cuello.

- Mamá, lo siento mucho, juro que no volverá a pasar y no saldré nunca mas ¿vale? -lloriqueo, entro al departamento y me siento en el sillón, poso mis piernas sobre una caja de la mudanza.

- Claro que no saldrás más, estás castigada, cariño -se burla mientras prepara chocolate caliente, la verdad es que el día está bastante frío. Y ahora a frío, se le suma aburrido.

- ¿Ni con Charls ni Em? -jadeo- ¡Pero si sólo quedan un par de semanas para regresar a...! ¡Mamá, no puedes hacerme esto!.

- Claro que puedo, y si, ni con Charls ni Em, cariño, necesitas aprender que la responsabilidad es la regla número uno al momento de salir a fiestas, toma -me entrega mi tazón humeante.

- Gracias -murmuro, entre sarcásmo y sinceridad. Quiero decirle que no permitiré que me haga esto, pero luego recuerdo el miedo que le hice pasar y las ganas se me quitan.

- Vale, cielito, tómate eso y ve a dormir, tienes unas ojeras fantásticas. Iré a tomar una ducha -besa mi frente y se levanta, dejándome aquí, con la noticia de que seré una hermitaña por un mes.

Camino directo a mi habitación y me hecho cual dama sobre las mantas, cierro los ojos y me dejo ir.

- Despierta, Tatum, hay un chico en la puerta -escucho a Nana.

- Ay, Mamá, dejame dor...¡¿Quien es?! -le pregunto alarmada, pensando que quizá sea Miles.

- Es Harry, el vecino, dice que te ha invitado a comer y que tu le has dicho que sí, se ve muy buen chico -¿buen chico? Espera, está completamente tatuado, tiene piercings y su aspecto es como el de un chico que va a amenazante de muerte. ¿En que mundo estoy?- dejaré que vayas con el, pero debes contestar mis mensajes ¿vale?.

Asiento media confundida y me lavanto, camino hacia la puerta de entrada, donde no veo a Harry por ningúm lado- ¿Pero que...?.

- Buenos días, Tatum -sigo el sonido de su voz hasta que le veo sentado cómodamente en el sillón.

- ¿Que haces acá? -pregunto, más que ingenua.

- He venido a buscarte, como ha dicho tu abuela, para ir a comer -dice, con su sonrisa patentada.

- Yo... Eh... Uhm... Vale, pero tomaré una ducha y me cambiaré -le oigo jadear.

- Joder, Tatum, para ese entonces será hora de cenar.

- No, no, termino en veinte minutos, sólo espera -le calmo, corriendo de vuelta a mi habitación y tomo del armario una polera varias tallas más grande de color negro, unos jeans negros y rotos por la rodilla, mis fieles converse negras, ropa interior y corro al baño, me ducho en tiempo record y me visto en menos de tres minutos, la sonrisa que tengo en mi rostro se borra y ahora es cuando me pregunto «¿Que coño estoy haciendo? ¡Él está como una cabra!» y me respondo «Vale, pero tú no eres la cordura viviente», empujo las preguntas lejos de mi cabeza y giro el pomo, un poco nerviosa me asomo hasta donde está Harry y ahora es donde recién noto como está vestido, este tío está como un tren; lleva una camisa de cuadros con los botones abiertos hasta arriba del ombligo, dejando ver todo su pecho y cuello bañado en tinta, unos jeans negros tan ajustados como una segunda piel y unos zapatos de vestir negros, vuelvo la mirada a su cabello que cae por sus hombros... Joder, y yo estoy a punto de salir con este tío.

- ¿Disfrutando la vista? -la ceja derecha levantada y su mirada divertida, «Bien hecho, Tatum».

- ¿Vamos? -paso olímpicamente de su comentario, se pone de pie mientras me aseguro de llevar mi móvil, dinero y las llaves de la encimera. Salimos de la casa y noto lo tenso del ambiente, joder ¿sobre qué le hablo ahora?- ¿Donde iremos?.

Se encoje de hombros- No lo sé -frunce el ceño-, creí que no querrías ir conmigo, así que no pensé mucho en el lugar, ¿donde quieres ir tú?.

Uff, vale, no tengo la menor idea de restaurantes por aquí y este chico pone todo el peso sobre mis hombros- ¿Al McDonalds? ¿Burger King?.

- McDonalds suena perfecto -me subo en su auto, que es una monada. El resto del camino es una verdadera mierda, joder, es tan incómodo y a la vez tan emocionante que me quiero dar una patada en la cara por ser tan idiota y comportarme como una niñata- Y... ¿has dormido después de que me fui? -Ay joder, ya cierra el pico.

- No. Veo que tu sí -responde, no muy concentrado en la conversación.

- Ves bien -asiento y miro por la ventana-, vamos Harry, no seas tan pesado.

Me mira de reojo, concentrado en conducir- Estoy concentrado en conducir, Salvatore.

- Vale, tío, lo pillo.

- ¿Pillas el qué? -me mira ahora sí directamente- Pillas qué, Tatum.

- Ya dejalo, Harry -siento mis ojos picar, no no no, no puedo llorar aquí, pero es que me siento tan decepcionada de mi cita por que creí que sería algo mejor. Me siento hacia delante, apoyando mis manos en el asiento. Salto cuando siento su mano sobre la mía.

- No soy bueno para ti, Tatum. No lo soy en lo absoluto -su comentario me saca de lugar, pero aún así respondo todo lo que creo.

- ¿Quién dice que no? ¿tú? ¿tus amigos? Bueno, Harry, ayer has estado a punto de golpearme y aún así estoy aquí, deberías haber notado que lo que los demás crean no me importa. Y que sigo aquí después de todo.

- Llegamos -murmura luego de unos minutos. Tiene los puños apretados en el volante y el ceño notablemente fruncido. Me encojo de hombros y salgo del auto hacia la entrada del McDonalds, ni miro atrás al momento de entrar y es que joder, que enojada estoy. La que debería alejarse soy yo y lo haré cuando yo quiera, no cuando el me diga, hijo de puta.

- ¿Que va a querer? -me dice una chica varios años mayor, detrás de la caja.

- Yo... Uhm... Quiero una porción grande de papas fritas, una Sprite grande y una Angus Deluxe.

- La Angus Deluxe ya viene con papas y bebida -me advierte, le miro con una ceja alzada.

- Si, lo sé.

- Vale, son... -se queda mirando por sobre mi hombro, vuelco la mirada, encontrandome el imponente cuerpo de Harry, quien le tiende una tarjeta de crédito a la chica, no me mira a pesar que estoy a su lado.

- Agrega a la orden una Big Mac y una Coca-cola -su voz ronca me saca una sonrisa. Esto es como ver a un ladrón con un Perro patada en los brazos. Le miro con una sonrisa, ruedo los ojos y me voy a sentar junto a la ventana, estiro los pies a lo largo de la butaca y le miro esperar el pedido. La chica de la caja intenta coquetearle y el no la mira, agradezco ese gesto. Se voltea con la bandeja con comida y camina hasta sentarse frente a mi, sonríe con una ceja alzada.

- ¿De que te ríes? -pregunto alzando una ceja.

- De tu actitud.

- Vale, que chistoso -ruedo los ojos. Cita de mierda.

- No te alejaré Tatum, pero si te hago daño, nena, no me culpes de nada -sonríe ampliamente, mordiendo su Big Mac.

Sonrío en respuesta.

Lamento el retraso.

BURN /《 H.S》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora