He comes alive at midnight.

4.3K 551 426
                                    

Su plan daría marcha el día de hoy, como siempre, la capitana del grupo de porristas Lisa Lisa daría una fiesta en su casa. Noriaki había sido invitado, aunque solo se le invitaba por cortesía dado que él siempre declinaba la invitación amablemente. Hoy sería diferente. Rechazó la invitación no sin antes preguntar exactamente dónde sería y a qué hora daría inicio.

Saliendo de clases, convenció a Reimi de acompañarlo al centro comercial, necesitaba comprar algo que lo hiciera lucir lo suficientemente deseable a los ojos de Jotaro pero sin parecer una ramera. Después de varias horas Kakyoin había conseguido exactamente lo que buscaba, regresando a casa se preparó para poner su plan en acción.

Saliendo de la ducha comenzó a ver las distintas prendas que había comprado, optó por ponerse una camisa blanca que dejaba al descubierto su plano abdomen, unos jeans que marcaban cada curva de su cuerpo y una chaqueta verde fue el conjunto que decidió, le hacía ver completamente diferente. Quitó sus gafas y el maquillaje que disimulaba sus cicatrices, agregó un poco de maquillaje negro en sus ojos, acomodó su cabello de manera en que un rizado mechón cubriera parte de su rostro y al terminar se miró al espejo.

Desconoció por completo a la persona que le devolvió la mirada, sintiéndose más confiado que antes miró la hora en su teléfono "22:30", perfecto. Saliendo por su ventana Noriaki se dirigió a la fiesta donde esperaba conseguir que Jotaro Kujo se fijara en él.

En el camino reflexionaba, él siempre se había comportado a la perfección, había sido un chico bueno toda su vida. Hoy no quería ser así, no quería ser él.

Al llegar a la casa de Lisa Lisa, se topó con la clásica fiesta que retratan las películas americanas. Chicos y chicas alcoholizados a más no poder, algunos se besaban sin importarles quien podía mirar, otros bailaban y otros más se perdían en las habitaciones del piso superior. Se sintió fuera de lugar, adentrándose más en la casa notó como varias miradas le seguían, chicas y chicos le miraban de arriba a abajo. Cohibido, buscó un lugar de la casa donde no hubiese tanta gente.

Al llegar a la cocina se sirvió un vaso de refresco, sentía la garganta seca por los nervios y la vergüenza, tal vez había sido una mala idea venir. Además, se había sentido como un trozo de carne arrojado a una jauría de perros... Tal vez se veía mal en esa ropa y esas eran miradas de asco.

—¡Oye, niño bonito! ¿Bailamos?— Un chico de cabello gris le preguntó. Polnareff, un estudiante francés de intercambio si no recuerda mal. Anteriormente ya habían hablado, pero tal parece ser que no le había reconocido.

"No actúes como un nerd, no actúes como un mojigato. No seas Kakyoin." Se regañó para después aceptar la invitación del francés.

En el centro de la pista cuerpos calientes chocaban unos contra otros mientras se movían alegres al ritmo de la música, al principio se sintió cohibido, después fue entrando en confianza y minutos más tarde era uno de los que saltaba alegre junto a todos.

—¡¿Cómo te llamas!?— Le preguntó Polnareff. Kakyoin se debatió entre decirle su verdadero nombre o pretender ser alguien más.

—¡Soy Tenmei!— Se presentó.

—Un placer bailar contigo ma belle cerise.— Polnareff se retiró de la pista y él continuó bailando unos minutos más. Ahora, sediento se encaminó a la cocina. Y sin buscarlo le encontró.

Jotaro Kujo se encontraba bebiendo tranquilamente una cerveza parado detrás de la barra de la cocina. Oh por Dios. Kakyoin sintió su pecho comprimirse de emociones cuando notó como el pelinegro le recorría con la mirada, pero se mantuvo sereno y fingiendo tranquilidad pasó junto a él tomando otra cerveza en la mano.

—¿Por qué tan solo?— Una voz gruesa le llamó. Oh por Dios. 

My Oh My «Jotakak» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora