EL REGRESO

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- ¡Ah! Sigue, no pares, eso se siente muy rico. Me decía esas palabras mientras gemía de placer besándole su vagina que estaba toda mojada y a punto de venirse.

Le seguí besándole su vagina, masajeándole su clítoris con la Yemas de mis dedos mientras solo gritaba de placer, apretaba y besaba sus senos por su cuenta; después le seguí besando su cuerpo hasta llegar a sus senos y mientras la penetraba besaba su seno derecho y el otro haciéndole mojar más y a mi sentir más placer.

Seguimos por horas hasta que nos venimos al tiempo, la cama se lleno tanto de semen que tuvimos que cambiar hasta las sabanas, pero eran tantas las ganas y el placer que aun así con las sábanas limpias seguimos por segunda vez. Esta vez tuve la oportunidad de meter mi duro pene por su ano mientras que ella con un vibrador se daba placer por su vagina, era una doble penetración tan satisfactoria que me hace gozar con sus gritos que solo exclamaba más y más, hasta no aguantar y me vine dentro de su ano y en su trasero igual, fue tan rico y excitante que quería seguir, pero estábamos exhausto que preferimos acostarnos en la cama, ella entre mis pechos hasta el amanecer.

Despertamos a las ocho y cincuenta de la mañana, yo primero que ella, le alcé su cabeza y la empecé a besar hasta que deserto y sonrió, me pregunto: ¿hace cuanto no teníamos sexo tú y yo solos? – le respondí con una sonrisa coqueta: - Cielo, desde la primera y ultima vez que nos vimos antes de conocer a Elena, Pero no hablemos de lo que sucedió aquel día.

- Vale, pero no fue mejor que esta – me dijo mientras sonreía.

- A decir verdad, esta ha sido la mejor cogida que tu y yo hemos tenido.

- Si, tienes razón.

- ¿Cocinamos algo rico y después vamos al parque?

- Me parece excelente la idea. Hay que despejar nuestra mente un poco y respirar aire fresco ya que anoche consumimos bastante oxigeno ¿no crees? Ja, ja, ja.

- No digo nada amigo mío, solo sé que si este fuera un cuento de hadas y yo fuese la princesa este seria un buen final feliz.

Sonreímos, nos bañamos y nos levantamos de la cama, preparamos el desayuno, nos bañamos y nos fuimos a aquel parque que llegado por meses y curiosamente en la misma banca hablando de la misma persona, aunque nunca había sucedido algo similar de lo que había sucedido la noche anterior, no nos sentíamos raro cielo y yo y creería que ya me estaba empezado agradar un poco más y yo a ella.

Hace un mes y medio que fue la partida de Elena de este mundo y nuestras vidas, además de lo que sucedió anoche, Cielo esta trabajando en una discoteca y esta viviendo en la casa de Elena cuidándole las cosas y mientras que se va a argentina otra vez que creo que no será por ahora.

Entre a terapia psicológicas que me ha servido muy bien, aunque no entiendo por que una mujer cuatro años mayor que yo me afecto tanto, pero bueno, no tengo que hablar con lo de cielo por que fue en una noche, así que mi corazón sigue perteneciendo a Elena.

He estado en depresión y pocas horas sin dormir, tengo unas ojeras horribles, tuve que tomar unas vacaciones en el trabajo y si no hablara con Cielo ya hubiese entrado en una locura total, aunque mato el tiempo dando una que otras tareas dirigidas.

En fin, entre cielo y yo estaba empezando a surgir un cariño bonito, pero no para una relación por el simple hecho del cariño que le teníamos a Elena y recordar que ella se inclinaba mas por el lado de las mujeres que el de los hombres decidimos dejarlo como amigos con derechos o algo parecido.

Aquella tarde escribimos una pequeña carta para Elena, las cosas que nos había enseñado y aprendido de ella, su humildad, su forma de ser tan linda para tratar a una persona, de enseñarnos valores y ser mejores personas. Después de una que otra lagrima salida metimos aquel papel en una botella, la cerramos y la tiramos en un lago que estaba en aquel parque, de repente oímos una voz que decía: - ¡Hola chicos! ¿Los puedo acompañar? Cielo y yo volteamos al mismo tiempo y por sorpresa nos encontramos que era Elena sonriendo, Nos quedamos sorprendido y con la boca abierta, no podíamos creer que era ella, Ósea, se supone que Elena había muerto frente a nuestros ojos ¿Cómo era posible? Cielo y yo no sabíamos que hacer si salir corriendo, si abrazarla, teníamos tantas preguntas; hubo un momento en el que sonreí, Elena camino hacia nosotros y la reacción fue abrazarla tan fuerte con la felicidad que teníamos que ella estuviese viva, pero aun con la incógnita de saber su resurrección ¿Cómo fue posible?

TURNO DE LAS MUJERES 2 VIAJE SIN RETORNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora