Lo que faltaba

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El grito de Mark espantó hasta a los fantasmas de aquel granero abandonado que habían encontrado luego de haber caminado todo el día y parte de la noche por un maizal seco. Danielle tuvo que taparle la boca, temiendo que lo escucharan y se metieran en problemas.

El granero estaba escasamente iluminado por la tenue luz de la luna que entraba por los agujeros del techo, pero aún con la ausencia de luz Danielle pudo ver la cara de Mark tornarse cada vez más roja.

- ¡Haz silencio! -le suplicó ella- Esto no hubiese pasado si pensaras antes de actuar.

Él no dijo nada, sabía que ella tenía razón pero no podía admitirlo. Recordó con pesar la pésima decisión que había tomado, sin pensar en las consecuencias. Pero, ¿quién iba a pensar que hablando con la mujer de largos cabellos, hermosa figura, y bata blanca casi transparente, iba a terminar así?

- ¿Acaso nunca escuchaste sobre las leyendas folclóricas? -siguió ella- Estamos en un campo de maíz, si se te aparece una mujer así automáticamente piensas en La Sayona, Mark.

- Es... Es que pensé... Que podía decirnos... Cómo salir de aquí -se excusó él, jadeando por el dolor.

- Sí, sí. Iba a decirnos cómo salir, pero salir muertos.

- ¡¿Qué querías que hiciera?!

- ¡Correr! Pero nooo... El señor no se pudo contener de coquetear, aún teniendo novia, ¡por eso te salió La Sayona! -y le dio un manotazo por la cabeza, pa' que sea serio- ¡Te mereces que te haya clavado los dientes! ¡Idiota!

Mark se estremeció al recordar como la mujer hermosa se transformó en una criatura horrible de grandes dientes. Acostado boca abajo contra el suelo del granero, mientras Danielle trataba de averiguar cómo sanarlo, prometió nunca hablar con otra mujer que no fuera su novia.

O bueno, no hablarle presumiendo los músculos y el trasero. Suspiró, esperaba que Danielle volviera sus nalgas a la normalidad.

- Voy a volver a intentarlo pero, por favor, no grites -anunció y pidió ella-. Usa tu súper fuerza para aguantar.

- La súper fuerza no impide que sientas dolor.

- No importa, voy a hacerlo a la cuenta de tres.

Ambos respiraron profundo. Ella contó hasta tres y puso, de nuevo, las manos en las nachas de él,  deseando poder hacer que estas dejaran de sangrar, por lo menos. Si Mark se moría, se sentiría muy mal y además estaría sola.

Aunque ya ven que él no era una gran protección.

Él se contuvo de gritar aunque el dolor era terrible. Pero luego de un minuto de dolor, este cesó por completo, como si nunca hubiese tenido dientes de un demonio del campo enterrados en las pompis.

- ¡Listo! -celebró ella. Permitiéndose descansar, acostándose al lado de un Mark que se negaba a abrir los ojos.

- ¿Ya?

- Ya.

Se tocó las posaderas y efectivamente habían dejado de dolerle y de sangrar. Sonrió, pero luego miró a su amiga con preocupación.

- ¿Qué tal se ven?

- Igual que siempre -dijo-. Más grandes que las mías -se lamentó en sus pensamientos.

- Uuff... Gracias. No sé qué haría sin ellas, ¿cómo iba a recompensar lo que me falta?

- ¿A qué te refieres?

- ¿A qué te refieres tú? 

Ella solo negó con la cabeza y rió. Todo lo que pasaba la tenía harta pero después de pasar el susto, lo que le había pasado a Mark le resultó gracioso.

Es decir... Le mordieron la retaguardia.

Él, por su parte, se sentó contra la pared del granero más próxima.

- Extraño a Emily -dijo-. Es extraño no estar cada segundo del día asfixiandola con mis muestras de amor.

- No te acostumbres a estar sin ella, eres capaz de irte lejos, no hablarle por meses y luego molestarte cuando ella te termine. Para luego manipular a tus amigos para que se pongan de tu lado y dejen de hablarle a ella, y por supuesto a mí, ya que es mi mejor amiga y no la traicionaría así. Y, lo peor de todo, seguir llorando por ella a pesar de que pasen años y ella tenga un hijo con tipo más feo que tú... Y eso que tú no eres muy guapo que se diga -habló ella, mientras se miraba sus perfectas uñas largas que afortunadamente no se habían roto pese a todo lo que había pasado.

- ¿Qué cosas dices, Danielle? ¡Yo jamás le haría eso a Emily, jamás! -aseveró- Pero... ¿cuántos libros tendría que regalarte para que estuvieras de mi lado?

- ¿Es en serio?

- No, por supuesto que no -negó, riendo nervioso-. ¿Tú no extrañas a Jace? -preguntó para cambiar el tema.

Mala decisión. Danielle se puso a llorar.

- ¡Lo extraño! -se limpió los mocos- ¡Pero estoy acostumbrada! Nunca me habla, de todos modos... Siempre soy yo la que tiene que jalarle bolas, siempre soy yo la que está ahí para él pero él nunca para mí... ¡Y estoy segura de que le gusta Barbara! -se levantó de golpe- ¿Y si está solo con ella? Lo más seguro es...

Pero Mark apretó el botón imaginario "Dejar se escuchar a Danielle cuando se queja de Jace". Todos en el grupo lo tenían... Hasta Jace, de hecho, él les enseñó a todos a desactivar los oídos para no escuchar a la chica de lentes.

Se sintió mal así que quiso prestarle atención.

- Y ahora estoy aquí, y mi mamá debe estar preocupada. Y mi papá va a...

La mamá de Danielle cocina muy bien, -pensó- recuerdo cuando fuimos a su casa a comer... Y estaba Emily, ah, me encantan las tetas de mi novia, digo, su personalidad.

Y mientras Danielle llenaba su mente de posibilidades catastróficas, donde su novio la dejaba por mensajes el día de su cumpleaños, sus padres sufrían un infarto (una por la angustia y otro por la ira) y ella terminaba siendo comida del espanto que mordió a Mark; él por su parte soñaba despierto con las tetas... Digo, la gran pero gran personalidad de su novia y en, por supuesto, lo bueno que era ser el más cool de sus amigos.

Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando, por los agujeros del techo del granero, entró luz artificial que iluminó todo el lugar. El techo fue destruido en segundos pero la madera no les cayó encima sino que flotó hacia arriba.

Los dos jóvenes miraban paralizados lo que estaba ocurriendo.

- Lo que faltaba...-dijo él.

- Aliens.

********

¿Danielle con su lloradera y Mark con su imprudencia lucharán contra aliens sin morir en el intento? No lo sé, Rick.

No sé como hacer estos caps más largos jajaja sad.

¿De quién quieren el próximo extra?

Vota aquí por Danielle.

Vota aquí por Mark.

La Aventura Más Épica De TodasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora