Terminando de desayunar, ambos salieron del restaurante, llegaron a S City casi a medio día. El pelinegro le había dicho que era una sorpresa el lugar a donde le llevaría y así fue como habían terminado en el acuario de la ciudad.
No podía negar que se encontraba fascinado por todas las especies que se mostraban ahí, el pelinegro había comenzado a explicarle las características de todas y él estaba cautivado por la manera en que su voz hacia que todo sonara más interesante.
Además, estaba sorprendido por toda la información que él sabía de las especies marinas. Ciertamente la imagen del chico malo era solo apariencia.
Sus manos habían permanecido entrelazadas durante todo el paseo, la voz de Jotaro era únicamente audible solo para él, sentía como el mundo a su alrededor se desvanecía y los únicos que quedaban eran el pelinegro y él.
¿Era posible enamorarse en un día?
—¿Sabías que las estrellas de mar no tienen cabeza, ni cerebro?— Le preguntó casualmente el pelinegro. Sus ojos tenían un brillo que Noriaki jamás había notado.
—No, ¿Entonces cómo sienten lo que está a su alrededor?— Los animales marinos no eran su tópico de interés, pero la manera en la que el pelinegro hablaba hacia que quisiera prestar toda la atención posible.
—Tienen células a lo largo de su piel que recopilan la información en su entorno, es decir, una red de nervios.— Contestó, tenía una pequeña sonrisa y miraba con atención a la estrella de mar frente a él.
—Son hermosas, ¿Cómo es que sabes tanto sobre el mar?— Tenía verdadera curiosidad sobre quién era realmente Jotaro Kujo.
—Me gusta la biología marina, después de la graduación iré a Tokio para estudiar la carrera. Después haré un doctorado, ¿Y tú?— Vaya, cada vez se sorprendía más.
Y se enamoraba más.
—Aún no lo he decidido, mis padres quieren que estudie medicina o química. Supongo que haré eso.— Contestó vagamente, el pelinegro frunció el entrecejo.
—¿Permitirás que tus padres decidan por ti?—
Él no pudo contestar a eso.
—Ven, ya va a anochecer. Tenemos que llegar al parque de diversiones.— Decidió cambiar rápidamente de tema, y jalando la mano del pelinegro salieron del acuario.
Las luces en el parque de diversiones capturaban completamente su atención, habían esperado hasta la noche para ir y así poder disfrutar más de la belleza del lugar. Sus manos seguían juntas, el pelirrojo se encontraba encantado por todas las luces, atracciones y pequeños juegos que habían.
—¿A dónde quieres ir primero?— Jotaro preguntó.
—¿Podemos ir a la montaña rusa?—
—¿Seguro?—
—Sí.—
Habia sido la peor idea de su vida, estaba en un bote de basura vomitando todo lo que ingirió durante día, su cabeza daba vueltas y sentía como si fuese a morir. El pelinegro daba leves masajes a su espalda, ¿Cómo es que él estaba tan bien?
—¿Por qué no me dijiste que era una pésima idea?— Reclamó. El pelinegro le miraba con pena y gracia.
—No pensé que tuvieras un estómago tan débil. Además, fue divertido.—
—¿Es divertido verme vomitar?— Jotaro soltó una risa con su comentario.
—Fue divertido ver tu cara arriba, aunque también te ves lindo así.— Kakyoin se sonrojó con ese comentario. Negó con una sonrisa, el mundo había dejado de girar.
—¿Te sientes mejor?— El masaje en su espalda se había detenido.
—Claro, un simple mareo no va a detenerme de probar todos los juegos.— Y fue cierto, recorrieron todas las atracciones, sus carcajadas podían escucharse a lo lejos e incluso Jotaro estaba sonriendo mientras corrían de un juego a otro.
Se detuvieron en un puesto donde tenían que acertar tres tiros y les darían un premio, realmente el pelirrojo no pensaba detenerse, pero unos brillantes pendientes de cereza capturaron completamente su atención. Pudo notar que el pelinegro miraba un pequeño peluche de delfín. Una idea cruzó su mente.
—Tres tiros, por favor.— Le pidió al hombre que atendía el negocio. Cuando tuvo sus dardos en mano, lanzó a su objetivo. Acertó los tres tiros, orgulloso con su logro sonrió al pelinegro.
—¿Qué premio desea llevarse caballero?—
—Quiero el peluche de delfín.— El pelinegro le miraba asombrado. Asintiendo el señor del negocio le entregó el muñeco, a su vez, él lo extendió a Jotaro.
—Gracias por traerme.— Fue todo lo que atinó a decir. Tomando el peluche entre sus manos, el pelinegro le sonrió.
—Gracias, Nori. Ahora, necesito que lo sostengas un poco.— Entregándole el peluche, el pelinegro pidió tres tiros, atinando con precisión todos, pidió como premio los aretes de cereza.
Le dió las gracias al señor y se volvió hacia él.
—Gracias por venir conmigo y por el peluche, me encanta, ten.— Le entregó los aretes, Noriaki le devolvió el peluche. Sonriendobel pelirrojo se colocó los pendientes, miró a los ojos de Jotaro que le miraban brillantes, vió como un leve sonrojo adornaba las mejillas del otro.
Depositó un beso en sus labios y volvió a entrelazar sus manos. Jotaro, decidió romper el contacto y en su lugar rodeó su cintura acercándole más.
Saliendo del parque ambos se dirigieron al hotel donde pasarían la noche.
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¿Ya se pasaron por mí OS Jotakak? Es un AU de sirenas uwu
Lxs voy a tqm si lo leen.
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My Oh My «Jotakak»
Fanfic"Juro por mi vida que siempre he sido un buen chico. Esta noche no quiero ser él."