One.

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— Cariño, ve a comprar el pan, —dice Rose, mi abuela— y trae unas galletas de avena.

Me entrega el dinero e intentando no caerme con alguna caja llego hasta la puerta, salgo y espero al ascensor. Este departamento está en el piso siete, y no estoy dispuesta a bajar por la escalera. El ascensor llega y aprieto el botón para bajar al primer piso. Al llegar a la tienda compro lo que me dijo mi abuela y llego hasta el portal, al pasarlo, subo al ascensor y presiono el número siete. Hemos llegado hace unas horas a este lugar, con mi abuela vivíamos al otro lado de la cuidad, y puesto que ella quería algo más centrico, hemos llegado hasta aquí.

Meto la llave a la cerradura y joder, no abre— Maldición —siséo, mi abuela de seguro esta bañandose y yo aún no aprendo a manejar esta maldita cerradura.

— ¿Necesitas ayuda, nena? —una voz ronca me saca de lo que estoy haciendo, me pongo derecha y miro al chico que me habla. Joder. Su cabello es castaño chocolate, su ojos... Joder, sus ojos son color esmeralda y la forma en la que mira intimida a cualquiera, sus labios hacen que los míos quieran succionarlos, son rosados, delgados y carnosos. Su cara está moldeada por dioses. Es alto, mínimo mide un metro ochenta. Lo que significan quince centímetros más que yo. Su espalda es ancha y sus caderas estrechas, sus piernas son delgadas y largas. Ay Dios.

—S-si, es que no puedo abrir la puerta. —no tartamudees, joder.

Estira su mano (con sus dedos jodidamente largos) y le entrego la llave, se agacha y dobla hacia un lado la misma. La puerta se abre. Me entrega la llave.

— Soy Harry.

— Soy Tatum Salvatore.

— Harry, debemos irnos. Ahora. —dice un chico de cabello negro jodidamente caliente, Charli y Emma tienen que enterarse de esto.

— Vale. Adios Tate, nos vemos. —dice Harry, el moreno me mira de pies a cabeza y luego sonríe; sonrío en respuesta y cierro la puerta.

Me dirijo hacia mi nueva habitación, es normal, no es pequeña, ni es muy grande. Me lanzo a la cama (que es lo único que esta hecho) y abro WhatsApp. Entro al grupo llamado "TaChaEm" Charli está conectada, pero Emma no.

Yo: Debes venir si o si.

Charli: ¿Por que demonios iría? ¡Son las ocho de la tarde! ¡Y está oscureciendo! ¡Y hace frío!

Yo: Tengo un par de vecinos y por sus aspectos deduzco que salieron de unas revistas de alta costura. ¿Ahora vienes?

Charli: Dame tu dirección...

Yo: Av. Lombard Street. N#780 Edificio Milenium, Piso siete N#2.

Charli: ¡Chicos lindos, joder, si! ¡Estoy allá en quince!

¡Vaya, que chica! Decido ponerme mi pijama, estoy casi segura que Charli se quedará acá. 

— Ma ¿hay galletas con chispas de chocolate? —mi abuela sonríe, ama que le diga mamá.

— Cariño, creo que están en la caja de plástico... Pero no estoy segura.

Camino hasta el living y abro la caja: Masa de lasagna para cocer, salsa de tomate, mermelada de durazno, avena y sopas. ¡No hay! ¡Joder, no!— ¡Ma, no hay! —lloriqueo.

— ¡Ve a comprar! —grita desde la cocina.

— Vale, esperaré a Charli y voy ¡Oh, lo olvide! Ma, viene Charli.

— Vale, esa chica debería traer ropa y dejarla acá, igual que Emma, es más, diles que traigan ropa y la dejaremos en la pieza sobrante, —esta casa tiene cuatro habitaciones, pero la cuarta la ocupa Mamá para hacer costuras y esas cosas que le gustan— puedo comprar dos muebles y que dejen sus ropas acá, después de todo, son casi tus hermanas.

— Eso sería genial, Abue, me encanta la idea ¡Eres la mejor! —beso su mejilla, ella ríe, el timbre suena y corro hasta la puerta, ahí está Charli con leggins, una chaqueta de cuero y una polera que muestra el ombligo, unas zapatillas DC y un jocky negro hacia atrás, carga con un bolso gigante. Que exagerada.

