"Si Jotaro Kujo me besa, me acostaré con él."
¿Han tenido esos momentos donde dices algo que realmente dudas que pase, por lo tanto aseguras mil cosas y cuando pasa ya no quieres cumplir ninguna de ellas?
Kakyoin sentía eso. La emoción de que había logrado que Jotaro Kujo quisiera besarle junto con el miedo de que si accedía a hacerlo se convertiría en el trofeo más reciente del delincuente ocupaban su estómago haciéndole creer que quería vomitar, dudó de la cantidad que alcohol que había ingerido. Respiró hondo antes de poder dar su respuesta.
—Hazlo.— Y así el pelinegro le tomó de la cintura y unió sus labios en un suave beso. El cerebro de Kakyoin dejó de funcionar, sintió como si el mundo estuviese dando mil vueltas y que Jotaro era su única ancla conforme se hundía más en el sabor a tabaco y cerveza que tenían los labios que gentilmente le besaban más eran los escalofríos que recorrían su columna, su piel se encontraba erizada y sus mejillas se sentían calientes.
Sus manos fueron al cuello del más alto, las manos en su cintura se apretaron más y le acercaron al punto en que sus pechos chocaban. Separándose ligeramente, Kakyoin notó un leve sonrojo en las mejillas de Jotaro.
—Eso fue... Intenso.— Habló, mientras lamia sus labios limpiando los restos de saliva.
—Lo fue, llevaba un rato pensando en eso.— El pelinegro sonreía levemente. ¿Qué? Kakyoin suponía que se refería a horas antes.
Kakyoin no lo iba a admitir, pero ese había sido su primer beso y fue fantástico. Probablemente Jotaro lo notó pero no parecía que fuese a hacer comentarios al respecto.
—¿Puedes hacerlo de nuevo?—El pelirrojo preguntó tímidamente.
Los labios de Jotaro sobre los suyos fueron su respuesta.
Pasaron unos minutos besándose, la piel de Kakyoin se erizaba en los lugares donde las manos del pelinegro le acariciaban, separándose, Jotaro habló.
—¿Alguna vez te has escapado?— Le miraba a los ojos, los círculos que trazaba en su cintura nublaban su juicio.
—¿Escaparse?— No, la idea nunca había cruzado por su mente, pero ahora sonaba atractiva.
—Sí, ya sabes, irse sin avisarle a nadie y tener aventuras— Contestó el de ojos celestes.
—No, nunca lo he hecho. Creo que olvidas con quién estás hablando.— Se río para disfrazar sus nervios.
—¿Quieres escaparte conmigo? Sería solo el fin de semana, no quiero que tu imagen perfecta se vea comprometida.— Oh por dios. ¿Él realmente se preocupaba por su apariencia? Podría jurar que cualquiera que supiera esto le haría quedar como un idiota y se aprovecharía para exponer que tan ingenuo era Kakyoin Noriaki.
¿Debía aceptar la propuesta del pelinegro? Sabía que sus padres estarían furiosos cuando volviera a casa, también había la posibilidad de que el ya no quisiera regresar, había demasiadas cosas a considerar su plan de regresar antes del amanecer y fingir enfermedad por la mañana se veia comprometido.
La euforia de ser rebelde y romper las reglas por una vez en su vida recorría sus venas, quería ser libre, total, sería un fin de semana y después volvería a su aburrida vida.
Sonrió ampliamente hacia el pelinegro.
—Vámonos.— Jotaro sonrió y le besó nuevamente en los labios, corriendo, saliendo del agua se vistieron a toda prisa.
Apagando su celular para no ser molestado por sus exigentes y sobreprotectores padres tomó la mano del pelinegro mientras le sonreía levemente.
Y así, los dos adolescentes salieron de la playa de Morioh a las 6 de la mañana, con los primeros rayos del sol Kakyoin pudo notar el fulgor en los ojos celestes de Jotaro, montando la moto morada dejó que el pelinegro le guiara a lo que parecía ser el mejor fin de semana de su vida.
El aire acariciaba su rostro y él se sentía flotar en las nubes.
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My Oh My «Jotakak»
Fanfikce"Juro por mi vida que siempre he sido un buen chico. Esta noche no quiero ser él."