LA BODEGA

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Muy bonita tu historia, pero a mi que me importa eso – Dijo Elena con un tono de voz un poco enojado -Eso no explica la cogida que tuvieron y que me hayan ocultado que se conocían desde hace meses o años tal vez, yo que voy a saber.

Lena, Le dijo Cielo un poco cabizbaja – Desde que conozco a anónimo ha sido el mismo pendejo y cobarde desde la primera cogida que dimos.

Todo fue hace un par de años atrás, no lo recuerdo bien, Recién llegaba al país y estaba un poco desconocida. Era una estudiante de intercambio y poco a poco me fui familiarizando con la cultura, haciendo nuevos amigos y adaptándome al nuevo estilo de vida por la parte de la comida y los trajines de la ciudad.

Un viernes después de la universidad Sali con unos amigos a un parque cercano, tenia mi cabello suelto, un vestido blanco que llegaba casi a la rodilla cuando veo que un de mis amigos me presenta al idiota este, después de tanto tiempo aun no se que le vi de bonito, pero impregno en mi mirada y me lleno de curiosidad que nos pusimos a hablar. El tiempo se fue volando hasta hacerse la diez de la noche, me fui hacia donde me estaba quedando y nos pasamos numero y desde aquel momento nuestra vida cambio.

Era día y noche hablando con él, hacíamos llamada desde el anochecer hasta el amanecer sin importar que al día siguiente teníamos que estudiar o trabajar, era feliz con anónimo, bueno ya que a mí también se me presento así; tampoco era que me importara tanto su nombre si no el momento que pasara con él.

Salíamos a la playa, a caminar, con nuestros amigos, éramos felices, Anónimo sabía que era bisexual y no le importaba por eso era unas de las razones por la que me sentía cómoda estando con él, pero todo en la vida no es felicidad, me enteré que el señorito era coleccionista, creí como una idiota que era la única en su vida, la única que amaba, me dolió tanto en el corazón que sin pedirle alguna explicación me fui sin rumbo alguno.

Toda cabizbaja, llorando por que me enamoré de un hombre sin fundamento decidí rentar una bodega y le escribí una carta a un amigo que, por supuesto anónimo también conocía, a él y mi persona. Sin creerlo llegamos todo a la cita y por desgracia todos éramos unos putos coleccionistas tanto de besos como de sex nudes ya que fuimos capaces y valientes en contar quienes fuimos en el pasado. Anónimo y yo nos comportamos como unos desconocidos como si fuera primera vez que nos encontrábamos. Después de la reunión me entrego se presentó, nos estrechamos la mano y me entrego una nota que decía: "nos encontramos aquí mañana a las 8 pm", sorprendida la verdad espere las ventaseis horas restante un poco ansiosa al día siguiente llegue a la hora acordaba, entre, estaba con poca iluminación y creyendo que no había nadie me iba a retirar del lugar, pero cuando estoy caminando hacia la salida escucho una voz que me dice: - Nuevamente huiras de mi sin dejar explicación – respondí: - Al menos no fui cobarde en ocultar quien era verdaderamente.

- ¿En serio cielo? – mientras reía sarcásticamente – Yo sabia quien eras desde un principio.

- Tu no sabes nada de mí, a todo caso me conociste en un parque.

- Sabia lo suficiente como para enamorarme de ti; tu prostitución, tus abusos, tus llantos, tus viajes, todo.

- ¡OK! ¿tu como sabes todo eso? – le respondí sorprendida.

- No hay necesidad de que tu me lo digas para saber cuánto has sufrido.

- Bueno si me conoces ¿para que me citaste aquí? ¿para echarme mi puto pasado en mi cara?

- No, para decirte quien soy verdaderamente.

- ¿Para decirme tu verdadero nombre? O que eres un coleccionista de sex nudes hace más de cinco años o mejor para decirme todo el rechazo que las mujeres te han hecho toda la vida por ser quién eres.

- OK. ¿Tu como sabes eso cielo?

- También me puse a consultar tu vida desde el primer momento que te conoció o ¿crecerías que me iba a meter con el primer hombre que apareciera en mi vida? Se quien eres Anónimo o mejor llamarte Jacob porque ese es tu nombre ¿No?

- ¿Cómo sabes eso?

- Te lo dije, te conozco lo suficiente y más de lo que piensas. Incluso hasta se porque me mandaste a citar a este lugar.

- Entonces, dime ¿Por qué te mande a citar?

- Porque no quieres que me vaya de tu vida sin antes coger conmigo

- Y ¿Cuál sería la respuesta a la propuesta?

- Si no quisiera no estuviese aquí – le sonreí con una sonrisa coqueta.

- ¿Eso sería un sí?

- Acércate, calla, cógeme y disfruta.

Sonrió y camino donde yo estaba, me agarro por el cuello y me empezó a besar. Eran unos labios muy acolchonados y suaves la verdad.

Me fue quitando la chaqueta de cuero color negro que llevaba puesta hasta dejarme con la blusa de la misma tonalidad de la chaqueta, fue bajando su mano hasta mi trasero mientras lo apretaba con agresividad, se seria muy rico y me estaba empezando a mojar.

Los besos se fueron haciendo más apasionantes y la ropa de ambos fueron incomodando hasta el momento, él me fue quitando la mía y viceversa hasta yo quedar con mi tanga y mi sostén y el solo en su ropa interior. Me cargo hasta unas estivas que estaban tiradas en la bodega y me fue retirando en mi cuerpo la ropa que me faltaba, me fue besando los senos mientras me tocaba mi clítoris mojado hasta llegar hasta el y hacerme un rico oral que me hizo venir por primera vez.

Después le di la vuelta y lo acosté en esa estivas saboree su pene, lo chupe como un helado, le pase mi lengua, era tan rico y tan excitante que mientras masturbaba su pene la punta de ese su miembro estaba en mi boca esperando tragarme toda su leche.

Cuando no le deje ni una gota de su semen, ese miembro estaba tan duro y tan grueso que se me ocurrió fue sentarme encima de Jacob y empecé a tener sexo con él, era tan rico, tan doloroso y tan excitante que no quería parar si no seguir, hacia mis gemidos más fuerte, mis senos se ponían super duros mientras él los tocabas.

Todo era intenso, sentía que subía al cielo al sentir ese grueso y grande pene dentro de mí. Tan bien nos sentíamos y nuestros cuerpos tan relajados que nos venimos por segunda vez al mismo tiempo. Estábamos tan casado tan sudorosos y nuestro cuerpo un poco maltratado con las marcas de las estivas, además que el cuerpo de él estaba un poco rasguñado por mis uñas por el placer que tenia por el momento.

Me acosté al lado de él mientras que me abrazaba y yo le tocaba su pene y lo seguía masturbando por que no quería separarme de ese miembro. Recuerdo que descansamos hasta que los primeros rayos de sol alumbraron en mi cara, lo desperté a besos, nos pusimos la ropa y nos despedimos con un beso.

Después que pasé la puerta de esa bodega no supe más de la vida de Jacob hasta que tu me lo presentaste como anónimo, no podía reaccionar al respecto sabiendo que la chica que me gustaba estaba enamorada del mismo hombre que años atrás sentí algo por él. Si el no te dijo tampoco podía traicionar su confianza y actuar como si primera vez lo hubiese visto hasta ahora que sabes toda la verdad. 

TURNO DE LAS MUJERES 2 VIAJE SIN RETORNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora