Contigo: Shattered (Trading Yesterday)
13- Contigo.
GINA
La luz de la mañana se coló por mi ventana de forma casi insoportable.
Digo casi, porque lo realmente insoportable fue la arcada que me sobrevino en cuanto abrí los ojos.Asustada, me levanté de la cama y corrí hacia el baño de mi habitación, con la mano tapándome la boca, rezando por no vomitar.
Caí de rodillas frente al retrete, sintiendo el frío de las baldosas en mi piel. ¿En qué momento me había puesto mi pantalón corto de pijama y mi camiseta de tirantes?
La cabeza me dio mil vueltas mientras mi cuerpo se decidía. ¿Iba a vomitar o no?
Finalmente, la respuesta pareció ser que no, y quedé tendida en el suelo de mi baño durante los siguientes segundos.¿Qué-coño-había-pasado-la-noche-anterior?
¡No me acordaba de absolutamente nada! Sabía que habíamos entrado a un bar, que Jason me había presentado por fin a su novia, y que alguien me había dado a probar los primeros tragos de alcohol, de los que ahora me arrepentía completamente.
—Diooooos… —gemí.
¿Cómo había llegado a casa? ¿Y cuándo? ¿Qué hora era?
Es más… ¿qué día era?Me estaba jurando a mí misma no volver a beber nunca más cuando…
—¿Estás bien?
Su voz me heló la sangre casi tanto como la visión de Erik, en la puerta de mi baño, sin camiseta y con los ojos aún medio cerrados.
Me quedé completamente alucinada.—Tú… —musité—. ¿Qué estás haciendo aquí?
Erik suspiró.
—Es una larga historia.
Me encontraba profundamente confundida. ¿Erik había dormido conmigo? ¿Había estado en mi cama al levantarme de golpe?
Suspiré. Estaba completamente despeinada y la boca me sabía a cenicero. Todo era muy extraño.
Me levanté lentamente del suelo, sin acercarme a él, y me quedé mirando fijamente sus músculos tatuados y sus perfectos abdominales…—¿Tú y yo hemos…? —pregunté, en voz baja.
—No, no —se apresuró a decir—. Sólo te he acompañado a casa… me pediste que me quedara contigo.
¿Por qué hice eso? Es más… ¿en qué momento volví a ver a Erik?
Necesitaba aclararme la cabeza, tenía que tomarme un momento para pensar.—¿Puedes dejarme unos minutos? —dije, algo incómoda—. Me gustaría ducharme.
Erik asintió con la cabeza, sin sonreír en ningún momento. Imagino que creía que lo echaría de mi casa en cuanto me despertara, pero la verdad era que pretendía que me contara cada segundo que habíamos pasado juntos la noche anterior… después decidiría si quería echarle o no.
Pasaron más de veinte minutos hasta que por fin volví a mi habitación, envuelta en una toalla.
Erik se levantó de inmediato de la cama y yo sonreí con incomodidad.—Voy a coger algo de ropa.
Sentía su mirada seguir cada uno de mis movimientos, me morí completamente de vergüenza mientras rebuscaba algo de ropa limpia para ponerme. Por fin me conformé con un sencillo vestido negro, entré al baño y me lo puse con rapidez. Mi pelo seguía mojado, así que lo recogí con una pinza encima de mi nuca.
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Escoria.
Novela JuvenilNovela juvenil. A veces la vida es tan monótona y aburrida que sientes ganas de gritar durante horas. Gina vivía con esa sensación constantemente, la de estar atrapada en una realidad que ella no había elegido y sentir que había una parte de ella mi...