— ¡Tate! Joder, Hache no quería arrancar, he tardado montones ¡Abue! ¿Como estas?.

Charli y Emma le han dicho "Abue" a mamá desde siempre, se adoran.

— Charli, cariño, he estado perfecta ¿y tú, pequeña?.

— He estado excelente, menos cuando pienso que quedan dos semanas y volveremos a clases. Puaj —saca la lengua y hace una mueca de asco, mamá y yo reímos.

— Piensa que luego de este semetre, pasas al otro año y pasas ese año y ¡Listo! —se burla mamá, Charli hace una mueca y sonríe de lado.

— ¡Abue, eres una pesada! —dice Charli y besa su mejilla— ¿Podemos ir a la habitación de Tate?.

— Claro que si, luego vienen a tomar leche con chocolate.

— ¡Charli! Lo había olvidado, bajemos a comprar galletas con chispas de chocolate.

Charli bufa y asiente— Vale, ve a vestirte.

— No, solo me pondre un polerón —corro a mi habitación y saco un polerón color gris que tiene el dibujo de caset's en fila. Dejo mi cabello partido en el medio caído a ambos lados, estoy lista. Mis pantalones de pijama son celestes y tienen caras de gato por todos lados, ajustados a mis piernas, abrocho mis converse negras, camino hasta la puerta luego de que mamá me haya encargado café, una barra de chocolate y jugo en polvo. Las puertas del ascensor se abren y ambas entramos.

— Dime todo lo que sepas de ellos.

— ¿Que? —frunzo el ceño ante sus confusas palabras.

— ¡De los chicos lindos!

— Oh, si, vale, lo que pasa es que no podia abrir la puerta y el chico este, Harry, me ha ayudado y joder, es hermoso, su cabello es largo, y se lo hecha hacia un lado, pero a la vez hacia atrás, mide mas de uno ochenta, es delgado, pero con musculos, sus ojos son color esmeralda, son lo más lindo que he visto, a parte de su sonrisa y hoyuelos y joder, es precioso. El otro chico salió apresurado del departamento y le dijo a Harry que debian irse, no se su nombre, pero era alto, delgado, el cabello negro y acomodado hacia arriba pero a la vez hacia el lado, sus ojos eran entre miel y verde, y sus pestañas eran  jodidamente largas, y sus labios... Dios, que labios.

Charli me mira con la ceja alzada— ¿Y eso es todo? ¿No hay beso? ¿Ni cambio de numeros telefónicos?.

— No Charli, no. Y según yo son los vecinos, no creo que sean visitas ¿verdad? ¡¿Verdad?!.

— Claro, Tate.

Ambas llegamos y compramos todo (compramos cuatro paquetes de galletas con chispas de choclate) y volvimos.

— ¡Charli, son ellos! Harry es mío, oh por dios.

Charli voltea discimulada-nada-discimuladamente y luego voltea hacia mi- Oh mi dios, son muy sexys, los quiero en mi cama.

— Eres virgen.

— Ni me lo recuerdes ¿dieciseis y virgen? Terminaremos a los cuarenta y mil gatos.

Subimos al ascensor y cuando la puerta se está cerrando, una mano se interpone entre ambas puertas. Son ellos. Joder. Pero no estan solos, una rubia platino de la altura de ellos (un poco más alta, pues va con tacones de plataforma), les acompaña. Es jodidamente delgada, hace parecer que las modelos de VS sean nada. Charli es mas alta que yo, que apenas mido un metro sesenta y cinco, parezco una jodida enana. Harry me mira de pies a cabeza y sonríe de lado, Charli resopla y yo muerdo mi labio inferior, el chico moreno esta en su móvil y la rubia-platino nos mira a ambas con la ceja alzada, joder, que pesada. Las puertas se abren y todos salimos, la rubia se tropieza con su tacón y Charli y yo ahogamos las carcajadas, creando un ruido extraño a lo que la rubia bufa y Harry sonríe, llego a mi puerta primero ya que está más cerca del ascensor, abro la puerta y una voz rompe el silencio.

— Lindo pijama, Tate.

BURN /《 H.S》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora