capítulo cinco.

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"Me vuelo con el viento."






























"¿Podés venir?" preguntó Valentín, del otro lado de la línea.

Luisina estaba pasando el rato con sus amigos, tratando de olvidar algunas cosas referentes a su ex, que le revolvían la cabeza y, mucho más, el corazón.

"Estoy con los chicos..." respondió, alejándose del grupo, para que no se enteraran de qué hablaba.

Los amigos de Luisina no sabían cómo venía la mano, lo último que sabían era que por fin habían terminado. Todos sus amigos, enfatizando en Romina, y su novio Germán, odiaban la relación consumida y oscura de los jóvenes, más por su amiga, que por Valentín.

"No te pregunté con quién estabas." contestó determinado, provocando que un escalofrío invadiera el cuerpo de la receptora. "¿Podés venir o no?"

"No sé, estoy ocupada..." dudó, sintiendo cómo su pecho se hundía, y cómo ella se iba haciendo más chiquita. "¿Es muy urgente?" flexibilizó su postura.

"Hace lo que quieras, Luisina..." escupió con bronca. "Si me pasa algo, es todo tu culpa, forra." remató, cortando la llamada.

Esa última advertencia la sacudió, la asaltó como si fuese un balde de agua congelada en invierno. Solo tenía ganas de llorar, no quería que a Valentín le sucediera algo, pero era ya bastante tarde y la calle estaba desierta.

"Che, me tengo que ir..." dijo bajito, dirigiéndose al grupo de amigos.

"¿A esta hora?" preguntó Romina, con el ceño fruncido, sabiendo que había un detalle oculto.

"Sí, pasa que me olvidé de hacer unos trabajos de la facultad... no me quiero atrasar." mintió.

"Te llevamos con Ger..." respondió, agarrando las llaves del auto y una campera.

Luisina asintió con nerviosismo, sabía que su amiga la había cazado, y ahora solo se preguntaba cómo iba a zafar del discurso de siempre.

"No somos boludos, Lu..." rompió el silencio Germán, mientras que ponía la llave en el auto. "¿Está en tu casa?"

"No." respondió con una firmeza fingida. "No hablo con él desde que terminamos." mintió, porque eso es lo único que sabía hacer cuando Valentín volvía.

"No mientas, Lu..." acotó con suavidad su amiga.

"No te estoy mintiendo." insistió, ahora con un poco de brusquedad en sus palabras. "¿Me llevan a casa o no?"

El viaje fue silencioso, era fría la atmósfera, tanto por dentro como por fuera. Eran tres en el vehículo, pero la presencia de la ansiedad y el miedo del qué estaba sucediendo, valían por dos personas más.

"Ya sabes..." insistió su amigo. "Cualquier cosa, llamanos." sonrió, tratando de transmitirle la confianza necesaria para que hablara, pero ella no lo hizo.

"Nos vemos..." se despidió, bajándose del auto e ingresando a su casa.

Una vez dentro, espió por la ventana para ver que sus amigos ya no estaban, a la vez que llamaba a Valentín y se preocupaba, porque no conseguía que él contestara.

Indecisa y asustada, agarró su campera y salió, decidida a buscar al joven para asegurarse de que nada le había sucedido, y de que ambos estaban a salvo.

Iba caminando por la calle, a paso rápido y mirando para todos lados, buscando a Valentín con la mirada y un nudo inmenso en la garganta, hasta que llegó a divisarlo a lo lejos, en aquella plaza que algún día fue de ellos.

"¿Te pasó algo?" preguntó preocupada, acercándose al joven, el cual se encontraba sentado en un banco. "Me hiciste preocupar un montón, ¿Estás bien?" insistió, analizándolo con el tacto.

Valentín se mantenía callado, sin mirarla, y sin emitir sonido alguno, con los ojos perdidos en las baldosas rotas de la plaza, y los pelos revueltos por el viento.

"Que conveniente sos para preocuparte..." espetó. "¿Te tengo que amenazar para que me quieras?"

"No, ¿Qué decís?" lloró ella, tomándolo de las manos. "Yo te amo Valen, por eso me preocupo."

"Vos querés que yo te quiera, porque te da miedo la soledad..." escupió con bronca, revolviendo el interior de Luisina. "Sentite bien, Lulú, porque te quiero."

Era mentira, Luisina lo sabía, la única perdida en aquella relación, era ella. Sentía cómo cada palabra emitida por él se clavaba en el pecho, comiéndola por dentro.

"Yo también te quiero..." susurró, depositando un beso lleno de cariño en sus labios.

"Demostralo." musitó serio, levantándose del banco, dejando nuevamente a Luisina desecha.
















































chikis obvio sepan que si están en una relación así puede hablar conmigo o con cualquiera, visibilicen estos casos.

si atravesaron una relación así y quieren hablarlo, también pueden.

𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 - 𝐰𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora