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Al día siguiente, Jimin fue enterrado en el panteón familiar y Jungkook dejó de pintar.

Media ciudad acudió al funeral de Jimin.
El menor de los Park había muerto como un héroe e iba a ser enterrado con honores. El oficio tuvo lugar en la iglesia de la colina, al lado del instituto de los chicos y el cementerio.

Jungkook se presentó a media ceremonia con el alma rota. El cura interrumpió su discurso al verle entrar y todos los asistentes contemplaron con asombro como se dirigía al ataúd para darle el último adiós al hombre que amaba.

Pero no pudo hacerlo. El padre de Jimin se plantó delante de él en el pasillo, lo tomó de las solapas y lo arrastró hacia el exterior. Jungkook suplicó entre lágrimas que sólo quería despedirse de su amado, sin embargo el hombre lo lanzó al suelo y le propinó varias patadas.

Namjoon lo contempló desde su banco lleno de rabia y culpa, pero no se atrevió a hacer nada. Nadie movió un solo dedo.

Jungkook se levantó del suelo como pudo, sabiendo que no podría hacer nada.

Juró que jamás volvería a Sighisoara.

La ciudad estaba llena de recuerdos que no dejaban de acecharle y de personas que lo miraban con desprecio. Con Jimin muerto, él sentía que ese ya no era su lugar y que su vida carecía de sentido.

Así que volvió a la guerra.

Pasaron meses de lucha, hasta que el dolor se volvió insoportable. Había pensado que no existía dolor más grande que el que sintió cuando mandaron a su amado lejos. Que equivocado estaba, pues el dolor de saber que Jimin estaba muerto era tan grande que no podía describirlo. Había estado lejos de él por tanto tiempo, pero a pesar del dolor que sintió en su momento, él sabía que Jimin estaba bien. Ahora no estaba más, Jimin había dejado de respirar.

Ahora su vida carecía de todo, de sentido, de futuro, de sueños. Estaba completamente roto, era como si ya no tuviera alma. No le quedaba nada. No quería seguir, no tenía fuerzas para hacerlo.

Incapaz de seguir viviendo en un mundo sin el más grande amor de su vida, Jungkook se quitó la vida un 26 de septiembre de 1917, en una trinchera del frente húngaro.
Tenía 24 años.

Fue enterrado en un cementerio militar a las afueras de Oradea, con una sencilla cruz blanca de madera.

Poco más de un año después, la 1ra Guerra Mundial llegaría a su fin, dejando tras de sí más 30 millones de muertos. Y dos de ellos, Jeon Jungkook y Park Jimin, descansarían algunos años más a 300 kilómetros de distancia el uno del otro.

between lovers | kookmin/jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora